Andrés Manuel López Obrador marcó la precampaña electoral a la Presidencia con una propuesta arriesgada que desató una amplia polémica: analizar una amnistía a narcotraficantes para lograr la paz en México tras diez años de guerra contra los cárteles.

Más allá del alud de críticas vertidas por sus contrincantes, tanto activistas de derechos humanos como familiares de víctimas del crimen organizado, advierten que la amnistía podría desatar más violencia y exigen que las autoridades acaben con la impunidad.

López Obrador, candidato presidencial de Morena, propuso convocar “un diálogo para que se otorgue amnistía siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas” con el objetivo de lograr “la paz y la tranquilidad del pueblo”, algo que algunas familias ya han desestimado.

“Es una irresponsabilidad; yo no quiero ver en la calle a los asesinos de mi hijo buscando venganza”, declaró a EFE el escritor y activista Javier Sicilia, cuyo hijo fue asesinado en 2011 junto a otros seis jóvenes a manos del crimen organizado.

Desde que el presidente Felipe Calderón (2006-2012) decidiera hace una década combatir militarmente el crimen organizado, cerca de 150 mil mexicanos han muerto en el contexto de esa guerra y más de 32 mil han desaparecido.

Pese a las cifras alarmantes, defensores de los derechos humanos como Emilio Álvarez Icaza descartan que una amnistía frene los asesinatos y secuestros en México y apuntan a todo lo contrario: “Lo único que haría sería aumentar la violencia”.

Parteaguas. El crimen que mayor repercusión social y mediática ha tenido bajo el mandato del actual presidente, Enrique Peña Nieto, es el de los 43 alumnos desaparecidos de la escuela de Ayotzinapa presuntamente asesinados por policías corruptos y miembros del crimen organizado en Iguala, estado de Guerrero.

El abogado de las familias de los desaparecidos, Vidulfo Rosales, comentó que en México hay miles de crímenes como el de Iguala cuyos responsables no tienen identidad clara, por lo que la propuesta de amnistía “no tiene sentido”.

“Antes que el perdón están los principios de verdad y justicia. No podemos amnistiar sin tener la verdad sobre quién cometió los crímenes y sin que hayan pagado por ello”, añadió.

Álvarez Icaza apuntó que “el problema de fondo no es la amnistía sino la impunidad de los conflictos con el narco”, mientras Sicilia exigió que las autoridades establezcan “un sistema penal de reconstrucción del ser humano” para que los criminales puedan reinsertarse en la sociedad cuando hayan cumplido su pena.

Todos ellos lamentaron que López Obrador no se reuniera con organizaciones de derechos humanos antes de lanzar su propuesta, que ha recibido un amplio rechazo de la clase política.

El candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, dijo posicionarse “al lado de las víctimas”, mientras el del PAN, Ricardo Anaya, calificó la propuesta de “verdadera locura”.

Incluso Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema Corte y propuesta como secretaria de Gobernación en un eventual gabinete de López Obrador, matizó que la amnistía se analizaría junto con otras propuestas para frenar la violencia.

México cerrará 2017 como el peor año por número de asesinatos en dos décadas, con 23 mil 101 de enero a noviembre, coincidiendo con la promulgación de la polémica Ley de Seguridad Interior, que formaliza el papel de los militares en seguridad pública.

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