“La corrupción no es parte del código genético de los mexicanos, ni es cultura” afirmó Eduardo Bohórquez López, director de Transparencia Mexicana, quien recomendó a los gobiernos llevar de la mano tres acciones para combatir “la peor epidemia” del país.

En su visita a Querétaro afirmó que México vive uno de sus momentos más difíciles al enfrentar cada día un nuevo escándalo de corrupción en los gobiernos de todos sus niveles.

“Estamos en un momento muy difícil para nuestra República, vamos a tener que conspirar y mucho para darle la vuelta al problema que está enfrentando […] estamos al principio de una larga faena, quienes estamos aquí decidimos que la corrupción no es parte del código genético de los mexicanos, no es un atributo cultural de nuestra idiosincrasia”.

Esto, con relación a los avances del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) que reconoció, al ser una iniciativa de la sociedad civil, está generando mecanismos que garanticen el combate frontal a esta problemática.

“La corrupción no es un asunto con el que estamos cómodos o no sentimos a gusto, nos duele, nos lacera, nos afecta, nos quita oportunidades de inversión, nos daña en todas partes y es el impuesto más regresivo que tenemos, quien tiene que pagar más por la corrupción es quien menos tiene, es un factor de desigualdad”.

Se ha identificado que la corrupción no es exclusiva de los gobiernos sino de empresarios y grandes corporativos que, coludidos con el Estado, han generado pérdidas y desvíos.

Según datos de Transparencia Mexicana, 14% de la producción de un hogar se invierte en solventar la corrupción, “es el impuesto más regresivo […] vemos que hay una constante traición a los ciudadanos, no sólo de servidores públicos sino de empresarios que coludidos con gobiernos han incurrido en casos de corrupción”.

La agenda que debe seguir el SNA es en tres vertientes: la transparencia, que implica informar de todas las decisiones, ejercicios, aplicación de recursos y conformación administrativa de los gobiernos, pero si sólo se trabaja en esta materia, se abrirán expedientes sin ninguna consecuencia.

La segunda es la anticorrupción, que es generar condiciones para, no sólo prevenir prácticas negativas, sino desmantelar redes de corrupción que incluye a empresarios y particulares.

La impunidad es la tercera para lograr que los corruptos reciban las sanciones establecidas en la ley, que incluya que se resarza el daño.

El director resaltó que con los nuevos instrumentos de transparencia se ha podido generar periodismo de investigación, que ha generado denuncias de corrupción como el de los ex gobernadores Javier Duarte, de Veracruz y Guilermo Padrés, de Sonora.

“Por primera vez el gobierno, sociedad civil y el sector empresarial estamos de acuerdo en que es la epidemia más importante que tenemos que controlar, esta va a ser la generación que controle una epidemia tan nociva como la corrupción e impunidad”.

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