Si vivir de la música dentro de la industria es complicado, es todavía más difícil sobrevivir en el mundo de los músicos callejeros. Esos cronistas citadinos que recorren las calles del Centro Histórico en espera del momento indicado para ofrecer un par de temas entre los restaurantes, con los que buscan a cambio monedas (o, porque no, billetes) y no aplausos como los artistas dentro del mainstream.

Tobías es uno de ellos. Viajero constante, cantante y compositor al que le gusta irse por la derecha, “porque chueco pude haber hecho un chingo y no quise”.

Su nombre es Tobías Mireles, pero se promueve como Tobías CDMX, mismo nombre que tiene en su canal de videos en Youtube.

Es originario de la capital del país; sin embargo, decidió cambiar el rumbo de su vida, agarrar su guitarra y tocar en cualquier estado de la República Mexicana.

Por ejemplo, cuenta que lleva dos meses en Querétaro, en donde renta un cuarto y ofrece sus canciones a los comensales que él mismo escoge, “porque soy muy huevón para esto. No me gusta desgastarme en todos lados a todas horas, sólo le pego un rato, ves y te vuelves como psicólogo para esperar el momento donde se ve que habrá lana”.

Juglar moderno, crítico del sistema y de los políticos, además de amante del rock y sus vertientes, Tobías Mireles, con su voz de trovador y bohemio y los acordes de una guitarra bien afinada, capta la atención del escucha para llegar su conciencia, a esa parte de la mente que induce la reflexión.

Ser feliz, la única tarea del individuo

Sus pasiones, confesó Tobías, es la música y las ciencias de la comunicación. A la segunda no se dedica, sino que le gusta estar informado y encuentra en Carmen Aristegui a “mi heroína del ramo, porque esa mujer no se corrompe con nada, la han querido tumbar y no han podido, una mujer que tiene pantalones, principios, diplomacia, lo tiene todo y hay dos o tres personajes que merecen mis respetos, aunque la mayoría son cochinos y ladrones”.

Más allá de las pasiones, el cantautor reconoció que lo más importante para cualquier persona es encontrar la vocación por la que llegó a este mundo.

Tobías no reveló su edad durante la plática con EL UNIVERSAL Querétaro, pero consideró que es contemporáneo de Jaime López (creador del tema Chilanga Banda entre otras), algo que sugiere que rebasa los 60 años.

Aunque supo desde pequeño que su vocación era la música, nunca recibió el apoyo de su padre, por lo que hizo a un lado (momentáneamente) sus deseos.

“Seguir la vocación de uno es lo bueno, yo antes no estaba trabajando en lo que me gustaba, sino que ‘mi jefe’ me dijo que debía ser constructor y ahí me tienes, casi casi como arquitecto, tuve muchos trabajadores, como 15 a mi cargo, hice muchas estructuras y edificios, pero no me satisfacía, no era lo mío”, mencionó el hombre.

“Quien encuentra su vocación y la sigue será feliz, porque esa es la tarea del individuo, no hay más, si estás parado en este pinche mundo cochino y asqueroso sé feliz, no es necesario traer ropa de marca o un Mini Cooper, lo que hace falta es que estés rico en la mente y el corazón, esa debe ser la meta, yo pienso así”, añadió Mireles.

Desde niño Tobías mostró interés por la música pero su padre lo reprimía: “Siempre le pedía una guitarra y nunca me la trajo. Me traía de esos carros eléctricos que apenas empezaban u otras cosas más caras, pero nunca mi guitarra”.

En primero de secundaria externó su deseo de ingresar al Conservatorio Nacional de Música, pero su padre tampoco quiso, decía que no quería “padrotes” en la familia.

“Por eso abandoné por un tiempo ese deseo, aunque afortunadamente lo retomé y aquí seguimos, esa es mi esencia y nadie la va a cambiar y si permites que te la cambien estás violando tus convicciones, algo que está mal”, afirmó.

Con la conciencia tranquila

Tobías, antes de entrar de lleno como cantante y compositor, probó suerte en la construcción, un medio en donde se sintió orgulloso de no aceptar ningún soborno durante las obras en las que trabajó en el país.

“No necesito nada actualmente a lo mejor porque ya lo tuve, pero estoy satisfecho. Lo que tuve lo obtuve derecho, porque ‘chueco’ pude haber hecho mucho, pero no quise. Tenía muchos clientes mafiosos”, dijo.

“Por ejemplo, en Nogales, a los mafiosos les dicen ‘macuarros’ y tuve varios clientes de esos. Me ofrecían su dinero para lavarlo, pero les contestaba: para qué, si gano bien y me la paso bien. No lo hice, algo que me da cierto orgullo”, relató.

Fiel creyente de que al persona que obra mal termina mal, en vida o en muerte, sostiene: “Tenemos un gigante de los más ricos del mundo, El Chapo Guzmán y como terminó, preso. Por eso los jóvenes deben darse cuenta de que es un espejismo ese mundo”.

Razón por la cual, reveló, le decía a sus hijos (que ya son adultos en la actualidad) que no entraran en el mundo de las drogas y, si lo hacían, que fuera cuando ya tuvieran una conciencia profunda sobre las consecuencias.

“El camino malo no me late. Trabajando honestamente pude hacer bastante y así me siento bien”, refirió.

La práctica hace al maestro

Tobías contó que la primera canción que escribió fue para su padre hace varios años. “La hice un chingo de veces, al no tener práctica se batalla bastante, por lo que la hice una y otra vez, ya cuando te gusta a ti, aunque debes de ser crítico crudo con tus cosas, no darte cebollazos, entonces la presentas a los compas, a la gente”, expresó.

“De ahí me seguí y ya cuando tuve unas treinta canciones, ya las hago más fácil. Actualmente, podría hacer una canción diaria si quiero, pero la práctica es lo mejor, no soltar el renglón, escribir y escribir”, agregó.

Lo importante, enfatiza Tobías, mientras rasguea las cuerdas de su guitarra, es que las canciones le gusten a quien las escribe, principalmente, sin importar la crítica externa.

Es por eso que ya cuenta con poco más de 100 canciones de su autoría, algunas de corte subversivo y contestatario.

La mayoría, añadió, invitan a reflexionar sobre las acciones del ser humano y la vida en general. De sus 100 canciones, 46 están en su canal de Youtube.

Para las jornadas en las plazas, tanto de Querétaro como de otros estados, pues confiesa que no tarda en dejar la entidad para ir a la playa cuando llegue Semana Santa, también se requiere práctica para no desgastarse.

“Soy muy huevón para trabajar en esto. Te vuelves hasta psicólogo, analizo el lugar y veo las mesas para ver quien es gente local y quien turista, gente madura y ahí canto. Pero si veo el lugar lleno y no hay algo que llame mi atención no canto, porque sólo vas a pasar la vergüenza y de por sí a mí no me gusta pedir”, confesó Mireles.

En sus vueltas por la República Mexicana, contó, hay lugares turísticos en donde ha tenido la fortuna de que la reacción de la gente al escucharlo es positiva.

“He pasado que en un poco tiempo me he llegado a ganar mil pesos”, destacó.

Tobías reconoció que hay muchos cantores que se desgastan por varias horas en el transporte público, que le dicen que hacen más de 10 camiones al día; algo que él sólo hace, si acaso, un par de veces.

“No sé si es su ritmo de vida, pero en 10 camiones hacen unos 200 pesos, es mucho desgaste, porque en esto que hacemos la situación está muy difícil”, comentó.

“Tienes que estar libre de todo para sobrevivir, de obligaciones, de gastos, de drogas porque también te consumen, libre de todo”, añadió el músico.

Juventud y redes sociales

Entre las cosas que le da gusto presenciar a Tobías Mireles, figura que las nuevas generaciones tengan la oportunidad de pensar y expresar sus ideas y opiniones a través de las redes sociales.

Él tiene un perfil de Facebook, con el nombre de Tobías Cantaitor, y su canal de videos, como Tobías CDMX.

“El pueblo está despertando, lo que vivimos actualmente es una dictadura, pero no tiene que ser para siempre, gracias a las redes sociales la juventud ya piensa, los jóvenes están haciendo las cosas como se debe”, consideró.

El compositor encontró en Caifanes, Maldita Vecindad y Café Tacvba a los exponentes mexicanos que menos se han encasillado en algún género, para tener un estilo propio fuera de cualquier etiqueta.

Tobías Mireles está acompañado de Omar, un joven que también porta su guitarra en mano, aunque se mantiene en silencio durante la charla. También es originario de la Ciudad de México, nacido en 1988 y está trabajando en sus propias canciones.

La diferencia generacional es evidente, pero ambos han encontrado un equilibrio a la hora de trabajar.

Sin embargo, Tobías le ha recomendado al joven cantor ser más versátil para ampliar su oportunidad de llegar a la gente.

En la plaza de La Corregidora, en la capital del estado de Querétaro, se escucha como despedida: “Soy coleccionista nato, de todo lo que veo gacho. Yo no soy ni santurrón, ni santo, ni sacerdote. Ni me doy golpes de pecho, ni me fijo en algún monigote, que insiste en cambiar al necio. Cosa mala aquí te espero, un tanto cuánto aburrido”.

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