La primavera arribó en estos días recientes con una escenografía distinta a la que estamos acostumbrados en esta metrópoli queretana. Lo hizo un día nublado y ventoso, invitándonos a retrasar el descanso a las prendas invernales. Hace otros tantos nos sorprendió el fin de estación, como lo hizo varias décadas atrás,  al amanecer con un paisaje nevado que muy contadas ocasiones se da por estos lares.

Entre los cambios, climático, estacional y especialmente el de considerarnos una ciudad moderna que pretende estar a la vanguardia en diversos aspectos, según nos vamos enterando, el sol, las nubes y los vientos le dan otro matiz y colores a los atardeceres en nuestra urbe.

Para explicarlo gráficamente, basta ver a Conín una tarde a contraluz y observar, como a sus espaldas, el cielo se transforma con nuevos y caprichosos trazos, como a diario ocurre con este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Google News

TEMAS RELACIONADOS