Poco a poco los habitantes de la cabecera municipal de Colón, comienzan a salir de sus casas para tratar de retomar su vida cotidiana, por lo que pasado el mediodía de ayer, comenzaron a abrirse los negocios, los niños ya acuden a las escuelas y poco a poco la gente se convence se echar un vistazo a las calles que por varias horas, tuvieron únicamente la presencia de elementos de la Marina Armada de México y de la Policía Federal (PF).

Para la mayoría de los habitantes ahora queda demasiado temor, incertidumbre y preocupación, por saber qué va a pasar con este lugar.

El municipio de Colón se encuentra a tan solo quince minutos de la carretera más transitada del centro del país que es la Federal 57, a diez minutos del Aeropuerto Intercontinental de Querétaro (AIQ), y si bien ahora ya es conocido, antes solo resaltaba mayormente en el caso del turismo religioso.

Ese municipio queretano cuenta con un número aproximado de 51 mil habitantes, está ubicado en el centro oeste del estado, por lo que por sus características lo hacen un lugar tranquilo, de gente amable y con una excelente ubicación; tal vez fue por eso que Enrique Plancarte Solís, uno de los líderes de Los Caballeros Templarios, decidió pasar sus últimos días aquí, con la finalidad de seguir ocultándose de las autoridades que lo buscaban.

Sin embargo, ante su abatimiento por parte de elementos de la Marina Armada de México el pasado lunes, el cual se dio en una zona de sembradíos de nopales y alfalfa en la comunidad de El Lindero, todo cambió para los vecinos de este municipio, pues a pesar de que en el operativo que se realizó desde la tarde del domingo, no se produjeron daños colaterales, sí genero cambios en la cotidianeidad de la sociedad que ahí radica.

Tal es el caso principalmente de los vecinos de la calle prolongación de Puebla en el Barrio de Las Cruces, y quienes por varios días tuvieron como vecino a Enrique Plancarte Solís, alias El Kike o La chiva, segundo líder del cartel de origen michoacano autodenominado Los Caballeros Templarios, quien junto con Servando Gómez alias La Tuta, permanecieron al frente de este grupo del crimen organizado tras el abatimiento de Nazario Moreno, El Chayo, y quien fue muerto en un enfrentamiento con la Marina y el Ejercito mexicano en Tumbiscatío, municipio de Michoacán.

Tenía buenos modales

Por lo que al enterarse de quien era ese hombre de buenos modales, discreto, y quien únicamente salía de su hogar para realizar compras en la tiendita que se ubica a dos casas del domicilio que ocupó durante al menos diez días, todo cambió; pues nunca se imaginaron que ese sujeto de vestimenta deportiva y con anteojos, era uno de los más buscados no solo por autoridades mexicanas sino estadounidenses.

Es así, que la casa que un día fue habitada por uno de los líderes del crimen organizado en México, ahora luce totalmente abandonada, donde en su interior aún se encuentra el ventilador encendido, así como las luces de las habitaciones y el refrigerador, donde también se encuentran varias frutas y legumbres frescas.

En una de las habitaciones esta una pantalla de plasma que fue dejada encendida quizá por el narcotraficante, pues es en esa habitación donde se localizó una serie de objetos que se le pueden relacionar, incluyendo revistas de espectáculos donde en alguna ocasión apareciera su hija Melisa Plancarte.

De igual forma, se pudo observar los vestigios de las acciones por parte de los elementos que ingresaron en búsqueda de lo necesario para localizar a Plancarte Solís, pues en el piso aún se pueden observar folders, sobres, y algunos papeles de automóviles y ganado, también yace la ropa revuelta junto con zapatos, botas y artículos de charrería, incluyendo un sombrero de vaquero y una funda de pistola.

Quedó abierta

Ante la salida de los elementos de la Marina Armada de México, esta casa quedó prácticamente sola y a la vista de todos, pues la chapa en el exterior no funciona y las puertas y ventanas están abiertas como si se estuviera esperando a alguien, por lo que los vecinos, prefieren mantenerse alejados y optan por cerrar sus cortinas y evitar salir y cruzar miradas con gente ajena.

Hasta el día de ayer, solo elementos del Ejército Mexicano, patrullaban las calles de la cabecera municipal y las comunidades aledañas, como es el caso de El Lindero, donde presuntamente fue abatido Plancarte Solís y que se encuentra e escasos 2 kilómetros de donde vivió el presunto criminal.

Ahora, solo queda esperar como serán los siguientes días para los habitantes de este municipio, los cuales temen que en cualquier momento, pueden tener nuevamente como vecino a alguien como Enrique Plancarte Solís.

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