Mujeres y hombres que usan la piel como lienzo y quienes ven en los tatuajes una forma de expresarse, se dieron cita en la Expo Tatuaje Querétaro 2018, donde se reunieron tatuadores así como distribuidores de diferentes productos relacionados a los mismos.

De fondo se escucha canciones de Metallica, Red Hot Chili Peppers, para luego dar paso a Luis Fonsi y su canción, amada y odiada a la vez, “Despacito”. Cientos de jóvenes, en su mayoría, pasean por los puestos de los exposición, en la cual tatuadores locales y foráneos ponen a disposición de los visitantes su trabajo.

Raymundo López destaca entre la multitud. El hombre de 65 años de edad, viste una camiseta sin mangas, dejando ver parte de los tatuajes que tiene en piel. Sólo una parte. Su cuerpo es decorado por 25 tatuajes hechos en poco menos de cinco años.

“Me gustan, me llaman la atención, por la originalidad de los mismos diseños y los trabajos. Lo había postergado (hacerse tatuajes) por motivos del trabajo. No estaba bien visto, lo discriminaban mucho a uno por los tatuajes. Hasta ahora ya empecé a tatuarme”.

“Un tatuaje muestra la seguridad de una persona”
“Un tatuaje muestra la seguridad de una persona”

Discriminación

Cuando Raymundo trabajaba en el gobierno de la Ciudad de México, quienes tenían tatuajes eran discriminados, inclusive los doctores veían de manera negativa a quienes con tatuajes se acercaban con la intención de donar sangre, pues decían que la misma estaba contaminada por los pigmentos.

“Lo consideraban un delito y como si fuera uno un criminal”, asevera, pues en muchos lados también sufría de discriminación. Cuando se jubiló de su trabajo decidió radicar en la ciudad de Cuernavaca,  en el estado de Morelos.

Raymundo daba clases de filosofía y el proceso para comenzar a tatuarse fue sencillo y no fue doloroso.

Mientras Raymundo platica, en uno de los stands cercanos una joven muestra el muslo al tatuador, que trabajará sobre la piel de la mujer siguiendo un patrón que previamente ya había dejado estampado en la piel.

Alrededor de ese punto se reúne medio docena de personas que ven cómo trabaja el joven.

En tanto, Raymundo explica que los tatuajes que se ha hecho no han sido tan dolorosos como se podría pensar.  Fueron, dice, algo tardados por lo elaborado del diseño, pues en algunos casos se requirieron de dos sesiones. Otros tardaron en estar listos luego de nueve horas de trabajo. Todo dependerá de la habilidad del tatuador como la elaboración de los mismos.

“Un tatuaje muestra la seguridad de una persona”
“Un tatuaje muestra la seguridad de una persona”

Raymundo no viene sólo desde Morelos. Está en compañía de Juan Pablo, Spider para los amigos. Él se dedica a tatuar desde hace 23 años en Cuernavaca.

Explica que el gusto por el tatuaje comenzó en su niñez. “Esto es un don. Muchas veces sabes dibujar muy bien, pero la piel es un lienzo en el cual no puedes borrar. Debes de ser perfecto”.

Recuerda que cuando él tenía ocho años su tío se tatuaba en el Cereso de Cuernavaca.

“Una vez lo seguí porque me atraían sus dibujos y veía que se impregnaba la piel de tinta. Empecé a buscar métodos, formas y es cuando se volvió mi pasión”.

Demuestran identidad

Precisa que los tatuajes actualmente son una tendencia por medio de la cual se puede expresar identidad. La gente recurre a ellos.

Sin embargo, aún siguen siendo algo mal visto, principalmente por generaciones mayores, que suelen asociar al tatuaje con el crimen y la delincuencia.

“Actualmente se están rompiendo esos mitos, porque para ser delincuente no te conviene tener rayas, te identifican. Entonces, como le digo a la gente, un tatuaje no te hace persona, al contrario, es un gusto, es una liberación. Un tatuaje muestra la seguridad de la persona, porque luego llega gente que dice que le gustaría tener uno tatuaje, pero no se anima a hacerse uno”, abunda Juan Pablo.

“Un tatuaje muestra la seguridad de una persona”
“Un tatuaje muestra la seguridad de una persona”

Dice que en el caso de los tatuajes ha resurgido el gusto por éstos, derrumbando uno que otro tabú que había alrededor de los tatuajes y las personas que deciden hacerse uno, o varios, pues ahora no se debe discriminar a nadie por el simple hecho de tener algún tatuaje, bajo pena de ser multado por las autoridades.

La idea de que las personas tatuadas son criminales y adictos poco a poco queda en el pasado, debido a que cada vez hay más profesionistas que se dedican a ello o que tienen tatuajes en su cuerpo.

Agrega que él es un ejemplo de que tener tatuajes no significa que sea malviviente, pues tiene un título en ingeniería industrial, algo que hizo para cumplir con su familia, pero ahora se dedica a su pasión.

En la exposición hay de todo. También se venden las pomadas que deben ser usadas tras la realización de un tatuaje, para evitar que se infecte o que la cicatrización sea imperfecta, dañando el diseño.

“Un tatuaje muestra la seguridad de una persona”
“Un tatuaje muestra la seguridad de una persona”

Iván Benito García Franco explica que su hermana, como química, sabe hacer todo tipo de cremas y productos que sirven para aliviar las molestias por hacerse un tatuaje.

A año y medio de creación, su pomada se logró consolidado en el mercado al cual buscan llegar, aquellos cuyos cuerpos son usados como una tela donde pintar y dibujar.

En la Expo hay una sección donde se puede comprar un refrigerio, mientras espera su turno en la silla del tatuador.

GR

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