Querétaro, Querétaro.-

La nueva normalidad finalmente inició, pero no con la fuerza que muchos esperaban. En restaurantes y cafeterías los clientes llegan a cuentagotas, las familias aún no salen a comer con regularidad, tal vez por precaución porque el virus no se ha ido del todo o por la falta de dinero y de trabajo.

La reapertura de restaurantes y centros de comida cambió debido a la contingencia sanitaria. Los empleados ahora deben trabajar bajo estrictos estándares de limpieza y sanitización, impuestos por las autoridades estatales.

En el caso de los restaurantes, los meseros, hostess y cocineros usan cubrebocas y caretas de protección, a cada uno de los clientes les proporcionan gel antibacterial y les toman la temperatura con un termómetro digital, pues de acuerdo a las indicaciones, pues si algún cliente tiene fiebre no se le permite el acceso. En cada establecimiento de comida se cuenta con tapetes sanitizantes que ayudan a desinfectar las suelas de los zapatos.

Sin embargo, estas medidas de prevención para evitar contagios por Covid-19, no siempre son bien recibidas por los comensales; según comparten varios trabajadores de restaurantes, algunos clientes se molestan cuando les toman la temperatura o les ofrecen gel.

“Entiendo la molestia de las personas, no estamos acostumbrados a esto, los mexicanos siempre somos muy cálidos y de repente encontrarnos con estas medidas o con estas peticiones puede parecer demasiado para algunas personas, les pedimos su comprensión, somos responsables del funcionamiento del lugar y queremos respetar las indicaciones”, comenta Raúl Mendoza, mesero en una cafetería del Centro Histórico.

Debido a que la nueva normalidad no permite contar con la carta física, hasta los restaurantes más tradicionales de Querétaro se han valido de la tecnología, usando códigos QR para que los comensales vean el menú desde sus teléfonos celulares.

Esta última modificación aún sorprende a los clientes que se acercan a las terrazas de los restaurantes para pedir una carta; los hostess o meseros les indican que los platillos pueden consultarse a través del código QR, también los auxilian para que vean el menú desde sus dispositivos.

“Es algo raro, aún esperas ver las cosas como eran antes, mi novio y yo venimos a comer a este restaurante y sí encontramos varios cambios. Para empezar todas las medidas de limpieza desde antes de que entres al lugar, el gel, la temperatura y todo eso, después fue consultar el menú de forma digital, lo cual es muy fácil, pero sí es algo que te sorprende porque antes no era así. También noto que las mesas no tienen servilletas de tela ni manteles largos como antes, supongo que es para reforzar las medidas de salubridad.

“En lo personal no me molesta, al contrario, ver que un establecimiento se toma tan en serio las medidas de prevención es algo que me da seguridad, me hace sentir en un lugar que está debidamente supervisado”, comenta Lucía, cliente frecuente en uno de los restaurantes ubicado en la Plaza de Armas.

Para Agustín, quien también trabaja como mesero en uno de los restaurantes en el primer cuadro de la ciudad, la vida aún no vuelve por completo a las plazas del Centro Histórico, pues aunque la apertura de negocios no esenciales ha provocado que haya más visitantes en las calles del centro, no es cómo era antes.

“Si hay más gente en el centro, sí se nota una diferencia de cuando todos los negocios estaban cerrados, pero de todas formas todavía no es como era antes, una cosa que todavía nos afecta es que las plazas principales como la Plaza de Armas todavía está cancelada con las cintas amarillas, la gente no puede venir y sentarse aquí como antes, eso limita mucho el flujo de personas.

“El movimiento en los restaurantes está muy lento todavía, sobre todo por la mañana, vienen dos o tres parejas a desayunar pero nada más, en la noche hay poca gente. El Día del Padre sí tuvimos algunos servicios pero no fue como otros años”, comenta Agustín.

A pesar de las complicaciones económicas que ha dejado la contingencia sanitaria por Covid-19, los trabajadores de restaurantes y cafeterías se muestran contentos de volver a sus trabajos.

Los meseros del restaurante 1810, por ejemplo, uno de los lugares más tradicionales de la ciudad, ponen siempre la mejor cara a las personas que llegan al restaurante !Buenos días! ¡Bienvenidos! !Qué gusto volver a verlos! Dicen a los comensales que llegan al lugar.

El 1810 fue uno de los primeros restaurantes de Querétaro que cerró sus puertas cuando se presentó la contingencia sanitaria, ahora, con una rotación de meseros, personal de limpieza y de cocina, se organizan para mantener de pie a dicho establecimiento, esperando que con el paso de los días, la actividad comercial vuelva a la antigua normalidad, aunque con nuevas reglas.

Las actividades que pueden realizarse desde el pasado 17 de junio son: hoteles al 30% de capacidad, restaurantes y cafeterías a 50%; peluquerías, estéticas y barberías a 50%, y sólo mediante citas, así como parques, plazas y espacios públicos abiertos a 50%; mercados, supermercados y comercios a 75% y manteniendo la medida de una persona por familia.

Además de gimnasios, albercas, centros deportivos, spas y centros de masajes a 30% —únicamente por medio de citas—; centros comerciales a 25% de su capacidad, iglesias y templos al 25%, y sin celebración de servicios religiosos. Deportes profesionales sólo a puerta cerrada.

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