Son casi las 8 horas, y los primeros votantes ya comienzan a asomarse a las dos mil 644 casillas electorales ubicadas en Querétaro.

Entre los miles de ciudadanos destaca la presencia de los adultos mayores, quienes conservan el brío de seguir participando en la vida política del país.

Guillermo, un hombre alto y de semblante amable, a sus 70 años porta con firmeza una credencial al cuello que lo identifica como funcionario del INE.

En la sección 0404 de la capital, guía a sus coterráneos hasta las casillas. Sube y baja con agilidad los tres pisos de la sede para encontrarlos, pues sabe que muchos de ellos, al ver la hilera de escaleras y la larga fila terminarán desistiendo.

Guillermo, entonces, camina a paso lento entre la columna de gente, inquiriendo en voz alta: “¿Hay algún adulto mayor por aquí?”. Entonces se levantan algunas que, con alivio, lo siguen a paso lento hacia el elevador.

Sin detenerse, explica que el INE ha implementado recientemente algunas medidas que fomentan la inclusión, con el objetivo de que personas de la tercera edad, así como mujeres embarazadas y ciudadanos con alguna discapacidad, ejerzan su derecho al voto.

“Entre las estrategias, hay boletas en braille para las personas invidentes, quienes también tienen la opción de ingresar a las casillas con la persona que ellos quieran, el INE se ha abierto más en ese sentido”, apuntó Guillermo.

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