Hay un refrán que dice: “Quien no conoce la historia está condenado a repetirla”; sin embargo, podemos cambiar esa frase: “quien no conoce su historia valorará otras culturas”. La profesora de la Universidad Autónoma de Querétaro, Cristina Quintanar Miranda está encargada de dar clases de historia en la facultad de filosofía. Hace dos años emprendió un proyecto, el cual surgió de modo espontaneo, la creación de juegos y deportes autóctonos en la UAQ. Esto con la finalidad de crear una identidad entre los alumnos y las raíces prehispánicas.

Fue a través de una clase muestra sobre México prehispánico, donde la profesora Quintanar invitó a la Asociación de Juegos y Deportes Tradicionales de Querétaro, para que dieran una demostración del juego de pelota Purépecha, y fue como transformó una clase de historia en un proyecto ambicioso por promover nuestros orígenes dentro y fuera de la UAQ. Posteriormente la profesora se convirtió en coordinadora del área de interculturalidad, de la UAQ y ahí fue donde tuvo más empuje.

“Fue una experiencia bonita y a partir de eso, se formó un grupo de personas que quisieron jugarlo. Después de tres años comencé en el área de cultura UAQ, ahí tuve libertad y me pareció importante trabajar con el juego para fortalecer la identidad como colectividad universitaria”, explicó.

Desde hace dos años, el proyecto se ha establecido, forma parte del grupo de Clubes Universitarios donde son reconocidos como deporte en la UAQ, aunque aún falta trabajo por hacer.

“Ha sido un proceso difícil, empezamos en noviembre de 2015, no es un tema muy aceptado, ha costado trabajo, no ha habido tanto respaldo, cuando solicitamos recursos para un viaje o un torneo, no hay; o si necesitamos materiales no hay mucho apoyo. El primer equipo que se conformó fueron más mujeres. Estamos rompiendo esquemas, porque no jugamos un deporte convencional, es difícil lograr la aceptación”, comentó.

Reglas del juego

El deporte de la pelota Purépecha o también conocido como juego de pelota con bastón, se practica en diez estados del país. La practica se realiza con los bastones intentado golpear una pelota, depende el lugar será de trapo, encendida o de piedra.

En el caso del equipo de la UAQ se practican las dos primeras modalidades, en las cuales, los encuentros se realizan entre dos equipos de cinco jugadores o más. Con el bastón intentan hacer llegar la pelota a la meta contraria, lanzándola por el aire.

El adversario trata de evitar su avance, se considera punto cuando un equipo logra pasar la pelota por la línea de meta. Participan dos capitanes quienes dirigen y controlan el desarrollo del juego. Un juez o árbitro inspecciona el número de jugadores, vigila los implementos, marca los tiempos, siendo inapelable su decisión. La duración del juego es acordada por los capitanes, puede ser a puntos o a tiempo específico. El campo de juego tiene forma rectangular y una dimensión aproximada de 200 m de largo, por 10-12 m de ancho. Se traza una línea al centro (saque) y una línea en cada extremo (meta); aunque algunas comunidades lo juegan alrededor de una manzana, siendo el punto de partida o saque, la línea de meta; en todo caso las calles son el espacio de juego. La superficie del terreno podrá ser de tierra, pasto o cemento; procurando una superficie llana.

Las reglas son las mismas entre estas modalidades, lo único que difiere una de otra, es que la pelota encendida está cubierta de fuego y se juega de noche para representar a la bóveda celeste.

Otro deporte que llevan a cabo, el cual es de destreza mental, es la Pitarra, su nombre Nahuatl: Pizahuac. Se juega entre dos personas en un tablero con 12 fichas cada jugador (12 amarillas o 12 rojas) abre la partida el jugador que tiene las fichas rojas, las tiradas son alternadas. Cada jugador buscará formar una línea recta horizontal con tres fichas, es decir una tercia; al realizar esto, el jugador podrá tomar la ficha que deseé de su rival. Las fichas pueden moverse en cualquier dirección y cada jugador deberá acomodar todas sus fichas en el tablero, la idea es formar la mayor cantidad de tercias, y el juego termina cuando un jugador no tiene fichas para formar tercias. Existe empate, acuerdo o rendición.

Este juego fue encontrado en la comunidad de Navajas por la Asociación de Juegos y Deportes Tradicionales de Querétaro, por lo que se cree que es de origen Otomí. Al ponerlo en práctica, la profesora Cristina fue invitada a Cuba para dar una ponencia sobre este juego, y fueron recibidos con gran interés y obtuvieron el premio a la mejor ponencia de dicho evento, en el que acudieron exponentes del mundo.

“En la época prehispánica, los juegos eran muy importantes, a tal grado que hay registros de los juegos que se practicaban e incluso había deidades que se encargaban de los juegos. Sentimos mucha emoción porque al recibirlo en Cuba es de prestigio, allá tienen un alto nivel de investigación y académico, por lo que es un gran orgullo para nosotros. Además, logramos que hubiera un convenio institucional con la universidad de Camagüey, aunque no se ha podido concretar, pero ellos siguen interesados, solamente debemos esperar el proceso de rectoría en la UAQ”, expresó.

Objetivos

Existen 300 estudiantes en la UAQ que hablan siete lenguas indígenas, este proyecto pretende incluirlos en un grupo donde se resignifique el sentido de la identidad con nuestra cultura a través del deporte.

“Primero debemos reconocer que somos una sociedad diversa, eso incluye a los hablantes de lenguas indígenas que son portadores de culturas milenarias, es importante saber hablar otomí al igual que inglés. Pero desgraciadamente han sido culturas invisibilizadas. Las personas que pertenecen a una cultura indígena tenemos problemas de identidad somos la sociedad mestiza, y la mezcla ha seguido a lo largo de los años, no sabemos quiénes somos. Los mexicanos valoramos lo extranjero y despreciamos lo propio”, mencionó.

La práctica de este deporte se está tomando en cuenta en lagunas facultades como materia curricular, pero aún hay un largo trabajo por hacer, tanto de la profesora Cristina como de su equipo conformado por alumnos de la UAQ, así como gente de los proyectos culturales, para que esta práctica tenga impacto social.

“Es satisfactorio involucrar distintas áreas en una práctica. Lograr vincular la historia y la cultura con el deporte y que ellos lo vivan, y ver que están apasionados y comprometidos. Es un éxito como docente, siempre he dicho que a los mexicanos no nos gusta la historia por la manera en que nos la enseñan, es aburrido y está forma es lúdica”, finalizó.

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