La diputada local Elsa Méndez Álvarez ingresó su iniciativa relativa al PIN parental, misma que se implementa de forma exitosa en Chihuahua y que, por tanto, se buscará exponer al secretario de Educación federal.

La iniciativa obligaría a que las escuelas públicas y privadas de preescolar a secundaria soliciten un permiso por escrito a padres de familia respecto al contenido que se abordará en clases, talleres y pláticas. Pretende modificar el artículo 58 de la ley de educación de Querétaro para defender los derechos de la familia.

La legisladora declaró que la iniciativa tiene como base la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, que en su artículo 26, fracción tercera, establece que los padres tienen derecho a elegir la educación que más convenga a sus hijos, mientras que el Código Civil de Querétaro establece que tienen el derecho de educar, proteger, cuidar y representar legalmente a sus hijos.

Argumentó que se trata de una reforma necesaria, pues, dijo, se fomenta la hipersexualidad, al promover una educación sexual basada en el deseo y el uso de preservativos, en lugar de que se base en valores.

Llamó a quienes descalifican la iniciativa a que se le acerquen y destacó que en ningún momento se busca vulnerar las libertades.

“Esta iniciativa pretende que los padres ejerzan a plenitud la patria potestad, tutela, guardia o custodia, para intervenir en la educación que habrá de darse a nuestros hijos”, comentó.

Remarcó que la educación debe basarse en valores y que los temas a abordar tendrán que corresponder a la madurez de los alumnos, en vez de enfocarse en el placer: “Hay juegos y actividades que ya se están haciendo; el disfraz-disfraz, el rincón de la lectura, eso está promocionado dentro de las clases. Es lamentable lo que sucede. Creo que los que estamos aquí, o la mayoría, tuvimos la oportunidad de vivir una niñez sana”.

Añadió que actualmente existe un adoctrinamiento, pues, afirmó, se les dice a niños de entre 10 y 12 años que pueden elegir con quien tener relaciones sexuales y no informarle de dichas actividades a sus padres.

Contrario a esas ideas, sostuvo, los padres de familia son los únicos que se quedan como responsables cuando sus hijos se infectan por enfermedades sexuales o cuando se enfrentan a un embarazo no deseado.

“Es un programa que no solamente ve la sexualidad, como el día de hoy se propone y que se está dando a conocer en las aulas viendo la sexualidad como placer y con propuestas de anticonceptivos, esa no es la solución”, remarcó.

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