Araceli González y su hija, María Guadalupe Alvarado González observan las ejecuciones de la estudiantina que ameniza el 15 aniversario del Hospital del Niño y la Mujer, al cual acuden a valoraciones médicas de neurología y oftalmología, pues la pequeña padece parálisis cuadrapléjica de los cuatro miembros. Es un día de fiesta y como tal hubo pastel, globos y se cantaron Las mañanitas.

Un aire frío recorre el estacionamiento del hospital que se viste de gala para festejar sus 15 primaveras, contando con la presencia de la presidenta del Patronato del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Karina Castro de Domínguez, quien antes de empezar su participación se disculpa, en un gesto de amabilidad, por aclararse la garganta, pues el frío ya comienza a hacer estragos en la salud.

Araceli y María Guadalupe, quien va en una silla de ruedas, visten ropa abrigadora. La mamá de la menor señala que su hija recibe atención en el Hospital del Niño y la Mujer y en el Centro de Rehabilitación Integral de Querétaro (CRIQ), mostrado una mejoría en su estado físico.

“No tenía equilibrio, ahorita ya, se está valiendo por ella misma, ya come por sí sola, tiene sus cinco sentidos y va evolucionando favorablemente. Ella (Lupita, de seis años y siete meses de edad) nació a los seis meses, tuvo un derrame cerebral a los 15 días de nacida. Desde ahí ha estado en constante tratamiento. Ahorita ya nada más es que tenga control en el tronco, pero ya está respondiendo lentamente, pero favorable”, explica.

María Guadalupe acude a la escuela Cuitláhuac, en Lomas de Casa Blanca, además de sus terapias y consultas, lo que resulta muy estresante para Araceli, pero afirma que no hay imposibles cuando se quiere hacer algo por su hija.

Subraya que de su casa al hospital o al CRIQ se va caminando, pues se le hace más complicado tomar una unidad de transporte público. También para el traslado a la escuela es complicado en camión, ya que debe hacer los viajes sola, debido a que su esposo trabaja en una bodega del mercado de abastos.

Mientras la estudiantina toca y canta Me voy, me voy, Araceli comenta que la atención que ha recibido en el Hospital del Niño y la Mujer ha sido excelente y a pesar de que apenas acude al nosocomio desde mayo, no tiene quejas.

“El cambio en María Guadalupe ha sido radical, porque ella tiene mucha motivación y aspira a ser doctora, lógico, por lo que está pasando y está muy motivada, tanto en el hospital como en el CRIQ”, enfatiza, en tanto que Lupita, a quien le gusta cantar, mira de vez en cuando a su madre mientras charla.

Agrega que su hija recibe una buena atención médica, pues está en manos de muy buenos doctores y especialistas, cuando tiene valoraciones neurológicas y oftálmicas, donde acude cuando su doctora en el CRIQ considera que ya es necesaria una evaluación. Al centro de rehabilitación va cada martes, jueves y viernes, dos horas en cada ocasión.

En el acto protocolario, Karina Castro reconoce a quienes trabajan en el hospital.

Hay pastel, Mañanitas, es un día de fiesta para pacientes y personal, donde de acuerdo al secretario de Salud del estado, Alfredo Gobera Farro, nacen 30% de los queretanos, lo que equivale a recibir a mil bebés al mes.

La ceremonia concluye, pero Karina Castro no se retira del hospital, recorre, acompañada por el director Manuel Alcocer Alcocer, la feria de la salud en la cual se brinda información que va desde la donación de sangre y prevención del cáncer de mama, hasta medidas de protección civil.

Afuera del hospital hay otra feria pero de alimentos y bebidas, con los tradicionales puestos que ofrecen un bocado rápido a los familiares de los pacientes que en ocasiones deben esperar un par de horas su consulta o el tratamiento de sus parientes. Ellos ya son parte del paisaje urbano alrededor del quinceañero hospital.

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