“Me asusté, cómo que soy positiva, me asusté más porque mi novio salió negativo, hasta le dije vete a tu casa para que no te contagies”, fue lo primero que exclamó Alondra Herrera, mexicana que vive en Westchester, Nueva York, cuando se enteró que tenía Covid-19.

Desde abril que inició el periodo de cuarentena y empezaron a cerrar negocios no esenciales en la gran manzana, Alondra también atendió las indicaciones y permaneció en su hogar; es asistente dental y su jefe le dijo que no trabajarían hasta nuevo aviso.

Pocos días antes de que dejara de trabajar, empezó a tener dolor de cuerpo, tan fuerte, que reconoció, se tomó casi un frasco entero de Tylenol, después se percató que perdió el sentido del olfato, esto cuando al cocinar con ajo no percibió el olor, sumado a que no percibía el sabor de la comída.

Se hace la prueba

Alondra se quiso hacer la prueba cuando le habían disminuido los síntomas y después de haber pasado varios días en cuarentena; para lograrlo ella y su novio —con quien vive— primero acudieron a uno de los puntos donde las realizan, pero no les permitieron el acceso bajo el argumento de que primero debían hacer cita vía telefónica.

De regreso en su auto, pero sin moverse del estacionamiento, llamaron al número que les proporcionaron para que les agendaran cita. Dijeron que habían estado en contacto con una persona infectada de Covid-19 y que ella había tenido ligeros síntomas similares.

“Nos dijeron que nos iban a llamar de tres a cinco días, pero en realidad fue más de una semana (...), Le llamaron a él primero, tenía la cita al día siguiente a la una de la tarde, a mí me llamaron para confirmar la cita tres días después, pero yo acompañé a mi novio a hacerse el examen”, señala.

Al día siguiente, Alondra y su novio se dirigieron al lugar donde hacen las pruebas en auto, si no acudían en vehículo no podían pasar.

El lugar es descrito como sacado de una película de terror o ciencia ficción, está acordonado por el Ejército, todos con caras serias, uniformados, armados y con cubrebocas. “Te ven con cara muy seria, un señor fue amable y preguntó si yo me iba a hacer la prueba, mi novio les dijo que tenía la cita para otro día, pero me dejaron hacerla con él.

Detalla que una vez que pasaron el primer acceso entregaron sus papeles y les dieron una hoja con número de folio, todo esto, refiere, fue por una rendija de la ventana del auto.

Así siguieron hasta que llegaron a una carpa donde había varias personas vestidas como astronautas, ya que tenían trajes blancos, caretas y trajes de pies a cabeza.

“Entonces dijeron que nos quitáramos el cubre bocas, nos pidieron que nos recargáramos en el asiento y alzar la cara, para que con un cepillo duro nos rascaran el interior de la nariz, nos lo hicieron al mismo tiempo, después nos dieron una hoja con indicaciones”, señala.

La espera

Para tener los resultados debían esperar de 3 a 5 días de acuerdo a las indicaciones que les dieron; la prueba se la hicieron el martes, el viernes se comunicaron con su novio para decirle que era negativo, al preguntar por los de Alondra le dijeron que todavía no estaban.

“Esperé hasta el martes siguiente y me dijeron que los míos habían salido positivos, que me quedara 14 días en casa, me preguntaron los síntomas que tenía y, sobre todo, si me faltaba la respiración, me dijeron que si me empezaba a sentir mal marcara para que me atendieran de emergencia.

También tenía que llamarle a su doctor de cabecera, lo hizo de inmediato; el médico preguntó los síntomas, le explicó que hacía dos semanas había sentido el cuerpo cortado y había perdido el olfato.

Esta llamada la tranquilizó, ya que le dijo que eran síntomas, pero cualquier cambio en su estado de salud comunicaban con ella.

“Me tranquilizó hablar con mi doctor porque me dijo que eran síntomas leves, que él trabaja en emergencias y lo que estaba viendo era muy feo, estaban los síntomas fuertes y que todos los doctores estaban estudiando el virus porque no saben qué darles a los contagiados (...) A los tres días hicieron llamada de seguimiento para ver cómo me sentía y si tenía alguna duda, desde entonces no he sentido nada”, manifiesta.

El tratamiento

El tratamiento que le dieron fue estar los 14 días en aislamiento total, aunque dice que es algo difícil de realizar porque el espacio donde vive con su novio es pequeño, además él no se quiso ir, pues le dijo que “si habíamos pasado tanto tiempo juntos y no tengo nada, no me voy a ir ahora que tú ya no tienes síntomas”.

Su doctor no le recetó ningún medicamento ya que le dijo no saber qué medicamentos podían activar o causar efectos secundarios.

Alondra ya no tiene ningún síntoma y reconoce que el domingo pasado salió un rato al parque, lugar donde, asegura, no hay riesgo de que contagie a alguien porque está muy alejado de la zona habitacional y está solo.

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