La oficina de Atención al migrante comenzó a operar hace poco más de un año en el norte de Querétaro. Hasta la fecha, se han efectuado 120 trámites migratorios consistentes en la adquisición de documentos públicos americanos, apostillamientos y traducción de los mismos, informó la titular de la oficina, Gabriela Altamirano.

“Esta región tiene una enorme relación con Estados Unidos, muchos quieren regresar o bien dejan a sus hijos con sus abuelitos, por lo que requieren la doble nacionalidad, por ello requieren la denominada apostilla, que es una certificación de los niños, ya que en muchas ocasiones se le da de alta en el seguro popular o bien en el programa oportunidades”, explicó la funcionaria.

En este contexto, este tipo de trámites se intensifica en estas fechas, ya que a los menores —al tratar de inscribirlos en la escuela pública— se les solicita la CURP, por lo que acuden a dichas oficinas, ya que ahí verifican efectivamente que estén físicamente en el país y, de igual manera, se les asesora en este tema sin ningún costo.

Gabriela Altamirano dijo que este trámite tarda de dos a tres meses. Agregó que cuando algún serrano es detenido por la justicia americana, se le orienta a las familias, para saber con qué consulado acudir, y se les brida toda la asesoría legal, para que no se sientan desprotegidos.

“Aparte de estas solicitudes, hemos efectuado repatriación de cuerpos, apoyando su traslado, donde el gobierno del estado costea los gastos; así como apoyándoles a cobrar sus seguros, tanto de vida, como el social, tratando de evitar el coyotaje, ya que éstos deben de ser de manera gratuita”, externó.

Los requisitos que se les pide para certificar la denominada “doble nacionalidad” son: acta de nacimiento, dos identificaciones con fotografía de los padres, comprobante de domicilio y el sobre de apostilla, que se efectúa en la unión americana. Esto les cuesta a nuestros paisanos entre 2 y 40 dólares americanos, agregó.

Es costumbre de la gente de la Sierra Gorda que sus hijos nazcan en la unión americana, los registran en Estados Unidos y los regresan con los abuelos o tíos a México; por lo que al tener la doble nacionalidad regresarán mayores al vecino país del norte.

Jacinto Suárez tiene 36 años y tres hijos, Juan, Carol y Roger, de 6, 9 y 12 años; él prevé que así tendrán mejores oportunidades en su futuro.

“Su abuela los cría mejor que nosotros y, cuando sean mayores de edad, podrán entrar a Estados Unidos sin problema y, si ellos deciden quedarse en su país, pues ya será decisión de ellos, nosotros sólo los preparamos para su futuro, asegura Jacinto.

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