En el local 328 del mercado Mariano Escobedo, que se localiza en la capital queretana, se ubica un o de los negocios más antiguos del lugar: la Zapatería Rodríguez. Éste establecimiento está por cumplir 49 años de fundado, así lo relató la actual propietaria, Magdalena Rodríguez, quien explicó que sus padres iniciaron con el negocio al cual, hasta la fecha, se dedican todos sus hermanos.

“Tenemos el tiempo que tiene el mercado. El negocio era de mis papás, que lo tenían en el otro mercado, allá por la Plaza Constitución”, relató Magdalena, dueña del local.

La mujer comenzó a trabajar en la zapatería desde que tenía 14 años, en ese entonces ayudaba a sus padres con las labores del negocio familiar. “Empecé jovencita como a los 14 años. Llevo toda la vida aquí”.

Compartió que su padre fue el iniciador en el rubro zapatero, pues a la vez que se dedicaba a la venta de zapatos como de su elaboración: “mi papá era fabricante de botas y así empezó todo; ya vamos a cumplir 49 años este 24 de septiembre”.

Desde el día de la apertura del local lleva el nombre de Zapatería Rodríguez, con el cual se rinde tributo al negocio familiar.

Aunque todo comenzó con la hechura del calzado, ahora sólo un integrante de la familia Rodríguez los fabrica. “Ahora ya los compramos. Tengo un hermano que también los hace, pero son muy poquitos”.

Los zapatos que se comercializan son traídos de León, Guadalajara y Michoacán, donde provienen los proveedores. El proceso de adquisición empieza cuando vía telefónica realizan el pedido que posteriormente será enviado por los distribuidores de calzado: “aquí vienen los proveedores, pues ya estamos conectados con los fabricantes; les llamamos, hacemos el pedido por teléfono y lo envían”, explicó Magdalena.

La propietaria del lugar señaló que las zapaterías establecidas en el mercado son competencia para las que se localizan afuera; la principal distinción la encuentra en la cantidad de impuestos que se pagan, “competimos con las zapaterías, pues aquí nos va bien porque no pagamos muchos impuestos”.

Otro aspecto que destacó Magdalena es que en su negocio hay calzado de diversos precios, ya que se puede encontrar zapatos que oscilan entre 300 y 500 pesos, además hay variedad: “Aquí hay para todas las edades y todos los gustos, también para todos los bolsillos. Vendo para caballeo, para dama, de vestir, huaraches y modelos rústicos”.

Para la vendedora de zapatos conservar el negocio que emprendieron sus padres es una de sus principales motivaciones, por lo que espera que la familia Rodríguez continúe con el legado que iniciaron sus progenitores. “Espero que se conserve el negocio, porque no es fácil dedicarse toda una vida a esto y que ya no haya continuidad”.

El comercio de antaño se convirtió en una labor heredada tanto a Magdalena como a sus hermanos; en el mismo mercado hay cinco locales más que son propiedad de la familia y que también se dedican a la venta de calzado.

“Y aquí estamos seis hermanos con negocios del mismo giro, el del calzado tiene su local aquí mismo en el mercado pero en otros pasillo. Fue un oficio que heredamos de mi papá”, señaló.

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