Un golpe seco se escucha en el suelo y Andrea aparece encima del cuerpo de su contrincante. La lucha ha durado poco más de dos minutos y el triunfo es breve. El referi vuelve a contar. Andrea y su oponente continúan forcejeando hasta que uno de ellos, el más fuerte, logra derribar al otro, hasta dejarlo en el piso, inmóvil.

La contienda es un entrenamiento de sambo, un deporte que inició en la antigua Unión Soviética, como una forma de defensa personal sin armas, que utiliza al cuerpo como la mejor herramienta de combate.

Andrea tiene apenas 23 años y cinco de entrenar sambo. En septiembre de 2015 obtuvo el primer lugar en el campeonato Panamericano en Managua, Nicaragua, y se convirtió en la primera mujer mexicana en obtener este título.

Este logro dio pie para que asistiera a la copa mundial de sambo en Casa Blanca, Marruecos, donde fue catalogada como la sexta mejor luchadora a nivel mundial. Un año después, en 2016, obtuvo el tricampeonato nacional, sin embargo, la falta de apoyo económico impidió que acudiera a refrendar su título en el Campeonato Panamericano celebrado ese mismo año en Bulgaria.

A la par de sus logros como deportista, Andrea acaba de obtener el título como licenciada en Psicología Clínica en la misma universidad donde tuvo su primer acercamiento con el sambo.

“Yo comencé en esto porque practicaba gimnasia y baile en el auditorio de la Universidad Autónoma de Querétaro. El profesor de gimnasia abrió el grupo de luchas mixtas y a partir de ahí comenzó a enseñarnos la base de la lucha. Empezamos a ver qué era el sambo como tal, con su reglamento, sus técnicas específicas y eso me llamó la atención. En realidad había practicado gimnasia, baile y cosas un poco más artísticas, pero después de cinco años, ya no salí de sambo”, relata.

Como deporte de combate y arte marcial de origen soviético, el sambo tiene como misión inmovilizar al contrincante con proyecciones o palancas utilizando las rodillas y los codos, con la excepción de no provocar lesiones en la espina dorsal y las cervicales. No obstante, el sambo, como menciona Andrea, es para todos sin distinción de género ni edades.

“Hasta que no conocen la disciplina o se acercan a preguntar, va a continuar la idea de que no pueden practicarlo las mujeres porque se van a lastimar. Muchas veces, ven los entrenamientos y sólo piensan que nos estamos azotando de un lado a otro, pero no, el sambo lleva toda una base de aprender a caer, gimnasia básica, evitar las lesiones y hasta que las personas no se acercan y no vean de qué se trata, no se van a quitar la idea de que las artes marciales sólo son para hombres”, insiste.

Falta de apoyos en el deporte

El lugar de entrenamiento de Andrea y uno de sus compañeros, Juan Manuel Salinas, catalogado en 2015 como el séptimo mejor luchador a nivel mundial; es un espacio reducido de no más de 15 metros de largo, ubicado en un gimnasio universitario.

“Cuando se fundó este equipo de sambo, tenía muy metido en la cabeza tener un campeonato mundial”, menciona Francisco Roque, el entrenador de los jóvenes deportistas y presidente de la Asociación de Sambo en el Estado de Querétaro, al admitir que el inicio fue difícil.

Los lugares de entrenamiento se alternaban entre el pasto y el auditorio de Contaduría, un espacio de concreto equipado con colchonetas.

Después de cinco años, el espacio de entrenamiento ha mejorado al igual que su equipamiento, no obstante, los apoyos económicos continúan reducidos.

Campaña para ir a Rusia

Un torneo y un campamento en Kstovo, Rusia, es la próxima meta de Andrea Guillén, quien posterior a esto, irá al campeonato mundial en noviembre en la ciudad rusa, Sochi, para representar a México.

“Salir del país es una manera de agarrar más nivel y foguearnos para llegar fuertes y representar al país. El nivel en México es bueno, sin embargo, necesitamos seguir saliendo a competencias porque sólo así agarramos experiencia”, señala la joven deportista quien lanzó una campaña en redes sociales para lograr obtener el financiamiento para ir a Rusia en agosto.

La meta del financiamiento son 60 mil pesos para cubrir el hospedaje y el vuelo; sin embargo, la participación continúa reducida.

El contador marca 81 días como tiempo restante para alcanzar la meta. Los apoyos van desde 50 pesos hasta 800; a cambio, la asociación de sambo ofrece un mes de clases, playeras, pulceras, entre otras promociones.

“Estamos vendiendo dulces, galletas, de todo… para poder empezar a costear todo lo que sea necesario”, menciona al señalar que también se han acercado a distintas instituciones gubernamentales. La respuesta ha sido nula o en el mejor de los casos, reducida.

Roque menciona que a tres años de la fundación de la asociación los logros han sido satisfactorios; sin embargo, la constante es la misma: la falta de apoyos para los jóvenes.

“A tres años de haberse fundado la asociación, logramos lo que durante todo el tiempo que venía participando México no se había logrado en los Panamericanos de Sambo, y fue obtener los dos primeros lugares tanto en la categoría varonil como en la femenil. Andrea es la única mujer hasta la fecha que ha logrado este título a nivel panamericano y los niveles que hemos tenido a nivel internacional, no se diga. El ser tricampeones ha sido por la consolidación del trabajo y compromiso de los atletas y de los entrenadores”, señala.

“Llegar a esos niveles en tan poco tiempo fue con mucho, mucho esfuerzo. Demasiado y los muchachos han alcanzado ese nivel porque entrenan de manera muy disciplinada, entonces es gratificante, pero también decepcionante ver el nivel que alcanzan y que no tienen el respaldo, el apoyo ni reconocimiento de las instituciones, que luego, sólo se cuelgan las medallas”, comenta Roque al señalar que el único apoyo que han recibido los deportistas en este tiempo ha provenido de la UAQ.

Representando al país

Con poco más de 20 años, Andrea y Juan Manuel han representado a México en torneos a nivel nacional e internacional, en países como Marruecos, Japón, Nicaragua, Paraguay, Bulgaria, Perú y Rusia.

Anteriormente, Andrea explica que al ser estudiante de la máxima casa de estudios, obtenían apoyos económicos para los viáticos; sin embargo, al ser egresada, el financiamiento corre totalmente por su cuenta.

“Es una pena que se destine presupuesto para otras cosas y que se recorten a otras como la educación, el deporte y la cultura que tanta falta nos hacen. Muchos de nuestros atletas entrenan, compiten, pero después se van por esa falta de apoyo económico. Al final se convierte en una especie de lujo el poder mantenerse dentro del deporte. Hasta ahora los que se han podido mantener son Andrea y Juan que tiene el sueño muy arraigado de lograr ese campeonato mundial, y sé que se va a lograr. Esa es nuestra idea”, agrega.

El sambo como en cualquier otro deporte te deja ser disciplinado y persistente, dice Andrea. “En la lucha como en la vida necesitas ser necio, dirían por ahí, no rendirte a la primera. Si no te sale a la primera, ve a la segunda sino a la tercera. No sabes cuántos intentos vas a necesitar, pero los que sean necesarios para lograr lo que quieres y principalmente eso; muchos nos vamos por lo que más nos deje, aunque no nos guste, pero no se tiene que perder de vista lo que te gusta hacer, que sea algo trascendental en tu vida como en la de los demás”, puntualiza la joven.

La campaña en redes sociales para apoyar a Andrea para que asista al campamento en Kstovo, Rusia y represente a México está disponible en el siguiente link: https://dremit.com/sambo-para-todos/

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