“Seas quien seas, sea cual sea tu posición social, sea alta o baja; ten siempre mucha fuerza y determinación. Haz todo con mucho amor y con mucha fe en Dios, porque un día llegarás a tu meta”, Ayrton Senna.

En 2007, Luis Michael Dörrbecker Rebollar se encontraba en Panamá, estaba a punto de competir en la final del campeonato latinoamericano de karts, le quedaba una victoria para coronarse. El mismo día que llegó se enteró de que su abuelo materno, José Luis Rebollar, acababa de fallecer; Miji se quedó sólo en Panamá con apenas 14 años, su mamá y su hermana volaron de regreso a México para estar en los funerales. Miji se convirtió en campeón internacional por primera vez, pero también perdió a la persona que lo impulsó para estar detrás del volante.

“Fue un momento de esos que definen tu vida, gané la carrera y quedé campeón. Cuando regresé ya nunca volví a ver a mi abuelo, estaba hecho cenizas en una urna, pero creo que eso define un poco lo que ha sido mi carrera. Cuando compito pienso mucho en él, era una persona que no juzgaba”, señala.

Con apenas 8 años, su abuelo lo llevaba a los go karts en Cuernavaca, lo inscribía a escondidas de sus padres en torneos locales, Don Luis fue quien predijo que Miji sería piloto profesional.

Lo que el viento se llevó

Rodeado de trofeos, reconocimientos, partes de autos y fotografías, Michael relata que su objeto favorito de ese mini museo, que se encuentra en casa de sus padres, es una foto donde están abrazados su tío, su mamá y su papá, momento exacto en el que logró el campeonato de la Nascar Challenge en 2018.

“Me gusta mucho porque explica el sacrificio como familia que tuvimos, me hice un piloto profesional hasta 2017, antes yo no ganaba dinero, requerí de un apoyo enorme de mi familia, ese fue el momento donde el ciclo se cerró. Además, a mí papá le costaba trabajo aceptar el hecho de que yo quisiera ser piloto, él es ingeniero, y que su hijo le dijera que no quería estudiar fue complicado, por lo que esa foto fue la primera vez que me sentí aceptado por quien soy”, comenta.

Y es que para Miji, ser el mejor piloto queretano de automovilismo no era algo para presumirse, tampoco lo eran el campeonato de autos GP en Europa, las pruebas en simulador de Fórmula 1, las pruebas para IndyCar, el haber obtenido el casco de plata en dos ocasiones por la Federación Mexicana de Automovilismo, todo eso no bastó para mostrar con honor a qué se dedicaba.

“Me costó mucho trabajo hasta esa foto decir que soy piloto. Me daba pena decir lo que hacía, porque pensaba que me iban a juzgar, tal vez porque con mis papás había esa discusión, y hasta hace como dos años pude decir orgullosamente lo que soy y lo que hago”.

Memorias de un piloto
Memorias de un piloto

Abuelo, tu profesía se cumplió...

Hoy, a sus 27 años, Michael Dörrbecker está por debutar en la categoría estelar del campeonato Nascar México, y junto a sus “puercos”, solamente tiene un objetivo: “El equipo está motivado, estamos en un plan de borrón y cuenta nueva, concentrados en este 2020, porque sabemos que será una temporada dura, tenemos una meta difícil que es ganar el campeonato y, sobre todo, será una lucha monumental entre grandes equipos”, menciona sobre el serial de la Nascar que comenzará el 28 de marzo en Querétaro.

Aunque el sueño de Luis Michael sigue en el extranjero, ahora lleva por nombre la Nascar Cup en Estados Unidos, aunque para ello, primero deberá demostrar porqué fue elegido para ser uno de los pilotos que debutarán en la categoría estelar en este 2020, un reto donde pondrá a prueba su versatilidad en la pista y al igual que en 2018, demostrar que no es un novato en autos tipo stock.

En cada pista antes de arrancar, Miji trae a su mente uno de los recuerdos más valiosos que lo impulsan en la competencia: “Estaba en Cuernavaca en un kart de renta dando vueltas, y mi abuelo estaba en las gradas tomando el tiempo con su reloj, poco profesional el asunto [ríe], pero esa memoria la cargo conmigo siempre y espero que esté orgulloso”, explica.

Un camino sinuoso

Para alcanzar el futuro Dörrbecker necesita de sus recuerdos, y de sus mejores momentos.

A la pregunta ¿qué le dirías a Miji de 8 años cuando corría Go karts a escondidas?, señala que “le diría que confíe en sí mismo. Al ser un deporte individual siempre es importante la parte mental. Hubo como cinco años donde no confiaba en las decisiones que tomaba (…), todos mis amigos estaban graduándose, conociendo gente, yendo a la universidad, y yo del otro lado del mundo (…) solito, dudando si estaba haciendo lo correcto y eso me afectó en la pista. No es coincidencia el campeonato que gané en 2016 cuando arreglé mis ideas, le diría que confíe en ese destino”, señala.

Y si en ese mismo viaje te encontrarás a tu abuelo, ¿qué le dirías?: “Le diría que regrese, que me hubiese gustado compartir esto con él, estoy seguro que no se perdería ni una sola carrera. Lo llevo conmigo siempre, tengo una foto de él en mi cartera. Siento que, aunque suene feo, el hecho de que no esté aquí me enseñó mucho a crecer también. Me gustaría tener 5 minutos con él para platicarle que es lo que pasó y cómo voy, preguntarle qué opina y decirle que su profecía de que iba a ser piloto… se cumplió”.

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