Antonio Arredondo comenzó a practicar la magia desde los ocho años de edad y de manera profesional lo comenzó a hacer a los 20 años, además de presentarse en eventos empresariales, participa en Project Magic, iniciativa creada por David Copperfield, para enseñar trucos a niños con discapacidades físicas.

Maestro de idiomas y escultor, Antonio, de 36 años de edad, dice que desde niño su abuela notó que le gustaba la magia, pues cuando veía un truco se emocionaba mucho, por lo que le comenzó a regalar libros que trataban de esta diciplina, además de que a su padre le gustaba mucho ver actos de magia, por lo que además de su afición, se sentaba junto a su papá para pasar tiempo con él a ver programas de magos famosos.

Antonio hace un par de ilusiones frente a su madre Consuelo. La mujer en silla de ruedas se sorprende del truco de la carta que acaba de hacer el mago frente a sus ojos. Los dos lucen contentos con el acto.

Las ilusiones las repite frente a un grupo de niños, quienes observan con atención al mago mientras saca una moneda de detrás de la oreja de una niña.

“Ahorita [para aprender magia] hay muchas opciones. Cuando empecé tenías que buscar libros, preguntarle a tu tío si se sabía un truco con una moneda.

“Luego tú te sabías un truco y le pedías a tu primo que te enseñara el de las cartas. Ahora hay opciones para aprender por internet, hay gente que le gusta ver videos, puedes ir a convenciones, puedes adquirir libros. Incluso, ahora ya hay universidades.

“Aquí en el país no hay alguna formalizada, pero en España ya hay una carrera de ilusionista”, señala el mago.

Dice que viene de una familia que no es muy dada al arte, son más tradicionales en cuestión de empleos y de carreras. Alguna vez hizo un show para su familia cuando era niño, pero le hicieron énfasis en los errores, lo que lo desanimó un poco, pero siguió practicando todos los días para alcanzar un buen nivel.

Un día en la universidad, cuando estudiaba Comunicación, les pidieron llevar a la persona más interesante que conocieran para entrevistarla. Un amigo llevó a su tío que era un mago profesional, ese día se puso a hacer magia y comentó que de eso vivía.

El día que cambió su vida

Antonio llevaba muchos años practicando magia, pero sin mostrarle a nadie, porque pensaba que lo podía hacer mal, pero esa charla del mago lo animó a enseñarles algunos trucos a sus compañeros. El joven que llevó a su tío mago lo puso en contacto con el manager del artista y lo comenzó a manejar de manera profesional.

Recuerda que su primera presentación profesional fue un tanto atropellada, pero la gente quedó muy contenta, así que lo volvieron a contratar un par de veces, y quien lo manejaba lo comenzó a promocionar durante dos años.

Señala que actualmente tiene un show que se llama Jurasic Magic, que combina dinosaurios y magia, muy pensado al público familiar, donde utiliza títeres de dinosaurios, los cuales combinacon trucos de magia.

Recuerda que cuando llegó a Querétaro encontró complicado desarrollarse como mago corporativo, como lo hacía en Monterrey, Nuevo León, por lo que decidió montar un espectáculo que ha sido bien recibido por el público.

La actividad de Tony no se ha limitado a México. Se ha presentado en Japón, Europa, Corea del Sur, Argentina, Brasil, Colombia. Además, tiene varios shows que cambia de acuerdo a la región y al público ante el que se presenta.

Originario de Acapulco, Guerrero, lleva en Querétaro alrededor de cuatro años, también da clases de magia en una universidad y una casa de la cultura. Sus alumnos en su mayoría son jóvenes en edad universitaria.

“En el perfil es muy curioso, porque, o son muy extrovertidos, o son muy reservados, y la magia les enseña a expresarse a cualquiera de los dos, porque al que es extrovertido lo quiere como un canal para llamar la atención, y al invertido lo ayuda como un canal de comunicación para poder acercarse a la gente”, abunda el artista Queretano.

Indica que hay muchos magos a quienes admira, pero en especial a David Copperfield, con quien trabaja indirectamente en Project Magic.

En Querétaro acude un grupo de magos a un hospital, aunque están abiertos a acudir a otras instituciones para implementar el proyecto, con el cual llevan un año haciendo funciones.

Precisa que los niños reaccionan muy bien a la magia, pues lo ven con algo maravilloso, pero él siente que la reacción de los adultos es aún de más impacto, pues ya tienen un pensamiento lógico para razonar las cosas.

Labor trascendental

Dice que antes pensaba que su trabajo como mago no era tan importante, pues creía no era prioritario para la sociedad, como pudieran ser la comida o los servicios médicos.

Sin embargo, luego de pensarlo, se dio cuenta que su actividad sí es importante, como todas las expresiones artísticas, pues sirve como un distractor para la gente.

“Ahorita estamos siempre estresados en el tráfico, gritando, en el trabajo, y la magia te da un escape pequeño de esa realidad, te da una ilusión, te hace escaparte en ese momento de esa realidad que en ese momento te está agobiando.

“Lo que creo que debería pasar es que justamente la gente apreciara más estas artes performáticas que son en vivo, en el momento (…), ver magia que ocurre en tus manos, un anillo que entra en un lugar donde no debería, una carta que cambia de color, todo eso sí tú lo intentas no va a pasar, pero en manos de alguien que practicó años para que tú lo pudieras ver y que suceda frente a ti, es algo que la gente recuerda toda la vida”, puntualiza.

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