Cientos de devotos católicos cumplen con el rito del miércoles de ceniza en los diferentes templos de la capital queretana. “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”, les dicen a quienes acuden.

Desde temprana hora y hasta caer la noche, los templos católicos estuvieron abiertos para recibir a los católicos que con la imposición de la ceniza dan inicio al tiempo de Cuaresma.

Luego de la celebración eucarística al mediodía, el sacerdote dice a los fieles que esperen, que en un momento se impondrá la ceniza, además de una breve explicación de lo que significa esta fecha.

La mayoría de los fieles espera. Un fraile franciscano es el encargado de leer en evangelio y dar un breve sermón, donde “regaña” a los fieles, pues hay más personas en Miércoles de Ceniza que en misa los días domingos y, aclara, es más importante el sacramento de la Eucaristía.

Luego de 15 minutos de sermón, con regaño incluido, que algunos no aceptaron y terminaron por salir del templo, el cura junto con algunas laicas, imponen la ceniza a los fieles, quienes se acercan al altar, donde escuchan la frase: “arrepiéntete y cree en el Evangelio”, que sustituye al “polvo eres y en polvo te convertirás”, que a más de uno quitó el sueño y alejó de la Iglesia Católica por tan macabro recordatorio.

Ahora, no. Acuden madres con sus hijos, muchos con uniformes escolares, quienes aprovechan que salen de la escuela para tomar ceniza. También lo hacen adultos mayores, algunos son llevados en sillas de ruedas. Otros arriban por sus propios medios.

De igual forma llegan jóvenes, quienes cumplen con la costumbre religiosa heredada de sus padres o abuelos.

Afuera de La Cruz no hay puestos de comida, como suele pasar en otros templos, donde hay venta de antojitos y golosinas, como suele ocurrir en todas las celebraciones religiosas.

Únicamente hay turistas afuera de esa iglesia. Entran al exconvento, para conocerlo, y ver al famoso árbol de espinas que se encuentra en su interior, además de adentrarse en la historia del lugar que ha jugado un papel importante de la historia queretana.

El templo estará desde este día y hasta el final de la Cuaresma “vestido” de púrpura, color que usa el catolicismo durante el tiempo eucarístico de la Cuaresma. También, como parte de la preparación para la Pascua los altares de los templos deben tener un número reducido de flores y ornamentos.

En algunos lugares, incluso se cubren las imágenes, para que nada distraiga a los católicos.

Fray Hugo Córdoba Padilla, sacerdote franciscano, tras oficiar misa en el templo de La Cruz, explica que la imposición de la ceniza es un rito que se conoce desde el antiguo testamento, y es “heredado” de la tradición judaica. Es, apunta, un signo de penitencia.

“Ya como rito, en la iglesia Católica, lo encontramos en el siglo VII, VIII, donde ya aparece en los rituales, y que primeramente lo realizaban aquellas personas que hacían penitencia pública.

Se reconocían como pecadores públicos y entraban en ese proceso de conversión que comenzaban precisamente previo a la Semana Santa. Con el tiempo se fue extendiendo hasta llegar a esos 40 días”, abunda.

Explica que la ceniza se hace en los mismos templos, con las palmas del Domingo de Ramos del año anterior y con las imágenes de los santos que se retiran por estar desgastadas o en mal estado.

Agrega que el Miércoles de Ceniza marca el tiempo de preparación para la Semana Santa y la Pascua. Recibir la ceniza o tomar la ceniza, explica: “significa querer comprometerme a entrar en ese proceso de conversión, de cambio de vida, de adecuar mi pensamiento con el pensamiento de Dios”. Añade que recibir la ceniza es comprometerse a iniciar un proceso de cambio.

Para los católicos es tiempo de penitencia, pero no como lo entienden algunos católicos que deciden abstenerse de tomar bebidas alcohólicas, refresco o un dulce, sino que la penitencia, agrega el sacerdote, es alejarse del pecado, de las conductas nocivas, que afectan la vida y la integridad de la persona.

Los fieles siguen entrando al templo. Algunos llevan pequeños recipientes para que les den ceniza ahí para algún pariente enfermo o con alguna discapacidad que le impida moverse hasta el templo, también pueda participar del ritual de tomar ceniza.

Los devotos avanzan rápidamente. El proceso es rápido. Una cruz de ceniza en la cabeza y se cumplió con el ritual de inicio de Cuaresma.

Desde este día y hasta Semana Santa, los viernes no se deberá comer carne roja, o de aves, como marca la tradición católica, por lo que los católicos deberán recurrir al pescado si quieren consumir proteína animal en esos días, y que como es común en épocas de alta demanda, aumentan de precio.

Los feligreses abandonan el templo. Regresan a sus actividades rutinarias, vuelven a sus estudios, trabajos, negocios o actividades en el hogar, mientras que el repicar de las campanas se escuchan aquí y allá en la capital queretana, para recordar que están abiertos a todos sus fieles.

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