La presión ejercida por parte de Donald Trump hacia compañías como Ford, General Motors y Toyota pone en riesgo las inversiones en estados ensambladores como Querétaro, advirtió Cesar Augusto Lachira Sáenz, catedrático de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), quien aseguró que a la postre más inversiones abandonarán la región para irse a Estados Unidos.

“Lo que está haciendo Donald Trump, de presionar a la industria automotriz norteamericana para que desmantele sus plantas en el extranjero y regresarlas a Estados Unidos, es una situación de corto plazo. El caso de Ford es una primera muestra de ello y, a este, se suma la presión ejercida sobre General Motors”, sostuvo.

Previó una reacción que irá en cadena, se refirió al tema como una situación muy delicada y estableció que, por más que el sector empresarial diga que no ocurrirá de esa manera, los resultados se verán en el corto plazo.

“No podemos seguir argumentando que no va a pasar nada, cuando ya estamos viendo la toma de decisiones y hay que esperar en este caso las consecuencias”, sostuvo.

Lachira ha sido uno de los principales críticos de que el desarrollo industrial en la entidad se base en la manufactura, asegurando que la misma no conlleva beneficios reales para la producción local, al no incorporar en la cadena productiva a la pequeña ni mediana industria, además de operar a través de bajos salarios.

En este sentido, señaló que en los últimos años Querétaro vio a la industria automotriz como panacea para el desarrollo local y, en el calor de la euforia, se otorgaron un sinnúmero de facilidades a empresas extranjeras (terrenos, vías de comunicación y estímulos fiscales, por ejemplo).

“Esto como lo hemos estado viendo es muy endeble y, ahora, con la llegada de Donald Trump, la industria empieza a temblar porque las decisiones que se puedan tomar en Estados Unidos van a afectar nuestro desarrollo”.

Socio comercial. Para Querétaro el tema cobra relevancia ya que Estados Unidos es el principal socio comercial. De mil 528 empresas extranjeras en el estado al cierre de 2015, 590 son de origen estadounidense, lo que se traduce en una participación de 38.6%.

Según datos de la Secretaría de Economía (SE), Estados Unidos aportó 39% de la Inversión Extranjera Directa (IED) que Querétaro atrajo al tercer trimestre de 2016; de un flujo de 811.8 millones de dólares, empresas estadounidenses invirtieron 320.4 millones.

Lachira consideró que estados como Querétaro deben voltear hacia el mercado nacional.

“Lo que hacemos desde el Tratado de Libre Comercio es desarrollar una industria inminentemente ensambladora. En la industria automotriz 90% de los insumos que se utilizan vienen del exterior, aquí simplemente se ensambla y el problema es cuando una planta ensambladora se quiere trasladar a los Estados Unidos, como sucede ahora. Hay otras empresas aquí que están muy vinculadas al sector automotriz y también se van a ver obligadas a trasladarse hacia norteamericana. Es un fenómeno que viene en cadena”.

De acuerdo con el investigador, Querétaro buscar inversiones más productivas y agradables con el medio ambiente, como es el caso del sector agropecuario, en donde además se crea toda una infraestructura en la que si se van las inversiones queda el soporte para que los nacionales puedan seguir trabajando, cosa que no ocurre cuando se va una planta ensambladora.

“Mirar hacia el exterior nos ha traído consecuencias bastantes desagradables para la economía nacional. México tiene que mirar hacia su propia economía, hacia su propio mercado interno, y hacer esa sustitución de importaciones que va a ser prácticamente una medida obligada. Para mirar hacia el exterior siempre estamos a expensas hasta de los estados de ánimo que puedan tener estos presidentes”, consideró.

Presión mediática. Arturo Muñoz Villalobos, presidente del Colegio Queretano de Economistas (CQE), difirió de las opiniones vertidas por Lachira Sáenz: “No considero que se pueda dar una posición de esa naturaleza o una especie de desbandada o desarticulación de las actividades relacionadas con la industria automotriz”, dijo.

Expresó que lo que ha estado haciendo el presidente electo de los Estados Unidos es justificar sus mensajes previos a la elección. Sostuvo que en un país como Estados Unidos, en donde prevalece el espíritu de la libertad, cada quien tiene la libertad de realizar las actividades que considere prudentes.

“Los gobiernos se dedican a diseñar políticas públicas para incentivar la actividad económica y si esas políticas públicas son equivocadas en lugar de incentivar van a desincentivar; sin embargo, en la práctica no se ha hecho absolutamente nada. Son mensajes más de efectos mediáticos, en donde puede aparentar que las medidas que va a tomar son medidas muy drásticas”.

Para el especialista, Trump está tratando de generar una presión significativa previo a su toma de protesta, por lo que habría que observar qué medidas aplicará ya como presidente de los Estados Unidos.

Reconoció que se presenta un escenario complejo y preocupante, sobre todo porque los mensajes emitidos hasta ahora han generado expectativas negativas, en función de un escenario todavía más adverso al actual.

No obstante, dijo, el dinamismo que trae el estado es producto de una vocación productiva que no sólo tiene que ver con la industria automotriz, sino con aeronáutica, tecnologías de información y logística, que no necesariamente están en la dinámica de la economía norteamericana.

“Lo que yo observo que se viene configurando en Querétaro es una diversificación”, apuntó.

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