Arturo Zaldívar, presidente de la SCJN, esperó hasta el último minuto para “declinar” el favor del presidente de la República, para prolongar su estancia en la presidencia de la Corte, por 2 años más, atendiendo a un artículo transitorio de la nueva Ley Orgánica del Poder Legislativo, que vulnera la Constitución.

Sus pares declararán la inconstitucionalidad del artículo aprobado desde el mes de abril pasado, ministros que declararon la inconstitucionalidad de la ampliación del periodo que concedía más tiempo al gobernador de Baja California, reforma que consideró constitucional la Secretaria de Gobernación. No podían cambiar el criterio constitucional.

Dos resoluciones pendientes para declarar la inconstitucional en el pleno de la Corte. El presidente de la misma se aferró a la posibilidad de cumplir el capricho de López Obrador, quien hizo hasta lo imposible para prorrogar por 2 años más al frente del Poder Judicial y Consejo de la Judicatura. La declinación de Arturo Zaldívar, frustra el plan de control y sumisión que planeó López Obrador: cooptar el sistema judicial. 
Mientras Arturo Zaldívar Lelo, recupera su prestigio “abollado”, por no decidir firmemente durante varios meses, arguyó distintos argumentos. Sabe que el pleno hará la declaratoria de inconstitucionalidad, de tal suerte que en tiempo se deslinda, no sin antes comunicar en los “oscurito” a primer mandatario.

Queda, sin embargo, pendiente la decisión del resto de los integrantes del Consejo de la Judicatura, a quienes también beneficia la norma inconstitucional. Han guardado cómplice silencio hasta hoy. Prudente que emulen la decisión del presidente de la Corte y no esperen a ser exhibidos. Por congruente dignidad deben rechazar el ilegal “obsequio” de los legisladores, regalo respaldado por AMLO, quien tampoco se ha pronunciado.

La inevitable declinación de Zaldívar, un duro golpe político y constitucional directo al presidente de la República, quien en todo momento sostuvo la ilegalidad y conveniencia de ampliar el periodo de gobierno del actual presidente de la Corte. Lastima sus planes de control y expansionismo sobre el Poder Judicial. Aunque no cambiará su política personal de interpretar a su leal conveniencia su “justicia mediática”, que se aparta del Estado de Derecho, se resiste cumplir. En su mente impera “justicia, justiciara”; así lo ha confirma López Obrador. Menosprecia el Derecho. Los ministros, por lo pronto, lo han puesto en su lugar: ¡Primero el Derecho!

Analista legislativo. 
@HectorParraRgz

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