Hasta hace algunas décadas, los tatuajes eran para toda la vida. Los más valientes, literalmente se arrancaban o quemaban los pedazos de piel para eliminar aquella frase, símbolo o dibujos que ya no querían tener en su cuerpo.

Actualmente son muchas las clínicas que retiran el pigmento de cejas o labios tatuados; sin embargo, no todos estos sitios se especializan en retirar tatuajes completos.

Damián es un hombre de 33 años de edad, originario de Argentina, que se tatuó el nombre de su madre sobre toda su mano izquierda, además se tatuó la figura de un sombrero por la película favorita de su mamá.

Al principio, Damián estaba conforme con el tatuaje. Nunca tuvo problema para conseguir trabajo en su país, pero cuando por cuestiones laborales se trasladó a vivir a la Ciudad de México, entonces la situación se complicó, pues no podía conseguir un nuevo empleo debido a lo visible de su tatuaje.

Damián es asesor de ventas en una empresa que opera en Querétaro, logró conseguir el empleo porque ocultó su tatuaje; sin embargo, unos meses después, los directivos de la empresa descubrieron estas figuras hechas con tinta, y le pidieron que las ocultara con maquillaje o con un guante para quemaduras.

Por estas razones, Damián acudió a la clínica MissInk, que recientemente abrió sus puertas en Querétaro, para retirar su tatuaje y dejar de usar el molesto guante.

“Cuando descubrieron que yo tenía el tatuaje me pidieron que buscara una forma de ocultarlo, porque estaban muy contentos con mi trabajo y querían que yo siguiera laborando ahí. Yo no había vivido ese rechazo hasta que llegué a México.

“Primero intenté con maquillaje y el tatuaje se ocultaba bien, pero era muy molesto porque terminaba manchando todo mi traje, después opté por usar un guante como los que se usan para quemaduras, pero por eso vine a la clínica, para dejar de usar todo eso. Cuando no uso el guante me siento como si estuviera desnudo, la gente no deja de ver el tatuaje y hacer todo tipo de comentarios, me he sentido muy incómodo y, de hecho, ya ni siquiera me gusta el tatuaje que tengo, no me siento cómodo con él”, comenta.

Una alternativa confiable

En esta clínica especialista en retiro y desvanecimiento de tatuajes retirarán el tatuaje de Damián, luego de varias sesiones con disparos láser.

Él se recuesta sobre una cama reclinable en una pequeña habitación completamente iluminada; junto a él la máquina láser es ajustada por la experta Samantha Guevara Fajardo, quien también es fundadora de la clínica.

Samantha le explica que el método con el que retirarán su tatuaje es uno de los más recientes en el mundo y que toda la maquinaria utilizada es de tecnología alemana, explica también que no es un proceso invasivo y que no dejará ningún tipo de cicatriz sobre su piel.

“Una vez que terminemos de quitar el tatuaje tu piel será como un lienzo en blanco, es decir que podrás tatuarte de nuevo en esta parte de tu cuerpo, sin ningún problema”, le indica.

La experta le advierte que es un proceso incómodo y que podría doler un poco más que en el momento en que le hicieron el tatuaje. Personal de la clínica toma una foto de los trazos a eliminar, antes de comenzar el tratamiento, para observar el avance dependiendo de cada sesión.

Damián acepta, entiende lo explicado por Samantha y comienzan los pequeños disparos láser, dice que se sienten como el golpe de una liga sobre la piel. Personal de la clínica coloca unas gafas negras para proteger sus ojos, y le pasan a Damián una pelota flexible para que la apriete según sea su escala de dolor, y se sienta más cómodo.

El color manda

La fundadora de MissInk explica que retirar la tinta color negro es mucho más fácil, y que por lo tanto el desvanecimiento de la tinta de color rojo sobre su tatuaje dolerá un poco más, advierte que el color blanco es el único pigmento que los rayos láser no pueden eliminar.

“Esta tecnología no tiene ningún efecto si se aplica sobre la piel normal, sin tatuaje, pero al caer sobre una piel tatuada, el láser se convierte en un golpe que hace reventar las partículas de pigmento, y de esa forma es como la tinta sale poco a poco del cuerpo”, explica la especialista.

La sesión apenas dura unos 20 minutos y Damián siente un poco de ardor sobre su mano izquierda, la que recibió el tratamiento. Deberá volver por más sesiones, hasta que el tatuaje se desvanezca completamente.

En esta clínica, cada sesión de retiro o desvanecimiento de tatuaje tiene un costo aproximado a los 600 pesos, el costo total de esta actividad dependerá del tamaño y de la pigmentación del tatuaje que se quiera eliminar.

Samantha Guevara, la fundadora de la clínica confía en que paulatinamente las personas se darán cuenta de que el procedimiento para retirar un tatuaje es más accesible de lo que creen.

En su experiencia, el mayor número de clientes busca eliminar un tatuaje debido a que éste hace alusión a alguna expareja, no les gusta cómo quedó su diseño o simplemente creen que el tatuaje ya pasó de moda.

“Es impresionante la cantidad de personas que quieren eliminar algún tatuaje, aquí recibimos a clientes de todas las edades, desde jovencitas de 15 años, hasta mujeres de 60 o 70 años que quieren desvanecer el tatuaje que se hicieron en sus cejas.

Anteriormente, los tatuajes eran como el amor, para toda la vida, pero ahora ni uno ni otra cosa dura para siempre”, comenta entre risas.

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