En los portales de la calle Independencia está colocado un escritorio público. Detrás de la mesa hay una máquina de escribir y detrás de ella, en una silla, están 19 años de vida de María del Rosario Morales Elizondo, mejor conocida como Chayito.

Los últimos años de su vida los ha pasado escribiendo esquelas, documentos para el Seguro Social y todo tipo de oficios que sus clientes soliciten.

Chayito trabajó por mucho tiempo como secretaria en diferentes dependencias municipales, en el gobierno del estado, en la iniciativa privada y en las notarías, pero después de varios años quedó desempleada, por lo que tuvo que buscar una fuente de ingresos y un modo de seguir la vida.

“Yo trabajé mucho tiempo para gobierno municipal, gobierno del estado y para la iniciativa privada, trabajé en varias empresas y en notarías también. Desgraciadamente me quedé sin trabajo y, pues yo necesitaba vivir. Dios nos tiene en esta vida y hay que seguir adelante, tenía que sacar adelante a mi hijo el más chico”, narró.

Por esta situación, comenzó a realizar todos los trámites que se requerían para abrir su escritorio público: la licencia municipal, el alta en Hacienda, pagó los impuestos necesarios y fue a ver a los señores de los portales para que le dieran permiso.

Con todos sus papeles en regla, Chayito se instaló inmediatamente después de que le dieron el sí. En aquella época no era la única, porque existían tres personas en los portales que también tenían un escritorio público.

“Yo llegué aquí hace 19 años, había tres personas más, yo fui la cuarta que llegó aquí y soy la que quedó. Dice el dicho: ‘El que persevera alcanza’. A pesar de que tuve problemas con ellos, yo nunca desfallecí y me decía a mí misma: ‘Dios me tiene que ayudar’ y Dios me ha ayudado, gracias a él y a todas las personas que me vienen a ver, aquí sigo”.

Expresó que es muy variable el número de personas que van a solicitar sus servicios todos los días, pero sigue teniendo clientes a pesar de la tecnología. María del Rosario narró que con el paso del tiempo las cosas cambian, las máquinas, los trámites, los papeles y las necesidades de las personas, pero ella mantiene a sus clientes, quienes siguen acudiendo a solicitarle sus servicios.

“Vienen a llenar hojas de fletes, cartas poder, documentos para el Seguro Social. Mi trabajo es la elaboración de cartas de recomendación, constancias de ingresos, contratos privados de compra venta, peticiones a diputados, presidente municipal, al gobernador”.

Cada uno de los documentos que elabora tiene un costo diferente, depende de qué se trate o de qué tipo de hojas sean las que necesiten los clientes. Chayito ejemplificó que las cartas de recomendación cuestan 40 o 50 pesos. Incluso, dijo que ha tenido que hacer ejercicios de escuela que los jóvenes de secundaria le llevan para cumplir con las tareas que les dejan.

Con el paso de los años Chayito ha tenido que cambiar de máquinas de escribir, en algún tiempo tuvo máquinas eléctricas, pero cuando ya no contó con electricidad, tuvo que cambiar por otra que no la requiriera.

“He renovado. Empecé con una portátil, luego una Olivetti 72, después tuve tres eléctricas. Cuando ya no conté con servicio de energía eléctrica, entonces dos ex compañeros de la Notaría 8 me hicieron favor de regalarme ésta (señala su máquina actual) y es con la que sigo trabajando”, refirió.

Chayito trabaja toda la semana desde las 10 y media de la mañana hasta las tres y media de la tarde. Descansa sábados y domingos, pues las oficinas no están abiertas y no le conviene pagar transporte para ir a trabajar, explicó.

“Como no hay servicios de oficinas los sábados no hay trabajo, al principio sí llegué a venir esos días, pero me iba en blanco. Así como me salía de la casa, me regresaba igual. Por eso opte por sólo venir de lunes a viernes”.

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