Los vehículos pasan veloces por la avenida Los Arcos. Algunos apenas reparan en la presencia de las esculturas monumentales que ocupan el centro de la vía y que son obra de Fernando Andriacci, trabajo que estará expuesto hasta marzo próximo.

Es casi el mediodía del sábado y el aire frío obliga a muchos paseantes a refugiarse en los lugares cerrados. Los vecinos de las colonias Carretas y Pathé caminan por la avenida. Bien abrigados pasean solos o con sus perros.

En un jardín cercano un grupo de personas hace ejercicio. Otros llegan sencillamente a sentarse en una banca y ver pasar la gente.

Las esculturas del artista originario de Cuicatlán, Oaxaca, llaman la atención por su colorido y por las formas que representan. Elefantes, rinocerontes, libélulas, son reconocidas a la distancia. Hay otras, como un músico, que quizá necesite un poco más de atención para encontrarle forma.

Para conocer el nombre de cada escultura el interesado deberá emprender la caminata por Los Arcos. De cerca se pueden apreciar las imágenes que decoran cada escultura. El autor, además de esculpir, también pinta, por lo que el trabajo de imágenes también es suyo.

A detalle se ven figuras que van en concordancia con la pieza que decoran. En el caso de los elefantes hay pequeños paquidermos dibujados, así como otras imágenes de la autoría del artista.

Llegan los visitantes

Una familia pasea por Los Arcos. Observan las esculturas. Caminan por el césped. Cuando llegan a la base de cada arco deben sortear los trozos de cantera que están dispuestos como decoración. Es complicado. El padre baja al arroyo para que su esposa y sus dos hijos caminen sobre la guarnición.

Avanzan animados. No les preocupa mucho que tengan que sortear las piedras; en cada escultura se toman una fotografía.

Todo está muy bien hasta que los aspersores se activan y la familia corre huyendo del agua. Una mujer que también visita las esculturas busca cruzar la avenida para evitar la mojada. La cantidad de vehículos que pasan no se lo permite de manera rápida. A pesar de tratar de alejarse lo más pronto posible, no puede escapar de la remojada.

Quienes ya saben el momento en que se activa el riego del césped son los vendedores que se encuentran en la esquina de Los Arcos y Bernardo Quintana, quienes con cautela, cuando se acerca la hora, se alejan de la zona

Luego de ponerse a salvo del agua, la familia observa las esculturas desde el otro lado de la avenida, aunque del lado al que cruzaron está la construcción de una desarrollo inmobiliario, por lo que la banqueta se ve reducida. Deben caminar hasta donde termina la construcción y la acera es más ancha.

La ropa mojada y fría orilla a los dos adultos y los dos menores a buscar los rayos del sol, para calentarse y secarse.

Por la tarde los visitantes aumentan. No faltan los automovilistas que junto con su familia buscan un sitio para estacionarse y mirar detalladamente la obra del artista oaxaqueño, quien tiene parte de su obra mural en instalaciones como Papalote, Museo del Niño, la Biblioteca Municipal de San Felipe del Agua, en Oaxaca y el Observatorio Astronómico de Oaxaca.

Obra monumental

Ver de lejos las piezas no se compara con verlas de cerca. Un hombre con su hija, de unos 5 años, recorre la muestra. Se detienen a ver las imágenes. La menor le pide una foto junto a la escultura de nombre Rinoceronte. Es de las piezas que tienen menos color. Es de un tono bronce y oro. A pesar de no tener el colorido de las otras piezas, la belleza atrae.

Los visitantes aprovechan el clima de templado a fresco de la tarde queretana para caminar a través de la avenida emblemática de la capital, con sus áreas verdes a los costados, con sus negocios cercanos como restaurantes, cafeterías, algunas librerías y hasta una tienda de conveniencia, que hacen que recorrer los Arcos se convierta además en un paseo familiar o con los amigos.

Un camino conocido

Para la mayoría de los queretanos transitar por Los Arcos se ha hecho una rutina, ya sea para transitar al trabajo, la escuela o regresar a casa. Pocos son los que se toman en tiempo para detenerse a observar el monumento y las exposiciones que se montan periódicamente en el lugar.

Incluso, los turistas que recorren la avenida en los tranvías que salen de Centro Histórico, prestan más atención al monumento antiguo que a las exposiciones de los artistas contemporáneos.

La obra de Fernando Andriacci, con su Mamá Elefante, Camello Geométrico, Mujer con Rebozo, Elefante Elíptico, Pez Vela y la Libélula Geométrica, son un paseo que disfrutan las familias. Es un momento que sirve para caminar, conocer de cerca Los Arcos, y disfrutar la ciudad.

Los animales del artista Fernando Andriacci estarán en el sitio hasta marzo próximo, para que las familias, con amigos o en solitario disfruten de las piezas y del paseo por la avenida más famosa y emblemática de la ciudad de Querétaro.

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