Estudiantes de Geografía Ambiental imparten talleres en Pinal de Amoles encaminados a efectuar acciones para evitar el saqueo de ejemplares y la sobreexplotación de la reserva natural del ejido La Barranca.

La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) informó que son tres jóvenes pertenecientes a la Facultad de Ciencias Naturales, quienes realizan la intervención con recursos del Fondo Especial de Proyectos de Rectoría (Foper).

Las estudiantes Maira Eugenia Montoya Guerrero, Claudia Carranza Pérez y Benely Lara Olguín, de Geografía Ambiental, imparten los talleres a partir de los datos que detectaron con el alumno de Horticultura Ambiental, Josué Baruc Sánchez Rangel.

En los talleres de Inducción para la reproducción de especies nativas participan los habitantes de las comunidades San Gaspar y El Llano de San Francisquito, quienes aprenden desde la mejor forma de reproducir la semilla para cultivarla en casa, hasta la manera en que debe ser introducida nuevamente al bosque para generar la reforestación.

“A veces los habitantes ven con mucha facilidad adentrarse en el bosque y llevarse una planta, pero nosotros privilegiamos la reproducción, que ellos puedan inclusive comercializar plantas del bosque cultivadas y que no sea puramente a base de extracciones”, declaró Carranza Pérez.

En el taller se implementan actividades de conservación del entorno y de reintegración de las especies al bosque, para fomentar la responsabilidad comunitaria.

Las estudiantes remarcaron que, con los cursos, también se enseña qué conceptos de legislación y programas gubernamentales pueden usar los habitantes para aprovechar legalmente los recursos de la reserva natural.

“Al momento de hablar sobre gestión de recursos ambientales, sobre cómo vas a aprovechar racionalmente los recursos o cómo conservar un área natural, no se puede hacer a un lado a la gente que vive en la zona. No puedes sacar de la ecuación a las personas, a su vivencia o a su cultura, a lo que han experientado de generación en generación en el manejo de ese lugar”, dijo Montoya Guerrero.

Explicaron que las actividades se programaron sólo para adultos, pero en el desarrollo de las mismas se determinó generar esquemas para que también se fomente el cuidado del medio ambiente entre la población infantil.

Indicaron que, gracias a esas actividades, ellas aprendieron de los habitantes cuáles son los usos que tradicionalmente se dan a las diferentes plantas: “Durante los talleres nos dimos cuenta de que acudían muchas señoras con sus hijos y entonces también creamos la Brigada de los Búhos para los niños, pues ellos son quienes a futuro van a estar observando lo que sucederá con el bosque”.

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