Hay quien vislumbra la transición de un gobierno a otro como un cambio de tripulación en pleno vuelo. Los tableros de control, los indicadores de información vital de la nave, los mandos, el timón y demás instrumentos de navegación, están todos en una sola cabina. Focos de colores prenden y apagan, mientras en el exterior, las condiciones climáticas subsisten con sincera indiferencia de lo que ahí acontece. Navegantes de uno y otro equipos deben asumir la inminencia del cambio, así como la responsabilidad de que el pase de estafeta se produzca con la suavidad y eficacia que los pasajeros demandan. No debe haber sobresaltos. Las modificaciones de ruta, altura y velocidad deberán sentirse hasta que la nueva tripulación asuma el control.

Y aunque con anticipación se vea el paso de gente nueva y se escuche el trajinar de técnicos que preparan modificaciones sustanciales al avión, lo cierto es que su actividad —sin duda importante y trascendente— sigue siendo preparatoria del cambio que llegará hasta el próximo 1 de diciembre.

El equipo de transición del presidente electo tiene cuatro encomiendas fundamentales. Por un lado, aquellas relacionadas directamente con la entrega-recepción del gobiermo federal, así como las de coordinación con los funcionarios actuales.

Lo anterior tiene el propósito fundamental de preservar la normalidad del gobierno en su contacto cotidiano con los particulares. En este contexto, se encuentra el análisis previo a la presentación del paquete fiscal y presupuesto del año 2013.

La segunda encomienda está relacionada con la preparación del cumplimiento de los compromisos que nuestro presidente electo hizo durante su campaña. Como se recordará, a lo largo de su gira proselitista suscribió diversos compromisos que requieren ser atendidos desde el inició de su gobierno. Muchos de ellos tienen implicaciones presupuestales, otros requieren reformas legislativas y hasta consitucionales —como es el caso de la iniciativa de reforma para ampliar, robustecer y agregar funciones al IFAI—, así como la creación de programas totalmente nuevos como el que dotará seguros de vida a las mujeres jefas de familia.

Sin lugar a dudas, el cumplimiento de los compromisos contraídos durante el pasado proceso electoral, será prioridad en la agenda de temas del presidente electo. Afortunadamente, se ha documentado que estamos ante un gobernante que sabe cumplir.

La tercera encomienda está enfocada al diseño de las políticas públicas que se aplicarán durante el próximo gobierno. La importancia que reviste este trabajo es relevante, ya que a partir de estas políticas se podrán sentar las bases de solución de muchos de los problemas que nos aquejan, y que lo mismo abarcan temas de seguridad, empleo, salud, educación y desarrollo social; que aquellos relacionados con competencia, competitividad y mejora de los ingresos de todos los mexicanos.

Del diseño acertado y minucioso de las políticas publicas y su eficiente ejecución depende buena parte del éxito del próximo gobierno. La administración pública supone la existencia de políticas públicas. Lo demás, o es demagogia, o franca improvisación.

Por último, el cuarto grupo de encomiendas alude muy en concreto al staff del presidente electo, que adicionalmente tiene que ver con tareas de apoyo y coordinación, para y con, el equipo de transición. La preparación académica, trayectoria profesional y evaluación objetiva de los resultados obtenidos por este grupo a lo largo de sus respectivas carreras, es irrefutable.

Asimismo, el presidente electo ha dejado en claro que este equipo no necesariamente perfila su gabinete. Todos los integrantes del conjunto tenemos presente que nuestras respectivas encomiendas terminan a más tardar el 30 de noviembre próximo y que estamos obligados a entregar resultados tangibles y positivos de la gestión. El presidente electo integró un grupo de profesionales que enfrentan tareas y retos diversos con un solo objetivo: alistar lo necesario para cumplir los compromisos contraídos.

Los trabajos preparatorios del próximo gobierno anticipan orden, eficacacia y disciplina; características muy apreciadas si se ambicionan resultados contundentes y definitivos. El más importante compromiso del entonces candidato Enrique Peña Nieto fue explícito y hoy constituye el eje principal de su actuar: México demanda un gobierno eficaz. Lo va a tener.

Vocero del gobierno de transición

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