“A veces la gente te ve como el malo y te va tratando de lo peor”, afirma Ángel Ramírez, con quien coincide Andrés Villa, ambos verdugos en el Viacrucis de La Cañada, quienes saben que son papeles complicados y no muy queridos por los fieles.

Ambos jóvenes serán quienes flagelen a Jesús este Viernes Santo, papel que a muchos podría desagradar, pero que alguien debe de hacer; en ellos recae la responsabilidad de martirizar al Nazareno antes de su muerte en la cruz.

Para Ángel este es el quinto año, de manera consecutiva, que interpreta al centurión romano que con un látigo torturará a Jesús; mientras que para Andrés será apenas el segundo en que interprete este papel el Viernes Santo.

“Me ha tocado a mi ser el malo. Ya en dos personajes. Antes fue Herodes, durante dos años, y luego me cambié a verdugo”, apunta ángel; mientras que Andrés señala que “es uno de los papeles un poco fuertes. Lo vemos de otra manera, es de otro nivel. En mi caso, también soy apóstol y cambiar de un papel a otro, es muy diferente, se vive diferente”.

Este es el segundo año en el que Andrés interpreta al apóstol Simón en la Última Cena, para el viernes ser soldado romano, lo que hace que se sienta satisfecho con su participación del Viacrucis de La Cañada.

Ambos jóvenes se siente honrados de participar en la Pasión de Cristo en El Marqués. Se sienten apoyados y arropados por sus respectivas familias, amigos y por la comunidad.

Sin embargo, encarnar a los soldados que castigaron a Jesús no es bien visto por los fieles, quienes han llegado a maltratarlos.

“Te ven como el malo y te van tratando de lo peor en el Viacrucis, pero yo creo que mientras a la gente le agrade y siga viniendo estaremos contentos de que nos acompañen”, apunta Ángel.

Andrés, por su parte, afirma que cuenta con todo el apoyo de su familia y la solidaridad de quienes confeccionan los uniformes, quienes se esmeran por ser lo más realistas que se pueda.

Aseveran que existe un diseñador que les confecciona sus uniforma a la usanza romana; ellos proponen parte de sus vestuarios, para dar un detalle de originalidad a su ropa y casco.

“De antemano, las mismas señoras se ofrecen a coser el vestido, a coser el traje, siempre el apoyo es muy bueno, y todo sale perfecto siempre, gracias a Dios”, sostiene Andrés.

Ángel precisa que para que la escena de la flagelación salga bien, lo más realista posible y sin que nadie salga lastimado, deben de prepararse bien.

“Hay que saber golpear. Golpear en un lugar específico para no dañar, porque al final son golpes fuertes, y tratar de cuidar un poco. Todo va con ensayos y dedicación para lo que vamos a representar. Tres, cuatro meses antes [de Semana Santa] estamos en la preparación de los personajes, tanto los verdugos, como los ladrones y el mismo Jesús, que es quien recibe. Estamos preparándonos constantemente, para que todo salga bien”, comenta Ángel, aunque dice que ha llegado a pasar en alguna ocasión que dieron un golpe que lastimó a su compañero actor, ante lo cual sólo queda ofrecer disculpas al final.

Ángel, de 24 años de edad, es soltero y es cantante el resto del año, presentándose en donde lo contratan; desde hace ocho años interpreta el género de banda. Por su parte, Andrés, de 31 años, es electricista de oficio,

Ángel nunca se imaginó cuando era niño que aparecería en el Viacrucis de su comunidad, aunque en ocasiones le pasaba por la cabeza interpretar a un ladrón, cosa que nunca ha hecho. En su lugar interpretó ya a Herodes.

Por su parte, Andrés dice “que nunca se imaginó estar aquí [en la representación de la Pasión de Cristo], pero al final de los años esto se viene bien y me gustó y aquí estoy”.

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