Las talleristas de la Casa de la Cultura de La Cañada se apresuran a acomodar y ordenar los libros en los estantes transparentes del Paralibro que se ubica en el jardín Hidalgo. Buscan promover la lectura entre los habitantes de la cabecera municipal de El Marqués, dando nueva fuerza al proyecto.

Las jóvenes mujeres acomodan los libros, cuyos títulos van dirigidos hacia los más pequeños con libros de cuentos y fábulas, hasta libros para todas las edades, con autores como Ignacio Manuel Altamirano o José Agustín.

María del Coral Sánchez Gutiérrez, jefa de Proyectos de la Casa de la Cultura marquesina, señala que este proyecto es una asistencia a la comunidad para promover la lectura, en el cual, desde lo local, más que un proyecto federal, se busca llegar a las comunidades donde se tiene dificultad para llegar o que no tienen bibliotecas.

Regresa Paralibro; llevan la lectura a marquesinos
Regresa Paralibro; llevan la lectura a marquesinos

Señala que se cuenta con un formato que se llena con los datos de las personas, ellos solamente necesitan de una credencial de elector y un comprobante de domicilio, para utilizar el paradero de los libros.

Mientras explica el funcionamiento del Paralibro, las mujeres que ayudan a acomodar los libros limpian los cristales. La actividad en el sitio llama la atención de las personas que pasan. Mujeres que van por sus hijos a la escuela voltean a ver el movimiento. Los tradicionales vendedores de antojitos del jardín Hidalgo, también se ven movidos por la curiosidad con la actividad de las jóvenes, quienes se apresuran a colocar los ejemplares a la vista del público, para llamar su atención y despierten “el gusanito” de la literatura.

“Estamos en cierto horario, dos o tres veces a la semana, normalmente cuando salen los niños de la escuela, de doce y media a dos de la tarde, y estamos al pendiente por si alguien quiere un libro. Es como una biblioteca móvil, nos dan sus datos, eligen el libro, o le recomendamos algunos títulos, y vamos haciendo un registro de esas personas, para saber cuáles son los libros que se ha llevado. Después de cierto tiempo los tienen que devolver”, indica.

La mecánica

A veces no es necesario que se lo lleven, indica, pues en muchas ocasiones lo leen en el mismo sitio, lo puede ver, puede regresar en otra ocasión, o también se lo pueden llevar.

Las mujeres -entre risas— terminan de acomodar los libros. Los depositan con cuidado en los estantes, donde los títulos son visibles al público que pasa por el jardín Hidalgo. Se ven contentas y orgullosas de la labor que realizan, promoviendo la lectura, acercando muestras de las literatura de todo el mundo y de México, como Tragicomedia Mexicana, de José Agustín, libro esencial de la historia nacional contemporánea.

“Tenemos poesía, prosa, está muy nutrido nuestro acervo, que va desde los más peques, hasta los más grandes. Tenemos variedad de libros”, precisa.

Asevera que por el proceso de cambio de la administración no se había actualizado el programa, levantando un inventario del acervo con el cual contaba el programa, y cuáles ejemplares eran de la Casa de la Cultura.

“Necesitábamos el registro de todos y cada uno [de los libros] se llevó un poco de tiempo, porque había que volver a recopilar la información”, subraya.

Una invitación

El jardín Hidalgo, con sus árboles, las construcciones que la rodean, como la Iglesia Chiquita, la Casa de la Cultura, y la arquitectura, en general, de La Cañada, es un lugar que invita a la lectura.

María del Coral precisa que en una primera etapa buscan llegar a alrededor de 400 personas, en diferentes rangos de edad.

Regresa Paralibro; llevan la lectura a marquesinos
Regresa Paralibro; llevan la lectura a marquesinos

El proyecto para promover la lectura no es único para La Cañada, aunque para las comunidades y fraccionamientos de El Marqués se tiene que aplicar otra dinámica y llegar hasta esos sitios.

“Vamos a tener un proyecto específico que se llama Book Caravan, que es una caravana de lectura que se llevará a las comunidades. Por ahora, las condiciones físicas para montar la infraestructura solamente la tenemos en La Cañada. Tenemos muchas intenciones de acercar la lectura a las comunidades, pero es en otro proceso, en otro proyecto. Book Caravan tiene una dinámica muy diferente. En este momento Paralibros sólo está operando en La Cañada”, agrega.

Añade que construir bibliotecas en las comunidades y fraccionamientos es más tardado y costoso, por lo que la caravana itinerante de libros es una buena opción para acercar la literatura a otras zonas de El Marqués, lo que sería mucho más rápido, pues la edificación de una biblioteca es, burocráticamente, más tardado.

Los libros quedan acomodados totalmente en los estantes, permanecen a la espera de lectores que den vida en la imaginación a las historias que se cuentan en sus páginas. Esperan ser una semilla que se siembre en el presente, para tener en el futuro una generación de lectores.

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