Se dice en el PRI que para elegir dirigencias, cuando hay gobernador, el partido se conduce homogéneo y con disciplina interna. Por lo menos así se forjó la institución durante el siglo XX. Sin embargo, el PRI con o sin gobernador, está formado y constituido en su historia por directrices que le han permitido anteponer a la organización y ponerla por encima de los intereses.

El PRI debe operar sin tribus, por su genética, con o sin gobernador. Más si se tiene presidente.

El Comité Nacional sabe que no hay tiempo que perder para construir una agenda que permita atender el compromiso electoral de Huimilpan, la agenda interna y la ciudadana. Enfrascarse en pugnas internas, es estéril y retrógrada a estas alturas. Todos necesitamos de todos.

Se emitió convocatoria para la elección de dirigente en el marco de lo que los estatutos señalan. Los consensos comenzaron a circundar mayoritariamente a quien hoy es presidente, Juan José Ruiz.

Ex presidentes, los líderes de la CTM, CNOP, CNC, MT, diputados locales y federales, presidentes municipales, militantes de base y líderes de todas las latitudes acudimos a un Consejo Político que abrió el registro legal, para quien tuviera y obtuviera las condiciones de inscribirse al mismo. 330 consejeros presentes. Nada ni nadie puede desconocer la presencia legítima de decenas de militantes que por lustros y décadas han luchado y trabajado por las causas del partido y no sólo por un momento específico, sino por muchos años.

Mucho menos desconocer la convocatoria de nuestro líder nacional, Manlio Fabio Beltrones, un dirigente que también con el consenso mayoritario y una enorme legitimidad arribó a la dirigencia nacional con la intención de cohesionar al PRI en torno a las causas de la ciudadanía y del presidente Enrique Peña Nieto.

Se ha dicho que en el PRI Querétaro no hay jefe político. Me parece que el presidente Enrique Peña Nieto y nuestro dirigente Manlio Fabio Beltrones conducen bajo los mejores propósitos la visión del PRI en todos los estados de la República, no siendo Querétaro una ínsula, una isla o un territorio ajeno a la condición nacional de nuestro partido.

En democracia se gana y se pierde. No existen perdedores ni ganadores ad perpetuam; siempre están ahí los derechos que como ciudadanos ejercemos para que, dentro de las reglas, participemos en la vida política de México.
Hoy quien se arriesga a competir, ganará algún día y perderá otro. No hay puntos finales en política, siempre serán suspensivos.

Juan José Ruiz se ha forjado desde adolescente en el PRI; ha competido en el pasado con triunfos y derrotas. Pero nadie, absolutamente nadie puede regatearle que ha estado presente en los buenos y en los difíciles tiempos que el partido ha experimentado. Así se forja el hierro, en la lumbre y en el frío, así se forma el carácter.

Debemos recordar, que el nuevo presidente del PRI, Juan José Ruiz, fue un elemento fundamental en la operación política y en el trabajo del triunfo del PRI en 2009 al recuperar la gubernatura del estado. Eso lo debemos todos reconocer. La travesía por los océanos de la política deja saldos y abolladuras en todos quienes decidimos zarpar y navegar contra y a favor de la corriente. Los vientos no siempre soplan en la misma dirección.

En el pasado el aire empujó hacia adelante a otros y a algunos. De lo que se trata el presente es que el viento le sea favorable a todos sin excepción.

Nadie es el militante perfecto ni existen premios por antigüedad en el partido o la política. En el PRI hay mixtura, textura abierta, jóvenes y experimentados. Los que llegaron antier, ayer y los que llegarán mañana. Todos tienen derechos y obligaciones. Muchos han tendido oportunidades de diversa índole y muchos otros las siguen esperando. Regresar a la discusión interna de manera incivilizada, retrasaría los propósitos de servir mejor a la gente.

Al político no se le mide hoy solamente por si ganó o por si perdió una lección. Eventualmente perderá o ganará. Se le mide por los resultados dados a la gente, por su preparación, por su experiencia. No se le mide por un momento, un mes, un año o un sexenio; se le mide por su historia en general.

Hoy en tiempos en donde los vientos soplan hacia las candidaturas independientes y en donde los partidos políticos tienen un 80 por ciento del rechazo de la ciudadanía, de lo que se trata la vida interna de un partido no es su disputa interna, sino su viabilidad de ser opción para la gente.

Con amargura y rencores no se puede construir un proyecto para un partido y la sociedad.

No queremos un PRI para competir entre nosotros sino para servir a la gente. Que el PRI sea un instrumento social, y no una ambición personal.


Diputado federal

@BraulioPRI

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