¿Tu sueldo no te permite viajar a Canadá, China, India o Pakistán? ¿Tu sueño siempre ha sido vestir con prendas de importación? ¡No esperes más! En la colonia Presidentes un tianguis con décadas de existencia espera a familias de todas las clases sociales.

En el tianguis se encuentra lo impensable. Desde antigüedades hasta tenis y zapatos de marca; ropa de importación y autopartes; alimentos, cosméticos y artículos para mascotas; muebles y aparatos electrónicos.

Lo más llamativo es la ropa de segunda mano, en donde encuentras pacas de primera, segunda y tercera calidad, en esos puestos se venden prendas hasta en 5 pesos, las más caras, aún con etiquetas, no cuestan más de 400 pesos, es ropa de Tommy Hilfiger, Nautica, Ralph Lauren o Banana Republic.

Incluso cuenta la leyenda que algunas grandes personalidades de la farándula se dan cita en este tianguis para comprar varias bolsas de ropa. Una de esas es Galilea Montijo, según cuentan algunos comerciantes y clientes frecuentes.

“Aquí ha venido Galilea Montijo y ella dice que no le da pena comprar ropa en este tianguis, que es buena ropa, de muy buena calidad, y sin pena venía y escogía la ropa que le gustaba”, comentan los vendedores.

Dos veces por semana

Este tianguis se instala los días martes y sábados. A inicio de semana es cuando los tianguistas surten prendas nuevas, abren las pacas a primera hora del día, e incluso ya hay clientes esperando. Esa ropa, al ser de la mejor calidad, es la que se vende primero.

“Aquí viene mucha gente rica, gente de dinero, que según ellos se vienen con lentes oscuros y con gorras o sombreros, yo creo para que no los reconozcan, pero vienen aquí porque hay ropa de muy buenas marcas, algunas hasta con sus etiquetas. Entonces, pues con lo que te gastas en una tienda grande compras aquí 4 o 5 prendas. Es gente de muchos años que ya sabe dónde comprar, y así usan todo el tiempo ropa de marca”, cuenta don Luis, que vende ropa de paca en el tianguis desde hace más de 20 años.

Para Carmen García, comprar ropa en este tianguis es una actividad muy común inculcada por sus padres desde que era muy pequeña. “Yo he comprado cambios completos de ropa, de buenas marcas, es que aquí hay ropa hasta de 5 pesos, aunque ya no es de tan buena calidad, pero es para las posibilidades de cada quién.

“Y hay algunos comerciantes que no saben ni qué es lo que venden, yo una vez compré una lámpara Tiffany por 20 pesos, cuando es una lámpara que cuesta unos 5 mil pesos”.

Por los angostos pasillos se encuentran los puestos de comida mexicana, gorditas, tacos y tostadas; también hay muchos puestos de zapatos y autopartes, bocinas, reproductores y sintetizadores, pantallas planas y salas completas.

¡Llévele, llévele! ¡Pura ropa de boutique! ¡Pásele señora lo que busque aquí lo tenemos! Se escuchan los gritos de los verdores por todas partes.

La actividad inicia a las 8 de la mañana y termina aproximadamente a las 5 de la tarde, son miles de personas las que semanalmente visitan el mercado ambulante. Con casi 30 años de historia, se ha convertido en un punto de referencia entre los queretanos.

Son muchas las familias que se reúnen ahí cada día sábado para desayunar unas ricas gorditas o unos tacos de carnitas, y después de eso inician la búsqueda de tesoros. Como una tetera con su juego de seis tazas hechas de porcelana china, que aglutina a un grupo de personas preguntando cuánto cuesta, “es de 600 pesos”, responde el vendedor, y después de analizarlo un momento, uno de los compradores se decide a llevársela.

Clientes frecuentes

Esa historia se repite en cada uno de los puestos, en los que de la vista nace el amor. “Mira yo vivo en esta colonia y tengo la costumbre de venir con mis niñas a ver nada más lo que venden, y siempre salimos con algo, siempre hay algo que nos gusta, algo que necesitamos o algo que buscábamos desde hace tiempo. Entonces se diría que somos clientes frecuentes, de que cada semana nos damos nuestra vuelta por aquí”, comenta una de las visitantes.

Ya alrededor de las 3 de la tarde, los comerciantes comienzan a guardar sus productos; la ropa de paca vuelve a las cajas de plástico, otros comerciantes comienzan a cargar los muebles seminuevos que no se vendieron ese día y los resguardan en las camionetas. Los últimos en irse son los vendedores de comida, pues nunca falta el despistado que busca algo de comer casi a las 5 de la tarde.

De esta forma, el tianguis de la colonia Presidentes detona la actividad económica del mercado municipal que lleva el mismo nombre, pues los clientes del tianguis también circulan por los locales del mercado, los “viene viene”, encargados de buscar un cajón de estacionamiento para los clientes, también hacen su agosto; “el comercio nos ayuda a todos”, comentan.

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