Desde que tenía 19 años de edad, Tlatoani comenzó a dormir cada vez menos; primero 4 horas, después sólo 3 o 2 horas al día, en algún momento pasó 3 días sin dormir. Su cuerpo estaba débil, las articulaciones le temblaban, tenía ojos llorosos y sentía dolor en el pecho al respirar; su cuerpo estaba agonizando por la falta de sueño, pero su mente no paraba de trabajar.

“Es una pesadilla, es desesperante, quieres dormir pero tu mente no deja de pensar cosas, perdí la capacidad de comunicarme con la gente, me aislé totalmente y viví episodios de depresión y ansiedad”.

Cuando la falta de sueño se hizo evidente, el joven que ahora tiene 31 años de edad, reconoció que padecía un trastorno del sueño: insomnio.

Decidido a recuperar su ciclo de sueño habitual, Tlatoani Garnica Rosales intentó dormir con música relajante, yoga, amplias jornadas de ejercicio, aromaterapia, de todo, pero fueron las consultas con un psiquiatra lo que finalmente le ayudó a restablecer su ciclo de sueño.

“Intenté de todo, pero ir con un psiquiatra fue lo que verdaderamente me ayudó, tomo medicamento que me aporta sustancias que mi cuerpo por sí sólo no produce, ahora duermo al menos 5 o 6 horas diarias, pero es por mi actividad laboral, no es porque tenga problemas de sueño. En mi familia hay varias personas con dificultades para dormir, aunque en mi caso influyeron mis episodios de depresión y ansiedad”.

“A las personas que padecen problemas para dormir, les aconsejo que se atiendan inmediatamente, no se lo tomen a la ligera, es una condición que provoca ataques horribles de ansiedad y depresión. Creo que ya es tiempo de quitarnos ese tabú de acudir con especialistas para solucionar este tipo de problemas”, comenta.

La falta de sueño es un problema mundial que se considera parte de la vida moderna. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 40% de la población presenta insomnio en algún momento de su vida.

Se estima que en México, 39% de la población entre 18 a 65 años presenta problemas de insomnio.

¿Qué es el insomnio?

Alonso Tena Razo, especialista en trastornos del sueño, define al insomnio como la dificultad para dormir, lo que presenta consecuencias diurnas como el cansancio, irritabilidad y falta de atención, lo que afecta el funcionamiento de la persona en su ámbito laboral, familiar, social o académico.

Según el especialista, todos somos propensos a tener una mala noche, pero si el problema para conciliar el sueño se repite al menos tres veces por semana, durante más de tres meses, podría tratarse de un Trastorno por Insomnio, por lo que se debe acudir con un especialista.

“No sólo con el insomnio, sino con el sueño en general no le damos la importancia que merece, la OMS dice claramente que el descanso es uno de los tres pilares de la buena salud, junto con la alimentación y el ejercicio. Siempre sacrificamos nuestras horas de sueño por hacer otras cosas, y dormir correctamente es fundamental”.

Las personas con insomnio reportan una peor calidad de vida, pues tienen mayor riesgo de sufrir accidentes, enfermedades metabólicas, cardiovasculares, depresión y trastornos de ansiedad.

Alonso Tena detalla que los factores que causan insomnio son variados; estos pueden ir desde un episodio de estrés, malos hábitos de sueño, casos de ansiedad o depresión, e incluso alguna predisposición genética.

Las formas de curar el Trastorno por Insomnio son tan variables como los detonantes del mismo; es decir, la situación puede resolverse con terapias de respiración y relajación, y en última instancia, con medicación.

“La primer línea de tratamiento no es el medicamento, lo primero que hacemos es una Terapia Cognitivo Conductual para el Insomnio, con la que trabajamos los pensamientos no compatibles con el sueño, técnicas de relajación, meditación, respiración, ese es el tratamiento más eficaz y más seguro porque no se usan medicamentos. Si eso no funciona, en casos muy seleccionados se usan ciertos medicamentos que no generan adicción”.

El especialista recomienda darle la importancia suficiente a la calidad del sueño y no esperar a tener algún trastorno para eliminar los malos hábitos a la hora de dormir. Señala que el uso de aparatos electrónicos como los celulares, debido a la luz azul que emiten, afectan los ciclos de sueño de cualquier persona

“La luz azul que general los dispositivos electrónicos afecta muchísimo porque retrasa el sueño, el ciclo de descanso se recorre, nuestro sistema biológico de sueño funciona básicamente con la luz o la oscuridad, entendemos que si está oscuro es hora de dormir, pero ahora, con toda la tecnología, la noche ya no es sinónimo de oscuridad. Sobre todo los adolescentes tal vez tienen sueño a las 2 de la mañana y las clases empiezan a las 7 de la mañana, entonces ya no cumplieron su ciclo de 7 horas de sueño, es algo que no notas de primera instancia, hasta que pasa el tiempo y notas que tienes estos malos hábitos que podrían generar insomnio”.

“La principal recomendación es respetar la función del dormitorio, que sea un lugar sólo para dormir y descansar, ahora trabajamos e incluso comemos ahí, eso no es lo mejor”, comenta Alonso Tena.

Ante la dificultad para conciliar el sueño se recomienda salir de la cama si no logras dormir después de 20 minutos, realizar alguna actividad monótona y volver, también evitar la cafeína, alcohol y tabaco; el ejercicio por la noche, cenas abundantes y suspender las siestas durante el día, dormir con la temperatura adecuada, usar ropa cómoda, acostarse y levantarse siempre a la misma hora.

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