“No hay. Hoy no llega”, dice la manta que los despachadores de una gasolinera ubicada en avenida Constituyentes colocan en la estación de servicio, ante la desesperación de algunos automovilistas que ya hacían fila y que tendrán que buscar otro lugar para repostar.

En otras gasolineras la gente llega con sus garrafas, algunas de 20 litros, otras de tres, sólo para arrancar su coche que se quedó sin combustible antes de llegar a cargar gasolina.

Una mujer en un vehículo de marca francesa se aproxima a la acera, donde tres hombres, con las manos en los bolsillos, ven hacia la gasolinera. La mujer baja el vidrio del lado derecho y pregunta si habrá gasolina. Uno de los hombres se acerca y con un movimiento de cabeza da la respuesta. No habrá gasolina en esa estación de servicio que el jueves lució llena de conductores que buscan abastecer los tanques de sus vehículos.

Los despachadores se apresuran a terminar la lona, mientras otro comenta que ya hicieron limpieza en la estación de servicio, para tener algo qué hacer durante la jornada laboral, pues aunque no haya combustible, deben de trabajar.

Poco a poco los automovilistas se van, buscan otras alternativas, otras gasolineras donde poder cargar. Otros recién llegan y se forman, no saben aún que no hay gasolina. Pasan unos minutos y al ver que no avanzan, que la estación de servicio no abre, se retiran.

En las gasolineras donde hay combustible las filas son largas, entorpecen la circulación de las vialidades, se genera molestia entre los conductores. La presión amenaza con estallar.

Algunos automovilistas llegan con garrafas en mano para comprar combustible. Se los niegan. No se puede vender así, por la misma seguridad de la ciudadanía. Varias personas llegan con grandes garrafas de 20 litros. Se les niega la venta de gasolina.

Claudia Reyes sostiene en las manos una garrafa de plástico de unos tres litros de capacidad. Su boca está seca y se muestra preocupada. Intercambia mensajes de voz con una persona a través del teléfono celular, con quien explica que se quedó sin gasolina. La mujer llega hasta una gasolinera en la lateral de Bernardo Quintana, con la esperanza que le vendan dos o tres litros para su coche que se quedó sin gasolina antes de llegar a alguna estación de servicio.

“Sobre Constituyentes, pasando el auditorio [Josefa Ortiz de Domínguez], estaban vendiendo en garrafas, pero ya no alcanzamos. Necesito sólo para llegar. Vivo por la Universidad Politécnica y la verdad es que no alcanzo a llegar. En la mañana me vine desde la cinco y media de la mañana, hasta la nueva y ahorita, la hora que es, las 11, y todavía ando peregrinando por unos cuatro o cinco litros de gasolina para llegar a mi domicilio”, narra.

Dice que durante la mañana recorrió nueve gasolineras, de las cuales, en siete no hubo combustible, en dos no le quisieron vender en garrafas. Comenta que los despachadores le dicen que no pueden vender en recipientes externos, pero que ella vio en otra gasolinera que llegaban camionetas con bidones grandes y eran llenados.

“Lo único que quiero son tres litros, pero dicen que no, por aquello de la reventa. Pero, ¿cuál reventa? Con tres litros qué negocio voy a hacer, con eso apenas alcanzo a llegar a mi domicilio”, sostiene.

Indica que las estaciones de servicio que se ubican en la carretera México-Querétaro tampoco están despachando gasolina, sólo diesel.

Otra mujer, Rosalía Coronel, llega a la gasolinera de Bernardo Quintana. Lleva una bolsa blanca, de tela. Dentro de la bolsa hay una garrafa color blanco. Dice que vive en Quintas del Marqués, y que desde el jueves en la noche su vehículo permaneció en la calle, pues buscando donde repostar se quedó sin gasolina. Ya no pudo llegar a su domicilio.

“Yo no lo puedo dejar en la calle día y noche ahí. Anoche estuve dándole vueltas. Es la segunda gasolinera que vengo, y no nos quieren vender en garrafa. Les dijo que tan siquiera dos litros para mover el coche”, abunda.

Claudia dice que la gente en las filas de las gasolineras comienza a tornarse violenta, ante la desesperación. A ella, narra, un motociclista la insultó porque según él dejó pasar a un auto que no estaba formado.

Rosalía dice que en una gasolinera frente al Josefa aún despachaban, pero Claudia desmiente eso, pues ella estaba ahí. Indica que posiblemente sea diesel lo que están vendiendo, pues ese hidrocarburo, al tener menor penetración en el mercado local, aún se encuentra con cierta facilidad.

En la gasolinera de Bernardo Quintana el personal señala que llevaban tres días cerrados, que apenas el viernes abrieron y que será sólo mientras tienen gasolina. Personal administrativo indica que les surtieron gasolina magna y premium, pero por el volumen de ventas, se terminará pronto.

Los automovilistas pasan poco a poco. Llenan sus tanques y se retiran después de hacer fila más de una hora. La circulación en Bernardo Quintana es lenta en la zona de esa estación de servicio. Pasando, es buena, hay menos autos en las calles. Los ciudadanos están siendo más eficientes para usar sus automóviles.

arq

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