Ser dentista en tiempos de Covid se ha convertido en uno de los trabajos más riesgosos durante esta contingencia sanitaria, debido a que estos profesionales de la salud trabajan diariamente a escasos centímetros de la boca de sus pacientes.

Patricia Adriana Corral Campusano, es una de las dentistas queretanas que día a día se expone a un posible contagio, pues la salud bucal de sus pacientes no puede esperar; a pesar del riesgo, se dice orgullosa de la labor que diariamente desarrollan sus colegas durante la pandemia.

“Hay casos que no pueden esperar, nosotros tenemos que seguir con nuestro trabajo, siempre hemos sido muy cuidadosos con las medidas de salubridad, pero ahora tenemos que reforzar todo eso, por supuesto que usamos cubrebocas, caretas, pijama quirúrgica todo lo que nos pueda mantener protegidos”, comenta.

Cambios por Covid

La clínica de especialidades médicas donde Patricia tiene su consultorio, tuvo que cerrar durante un mes; después de ese tiempo reactivaron actividades bajo medidas más estrictas de salubridad, aunque por la propia formación de los dentistas, ellos ya están acostumbrados a tomar todas las prevenciones de bioseguridad.

El uso de tapetes sanitizantes, gel antibacterial, la toma de temperatura y el uso obligatorio de cubrebocas son medidas que ya se han vuelto una rutina no sólo para los dentistas, sino también para los pacientes. Afortunadamente, dice Patricia, la mayoría de los asistentes han respetado cada uno de los protocolos para mantener la clínica libre del virus.

“Los pacientes llegan a una clínica totalmente desinfectada, nosotros tenemos que incrementar nuestra protección, antes sólo usábamos filipinas y la pijama quirúrgica, ahora reforzamos todo eso, utilizamos cofia, bata quirúrgica, careta, antes sólo la usamos con cierto tipo de actividades, sobre todo para limpieza con piezas de alta velocidad, para evitar salpicaduras. Yo soy ortodoncista”, explica.

“A los pacientes se les toma la temperatura. Pedimos a los pacientes que vengan solos o únicamente con un acompañante, la mayoría de los acompañantes esperan afuera en el coche, a menos que no vengan en vehículo; eso nos ayuda a que no tengamos a tantas personas en recepción. Nunca falta el paciente que se molesta por que le pedimos que cubra con las medidas, pero son los menos, la mayoría de los pacientes son muy respetuosos con las medidas de salubridad”, detalla.

Cuidado emocional

Patricia Adriana confiesa que a pesar de que la pandemia por el SARS-CoV-2 es una situación completamente nueva para todos, ella siempre se sintió segura en su trabajo, pues su consultorio es un área protegida y controlada por los mismos profesionales de la salud; por lo que, dice, para ella es más peligroso estar en la vía pública que en su área de trabajo.

“Nunca he tenido miedo de contagiarme en mi trabajo, en mi consultorio me siento segura, me consta que todo está controlado, siempre estamos limpiando y desinfectando todo, pero en la calle no es así, no tienes el control de lo que pasa a tu alrededor, sólo puedes cuidarte en lo personal. Para mí, llegar al consultorio siempre era un alivio, me siento muy segura en mi área de trabajo”, añade optimista.

A pesar de que considera que los odontólogos han controlado correctamente la interacción con sus pacientes y sus áreas de trabajo, confiesa que en algún punto de la contingencia ella misma se obsesionó con la limpieza y en esos días sí llegó a sentirse estresada por mantener todas las áreas libres del nuevo coronavirus.

“Sí hubo un momento en que he sentido angustia, de revisar todo el tiempo, limpiar todo el tiempo, estar al pendiente de mi asistente, mis compañeros, mucho estrés. Sí llegó un momento en que tuvimos una obsesión con la limpieza, aunque fue un tiempo muy corto porque poco a poco entendemos las medidas, entendemos qué funciona y además, una enfermedad a la que estamos muy expuestos los dentistas, es la hepatitis C, nunca nos enfermamos de eso, confiamos en que nuestros controles son seguros para esta ocasión”.

Protección y mensaje de cuidado

Aunque Patricia tiene un control estricto para mantener sus áreas de trabajo sanitizadas, aún debe reforzar las medidas de protección para cuidar a su familia.

Cada día, al terminar su rutina en el consultorio, se deshace de la ropa quirúrgica que utiliza y, una vez que llega a su casa, acostumbra cambiarse la ropa que usó, y por supuesto reitera el lavado de manos y uso de gel antibacterial.

Aunque pareciera que la contingencia sanitaria seguirá activa durante varios meses más, Patricia felicita a sus compañeros por la ardua labor que realizan todos los días para mantener en óptimas condiciones la salud bucal de sus pacientes.

“A mis colegas los felicito por el trabajo que hemos estado haciendo por cuidar a nuestros pacientes y a nosotros mismos; a los pacientes les digo que estén conscientes de que la salud viene de nosotros, es nuestra responsabilidad, nadie va a hacer nada por nosotros, tenemos que hacer conciencia y analizar nuestra salud en general”, recomienda.

Y reitera a la población que “no sirve de nada que salgan con cubrebocas, careta, lentes y demás si tienen los niveles de azúcar por los cielos, si tienen sobrepeso o hipertensión. A los pacientes también les digo que tengan confianza de que nuestras clínicas están sanitizadas”.

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