Carlos Alberto López González, con un trabajo de más de 25 años en el tema de mamíferos mexicanos, es un investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) que actualmente es parte integral del Programa de Recuperación del Lobo Gris Mexicano, además de que en Querétaro estudia las condiciones de población del gato montés.

En entrevista, López González explica que desde que era niño desarrolló la curiosidad por los seres vivos y creció con el sueño de estudiar a los grandes animales silvestres.

“Este sueño nunca abandonó mi modo de pensar y creo que es la razón por la cual obstinadamente he desarrollado el gusto por el estudio de este grupo de especies.

“Posteriormente, y a través del aprendizaje, me di cuenta de la vulnerabilidad que tienen dichos animales y decidí que era importante dedicarles más tiempo, no sólo a estudiarlos, sino a protegerlos en la medida que pudiera”, señala.

La fauna silvestre, expresa el investigador y doctor en Biología, pasa inadvertida por la mayor parte de la sociedad civil, pues su exposición está limitada a documentales, zoológicos y, en algunos casos, a alguna mascota exótica.

Sin embargo, dice, el caso de los grandes carnívoros es singular, ya que al ser especies raras y estar constantemente en conflicto con las actividades productivas, se colocan en situación de vulnerabilidad que las ha puesto en riesgo de extinción.

El reto real, reflexiona, es lograr conciliar las necesidades de los animales silvestres, en este caso de los mamíferos, con el desarrollo humano y la urbanización. Afirma que ésta no puede detenerse, pero es posible que la población y la fauna coexistan en un equilibrio propicio para ambas.

Sin embargo, existe también otro tipo de obstáculo en este trabajo de protección, que van desde la falta de conocimiento por parte de los tomadores de decisiones hasta la procuración de fondos, así como asegurar la continuidad de todos los programas diseñados para la conservación.

“No se puede recuperar a una especie en un periodo corto, se requieren muchos años. Y esto a veces no se entiende por parte del público o de los tomadores de decisiones”, señala López González.

El investigador actualmente es parte integral del Programa de Recuperación del Lobo Gris Mexicano, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), un órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que, a través de su Programa de Acción para la Conservación de la especie, tiene como objetivo principal el establecimiento de una o más poblaciones en vida libre del lobo mexicano.

El hombre que cuida del lobo gris mexicano
El hombre que cuida del lobo gris mexicano

Hasta el momento, y gracias al esfuerzo de este programa, se ha logrado pasar de una población extinta en vida libre a una población compuesta por 30 a 35 individuos, de la cual se han producido 11 camadas nacidas en vida libre desde 2014, con 28 cachorros en total.

“Lo ideal es que esta población se una con la que se encuentra en Estados Unidos y que en conjunto podamos quitar al lobo mexicano de la lista de especies en riesgo en ambos países”, dice.

“En caso de desaparecer especies como el jaguar o el lobo, los ecosistemas de México y la sociedad en general perderían un poco o un mucho de la patria que nos ha visto crecer.

“En términos ecológicos, estas especies contribuyen al funcionamiento de los ecosistemas, regulan las poblaciones de los animales de los que se alimentan, los cuales a su vez modifican la estructura de la vegetación, influyendo así en la cantidad de agua que está presente en el medio silvestre.

“Esta combinación de efectos se traduce en una mejor calidad de vida para los seres humanos. Existen sitios en México, donde los grandes carnívoros ya no están presentes y por ende, el efecto que estas producían se ha perdido”, agrega.

López González reitera que es necesario que los conservacionistas y los tomadores de decisiones trabajen en conjunto por la recuperación de animales en peligro, de modo que no se diluyan los esfuerzos individuales y puedan conseguirse así mejores resultados.

Además del programa de conservación del lobo mexicano, el investigador también está trabajando en los alrededores de Querétaro con los gatos monteses para conocer el estado de sus poblaciones, así como proponer estrategias para favorecer el desarrollo armónico y sustentable del Bajío utilizando el conocimiento generado por esta especie.

Asimismo, estudia el comportamiento de los jaguares y pumas entre los seres humanos alrededor de los desarrollos turísticos en la Península de Yucatán.

En el noroeste del país, busca generar información que ayude al conocimiento ecológico y coexistencia de osos negros.

Como docente de la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) de la UAQ, López González afirma que intenta transmitir a sus alumnos que todas las especies tienen una razón de estar con nosotros.

“No importa si son grandes, carismáticas y hermosas a la vista o pequeños y llenos de baba, todas las especies merecen seguir en el mundo, las necesitamos y se necesitan entre sí, y es nuestra obligación como biólogos el perpetuar su continua existencia”, afirma el biólogo.

Recientemente, López González fue reconocido por el Ayuntamiento de Querétaro con la medalla José Ignacio Ruiz Calado por su trabajo de más de 25 años en el tema de mamíferos mexicanos, estrategias para su conservación y cuidado.

López González manifiesta que el haber recibido este galardón implica, indirectamente, que la sociedad está poniendo atención a este grupo de especies, muchas de las cuales se encuentran actualmente en peligro de extinción.

Google News

TEMAS RELACIONADOS