Un equipo de investigadores del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM campus Juriquilla y de la Universidad Autónoma de Querétaro, encabezado por Achim M. Loske Melhing, diseña un método para destruir o modificar células malignas como las de cáncer; con lo que podría curarse dicha enfermedad.

Y aun cuando el investigador Loske Melhing asegura que técnicamente se podría combatir el cáncer de próstata o el de mama, también subraya que “es importante decir que no implica que en un año tengamos esta técnica en los hospitales. Esto lleva mucho tiempo, pero vamos por buen camino”.

Los investigadores mexicanos, radicados en Querétaro, han diseñado el método que científicamente se denomina transección y transformación de microorganismos con ondas de choque, que los ha colocado a la vanguardia mundial en este ámbito de la ciencia, superando incluso a los investigadores de la India que fueron los primeros en experimentar con este método.

Achim Loske explica que éste consiste en introducir en una célula material genético, como las macromoléculas del ADN, para que ésta cambie de comportamiento.

Detalla que en las investigaciones con bacterias que han realizado en los laboratorios del CFATA, lograron introducir ese material genético a la bacteria, con “la idea de que produzca o haga lo que yo quiero”.

Dice que una de las aplicaciones de este trabajo es lograr que bacterias produzcan insulina en una mayor cantidad a lo que lo hacen.

“Hay bacterias que de manera natural producen insulina. Entonces, yo les puedo dar la instrucción de que produzcan más insulina y dar ese encargo como si fuera un robot que le cambio instrucciones. Así se puede hacer con las bacterias”, dice.

Descubrimiento revolucionario

Actualmente, los métodos para hacer esa transformación son poco eficientes y caros, además de que hay muchas bacterias en las que no se ha logrado introducir las macromoléculas o han surgido muchos problemas.

La aportación de los científicos mexicanos parte del descubrimiento —en laboratorio— que introducir ADN es posible mediante el método de ondas de choque. En el mundo, es apenas el segundo grupo científico que lo logra.

“Somos el segundo grupo que lo logra. Hay un grupo en la India que fue el primero que lo logró aunque con baja eficiencia. Nuestra contribución es que diseñamos un tipo de onda de choque diferente con el cual logramos aumentar 50 veces la eficiencia de transformación, que es mucho”, explica.

Ha sido tal el impacto de sus descubrimientos que en junio de este año, el investigador Loske acudirá al congreso internacional de ondas de choque que se realiza en Maryland, EU., para dar a conocer los avances que los coloca a la vanguardia mundial en esta área de investigación.

Entrevistado en el laboratorio de ondas de choque del CFATA, en el campo Juriquilla de la UNAM, Achim M. Loske Melhing detalla que las ondas de choque se usan en el ámbito médico desde 1980 para el tratamiento de litiasis renal; es decir, de la fractura y pulverización de cálculos renales sin cirugía. También se emplea para la cicatrización de heridas difíciles como la de los pacientes diabéticos que tienen úlceras.

El aporte que han logrado a la ciencia, es la de haber creado ondas de choque tándem las cuales aumentan la eficiencia de transformación de las bacterias.

“Es algo muy sencillo; en lugar de enviar una onda de choque mandamos dos en el mismo lapso de tiempo de 750 millonésimas de segundo de separación entre una y otra”, dijo.

Los experimentos realizados en conejos, han mostrado que con este método se disminuye el tiempo de tratamiento a la mitad con relación al tradicional para destruir cálculos renales, además de reducir daños en otros tejidos.

Reveló el académico que en las próximas semanas iniciarán una nueva etapa en la investigación en coordinación con la doctora Carmen Aceves, del Instituto de Neurobiología.

Trabajarán con ratas. “A estos animalitos se les induce cáncer de mama, se les aplica las onda de choque; se inyecta el fármaco para que entre a las células malignas para que genere los efectos que se quieren”.

Puntualiza que la finalidad de su trabajo es combatir el cáncer de mama. “Ya lo logramos en células in vitro (en condiciones de laboratorio), que es una buena noticia”.

Confió en las negociaciones con una universidad estadounidense para continuar la investigación.

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