Querétaro, Qro.

El hombre, un adulto mayor, llega hasta el local de la Lotería Nacional. Llega por su “cachito” para la rifa del avión presidencial, el próximo 15 de septiembre y que, de acuerdo a los vendedores, la respuesta de la ciudadanía era buena hasta antes de la emergencia sanitaria por el Covid-19.

Se marcha presuroso. “Tengo prisa, gracias”, dice el hombre, quien guarda con celo el “cachito” que acaba de comprar, con la ilusión de ganar el polémico avión que el presidente Andrés Manuel López Obrador se niega a usar, por considerarlo “símbolo” del derroche y la corrupción.

Los clientes, a pesar de los tiempos de emergencia sanitaria, llegan a este punto de venta, en una plaza comercial donde se encuentra una tienda de autoservicio, sobre avenida Zaragoza. Muchos de ellos llegan por sus billetes de Lotería para los sorteos habituales de la Lotería Nacional, pero otros lo hacen por sus “cachitos” aéreos.

Estos billetes especiales están en un lugar especial. No están en una serie. Se encuentran seccionados.

El adulto mayor que compró, pidió un “cachito” con el número siete. “Vamos por ese avión”, dice mientras la encargada del local entrecierra los ojos, a manera de una sonrisa de la nueva era.

Zaira Molina es quien atiende el establecimiento que ha estado abierto desde hace cinco años en esa ubicación, posición estratégica considerando la zona y la cercanía con el primer cuadro capitalino.

La mujer explica, detrás de un cristal del mostrador y un cubrebocas, que los primeros “cachitos” llegaron antes de la emergencia sanitaria por el virus SARS-CoV-2 causante de la actual pandemia.

La mujer apenas se asoma a través de las series de billetes de lotería que esperan compradores. Son distintos los sorteos que se llevan a cabo y así es la variedad de productos que se venden, pero los que llaman la atención son los que participarán en la rifa del avión presidencial.

Incluso, los carteles publicitarios que más llaman la atención son los del avión presidencial, donde se destaca la aeronave con su fuselaje blanco y sus líneas rojas y verdes, así como su nombre, José María Morelos y Pavón, y cuya publicidad para su venta la ha hecho el mismo Presidente en sus conferencias mañaneras.

Desde febrero pasado, cuando se hizo oficial la rifa de la aeronave, ante el fracaso en su venta en el extranjero, muchas personas se sintieron atraídas por el sorteo. También se han hecho bromas y los opositores a la llamada 4T lo han usado para decir que se le usa para distraer de los problemas reales del país.

Zaira explica que los “cachitos” sí se empezaron a vender bien, “desde antes que empezara la pandemia”, aunque no precisa la cantidad exacta de billetes que se venden al día.

Señala que como es la sucursal matriz en el estado de la Lotería Nacional, ahí llegan todos los billetes que mandan desde la Ciudad de México y que luego son distribuidos a toda la entidad.

Ella explica que todo tipo de personas acuden a comprar su “cachito” para el sorteo; desde jóvenes hasta adultos mayores, quienes ilusionados con el premio gastan 500 pesos en la compra del billete.

Todos los días de la semana acuden las personas, no hay variación en los días, además de que la gente compra ciertos números. Tradicionalmente y a manera de cábala, los jugadores de lotería buscan siempre el mismo número. En el caso de la rifa del avión José María Morelos, como los números son al azar, no les queda más que buscar los números en terminación.

La vendedora explica que aunque la rifa de avión es el 15 de septiembre, los billetes se venderán hasta el 9 de septiembre.

Los “cachitos” esperan ser vendidos

Zaira muestra uno de los billetes que se exhiben, y que muchos ven más como una broma que como una rifa real. Para otros, es un asunto serio, que requiere de todo un protocolo para elegir el número.

Quizá la fecha de nacimiento de un hijo o un nieto, el número con el que creen que tendrán suerte, o simplemente piden a la vendedora el “cachito” que le gusten dar, tal vez pensando que sólo buscan apoyar una causa, sin importar mucho si se gana un premio o no.

Los jugadores de lotería tienen sus rituales y los siguen también con este sorteo marcado por la polémica, la sorna de buena parte de la sociedad.

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