Juanita comenzó a trabajar desde los 13 años, pero una vida de trabajo duro no ha sido suficiente para tener un lugar digno en donde descansar. Actualmente vive en situación de calle, duerme en el atrio del Templo de la Cruz y por las mañanas trabaja en el Hostal Itza, ubicado en el Centro Histórico.

La mujer de 78 años es una de las aproximadamente mil personas que viven en situación de calle en la zona del Centro Histórico de Querétaro, por lo que desde hace varias semanas los locatarios y autoridades municipales implementaron un programa de empleo para personas indigentes.

Hasta ahora se han contratado a aproximadamente 20 personas en situación de calle, explica Myrna Villanueva, miembro del Comité Comunitario del Centro Histórico y dueña del hostal.

Myrna explica que dicho programa de empleo para personas en situación de calle nació de una iniciativa ciudadana que después se fortaleció con la colaboración de las autoridades municipales, como Protección Civil y el Instituto Municipal para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Inmupred).

Ambas instituciones realizaron un censo en la zona del Centro Histórico, para descubrir que se tienen aproximadamente mil personas en condición de calle, es decir, que no tienen donde vivir y que duermen en la vía pública.

Villanueva explica que las personas indigentes en el Centro Histórico no corresponden a un sólo nivel de escolaridad o condición social, pues hay indigentes que no tienen estudios, pero también hay algunos ingenieros y demás profesionales.

“Este censo nos dejó ver que hay incluso ingenieros viviendo en situación de calle, es decir encontramos de todo, incluso profesionistas que por cosas de la vida terminaron sin hogar, toda esa información nos sirve para ver qué tipo de trabajo pueden desarrollar en los negocios, incluso las personas que no tienen estudios pueden trabajar dignamente, sobre todo en el ramo hotelero, que es donde creo que se tiene más variedad de trabajadores”, comenta la empresaria.

Con la ayuda de Protección Civil y el Inmupred, se revisa físicamente a las personas indigentes que buscan un empleo, esto para verificar que no tengan enfermedades graves y si es así poder canalizarlos al departamento correspondiente para que reciban ayuda o medicamentos; también se revisa que no tengan antecedentes penales, y si todo se encuentra en orden entonces pueden comenzar a trabajar.

Ese fue el caso de Juana Jimenez Ortiz, “Juanita” como todos le llaman de cariño; es originaria de Peñamiller, quedó huérfana a los 8 años de edad, por lo que vivió con sus abuelos en una comunidad de la sierra queretana.

A los 13 años salió de su casa sin pedir permiso, convencida de que la única forma de salir adelante era trabajando duro. Completamente desubicada, la adolescente llegó en un camión hasta la Alameda Hidalgo, en Querétaro, ahí se encontró con una señora que vendía muéganos en una pequeña charola de madera; le preguntó si no sabía de algún lugar en donde pudiera trabajar, y así fue como consiguió su primer empleo.

“Aquella señora de los dulces me consiguió un trabajo en una lonchería, la dueña del negocio me trató muy bien, ese mismo día me llevó a su casa, me bañó, me regaló ropa y zapatos, y además me dejaba vivir ahí; así fue como poco a poco fui ahorrando mi dinerito para comprar las cosas que necesitaba, ropa, zapatos, la necesidad era mucha, pero tuve mucha suerte. Desde entonces ya nunca dejé de trabajar”.

Juanita se casó y tuvo cuatro hijos, dos de ellos viven en la Ciudad de México y Puebla; sin embargo, actualmente Juanita vive en situación de calle, sus hijos no lo saben pero ella duerme en el atrio del templo de La Cruz desde hace dos meses, soportando las lluvias y el frío, pues no tiene dinero para pagarse una renta.

Con casi 80 años de edad se le dificulta conseguir un empleo; actualmente es una de las beneficiadas con el programa de Empleo para Indigentes, trabaja en el Hostal Itza, donde hace labores de limpieza.

“Gracias a Dios conseguí este trabajo y no me da miedo porque yo siempre he sabido trabajar, soy muy responsable y no me da miedo nada. Esta es la primera vez que me ha tocado vivir en la calle porque la situación está difícil y no he podido trabajar y entonces tampoco he podido pagarme un cuartito en donde dormir. Aquí llego a las 8 de la mañana y salgo como a las 2 de la tarde, aquí puedo desayunar y después ando por ahí hasta que es de noche y tiendo mis cobijitas ahí en La Cruz. Yo lo que quiero es poder ahorrar un dinerito y pagarme un cuartito para poder dormir a gusto, descansar”, comenta la trabajadora de 78 años de edad.

La historia de Juanita es una entre cientos de personas que viven como indigentes en la ciudad de Querétaro. Los locatarios del Centro Histórico perciben una buena disposición de parte de las personas que buscan empleo y también de las autoridades que ayudan a que los filtros de seguridad se lleven a cabo.

Esperan que el próximo año dicho programa de empleo para personas en situación de calle se fortalezca y cuente con recursos municipales. También piden la colaboración de más empresarios, para que se sumen al proyecto y ofrezcan vacantes de empleo a más personas indigentes.

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