Aprender a volar no es una cualidad del ser humano, pero este mexicano desarrolló la capacidad de llegar a lo más alto librando obstáculos. Ciclista desde los 5 años, aventurero posiblemente desde el vientre, necio a raíz de las circunstancias, así es David García Rodríguez, el atleta queretano que tiene el récord mundial de subir las escaleras de un edificio montado en su bicicleta.

Después de su hazaña, García Rodríguez platica con EL UNIVERSAL Querétaro en las instalaciones del Parque Querétaro 2000. “Me llena de orgullo y felicidad, significa muchísimo, pienso en que, si esto lo hice con mis propios medios, cuando esté respaldado por un equipo podría hacer algo increíble (…) pero no ha llegado”, expresó.

David logró subir en días pasados 3 mil 988 escaleras del edificio BBVA de la Ciudad de México, equilibró su bicicleta e hizo el equivalente a subir 159 pisos, tuvo que subir tres veces y media el edificio (ya que no hay edificios con tantos escalones); el descenso era por elevador, pero todo el tiempo en equilibrio sin poner un pie debajo de la bicicleta para que los jueces pudiesen avalar su travesía. El récord lo cumplió luego de 2 horas y media, lo equivalente a correr un maratón.

A diferencia de muchos competidores, David no solamente se tuvo que preocupar por entrenar para imponer este récord. García es su propio publicista, su patrocinador, su jefe de prensa y también su representante, pues los apoyos para este tipo de pruebas son muy escasos. El ciclista tardó más de 2 años en llegar a la persona correcta para que le otorgaran el permiso de hacer esta prueba en la torre BBVA.

“Me tarde como dos años y medio en llegar a la persona indicada, los del banco me dijeron que tuve mucha suerte de que llegara aquí, porque de 35 mil empleados solamente cuatro me podían ayudar con el proyecto”, dice

De ocho entrenamientos que tenía pronosticados para realizar en la torre, solamente pudo hacer dos, debido a los costos que le implicaba viajar a la CDMX con el equipo necesario. En total, se gastó cerca de 200 mil pesos.

“150 empresas me rechazaron para este reto. Intenté por todos lados y no. Yo lo hice hasta donde pude, después hubo amigos muy cercanos y familiares que me hicieron donaciones, así fue como lo pude hacer. Me dio mucho coraje que una empresa muy grande, internacional, se le presentó el proyecto y no quisieron entrarle; después le mandaron fotos de lo que pasó y su respuesta fue ‘ah qué pendejos estamos, hubiéramos entrado’, para mí hubiese sido una gran diferencia”, dijo.

Una vez en la cima, los aplausos y el saberse plusmarquista mundial ha sido, hasta ahora, su único reconocimiento, pues no recibe ninguna remuneración por ser el mejor en lo que hace.

Preparación

Desde los 12 años, David comenzó a competir en campeonatos en la modalidad de ciclismo de montaña; tiempo después conoció el trial: esta prueba consiste en brincar obstáculos en pistas cortas por un determinado tiempo.

No hay muchos deportistas especialistas en esta modalidad, David es pentacampeón nacional, y ha impulsado este deporte junto con su amigo y socio, Bernardo Rodríguez.

Esta no es la primera vez que David impone un récord mundial, ya que en 2016 lo consiguió en el edificio Juriquilla Towers donde logró subir 3 mil 383 escalones en 2 horas 08 minutos y 24 segundos, seis meses después un atleta polaco rompió su récord en un edificio en Chicago, y en este 2019, David regresó con más fuerza para ser el único en la cima.

La bicicleta que utiliza es de trial; está hecha de fibra de carbono, a diferencia de las convencionales esta no tiene asiento, la geometría es diferente, ya que la distancia entre las llantas es más larga para facilitar el movimiento en una sola llanta, no tiene velocidades ni suspensión, y los frenos son más potentes de lo normal, el material permite que no sea tan pesada.

De los siete días de entrenamiento que realiza, solamente uno es arriba de la bicicleta, el mayor esfuerzo lo realiza en el gimnasio, en la práctica de spinning, circuitos funcionales de fuerza con alta intensidad; además de cuidar su alimentación y mente.

“De entrada dicen ¡está loco! O ¡está padre! Lo hago porque me apasiona, creo que en general esa es la percepción, no alcanzan a entender el por qué hago las cosas, y creo que a la gente le falta mucha pasión por hacer las cosas”, sentenció.

Especialista en diseño, marketing digital y entrenador personal, David espera no solamente ser un ejemplo con este logro, espera ser reconocido y apoyado por las grandes marcas, que su esfuerzo y trabajo se vean recompensados para poder seguir representando a México, y por ello le manda un mensaje a las empresas que lo rechazaron.

“Que le apuesten un poco más, que se sumen de arranque, y que no solamente quieran llegar cuando todo está construido. Creo que tienen la responsabilidad de ayudar a crecer y fomentar proyectos, por lo menos que les den la posibilidad de presentarlos”, explicó, y a la vez mandó un mensaje a los atletas que sufren por falta de apoyo: “Hagan todo lo que esté en sus manos, no dejen una sola piedra sin levantar. Yo lo hice un poco al revés, primero fui con la iniciativa privada y cuando todos me batearon, fui a gobierno, pero todos me dijeron que no, y ya cuando todo estaba cerca, amigos y familiares me empezaron a apoyar”

El camino es largo aún para este deportista de 32 años, pero sus metas ya las tiene visualizadas, David quiere subir el edificio más alto del mundo que está en Dubai, el Burj Khalfa; también tiene una ambición y es subir el One World Trade Center de Nueva York, y el que todavía es un sueño, pues no lo han terminado de construir, la Torre del Milenio en Abu Dabi.

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