Carmen Jiménez Guzmán señala que en su trabajo ningún día se parece a otro. Como directora de las residencias Acacias, para el adulto mayor, sus días comienzan muy temprano, pues tiene que coordinar todos los servicios que se les brindan a los 28 residentes de 24 horas, muchos de los cuales por la edad tan avanzada necesitan de cuidados muy personalizados.

Dice que la atención que brindan a los adultos mayores es interdisciplinaria, pues se cuenta con especialistas de medicina, sicología, nutrición, rehabilitación, además del apoyo total al adulto mayor, como cambio de pañal, alimentación, bañarlos, actividades lúdicas, así como fisioterapia.

Explica también que tienen cinco residentes de día, que ingresan a las ocho de las mañana y salen a las cinco de la tarde.

“Ningún día se parece a otro. Todo empieza a la cinco de la mañana, cuando algunos de los abuelitos se levantan. La mayoría se levanta a las siete, entonces la atención va desde el baño, ponerles su ropa, acompañarlos, vestirlos, decirles que ya se servirá el desayuno. Luego hay ayudarlos en el aseo, y pasamos a la calistenia, que son ejercicios pasivos grupales. Si da tiempo, algo que les llama mucho la atención es el rosario. Los lunes les traen la comunión”, añade.

Indica que han tenido a personajes muy emblemáticos, pues en sus instalaciones han pasado desde militares, hasta personalidades como Chepina Peralta, actualmente residente del lugar.

Comenta que en una de las sucursales de Acacias se tiene a adultos muy mayores, pues habían notado que muchos de los residentes, tras llegar al asilo, morían a los tres o seis meses, lo que representaba un golpe muy duro para los demás residentes que se daban cuenta de los decesos.

“Por la modalidad de la casa podemos tener residentes con esas condiciones o en mejor estado físico. Otra cosa de la muerte es que la hablamos. Unos están muy preparados, pues nos dicen que ya están muy cansados, que ya vivieron muchos años, que son un estorbo, mientras otros quieren vivir muchos años más y tienen miedo a morir”, asevera Carmen.

En el aspecto sicológico reciben mucho apoyo del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Corregidora, a través de la sicóloga Elvia Palomares.

Precisa que los residentes en Acacias sólo se dedican a descansar y sus actividades lúdicas.

“Lo que también tratamos de hacer en el caso de los residentes que están bien, que no tienen el apoyo del cambio de pañal, es brindar el apoyo emocional y de acompañamiento. Les damos más atención y que se generen grupos entre ellos, ya sea para jugar dominó, para tejer, ellos están haciendo vínculos nuevos con gente propia de su edad”, subraya.

Se llegan a presentar casos de adultos mayores que son llevados al asilo, y cuyos familiares no suelen visitar, o no pagan los servicios del lugar. La mayoría cumplen con sus cuotas, con los medicamentos que necesitan los residentes y las visitas, que emocionalmente ayuda mucho a los adultos mayores.

arq

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