Desde el inicio del confinamiento por la pandemia de Covid-19, en el país han muerto 159 personas en cinco estados por consumo de alcohol adulterado, un problema que no es nuevo, pero que se ha incrementado debido a la ley seca decretada en algunas entidades y municipios a raíz de la emergencia sanitaria.

El estado con mayor número de decesos es Puebla, donde se han contado 70 fallecimientos en las últimas dos semanas, seguido por Jalisco, con 43; Morelos, 29; Yucatán, 15, y dos más en Veracruz.

En Morelos, la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado confirmó la presencia de metanol en el alcohol consumido por personas de la región oriente, que provocó la muerte de 20 hombres y una mujer, según las cifras oficiales, y hasta 29, de acuerdo con datos de las autoridades municipales de Jonacatepec y Axochiapan.

En esas regiones se abasteció el mercado con alcohol a granel en denominación de aguardiente y se vendió principalmente los días 9 y 10 de mayo, de acuerdo con la investigación que sigue la Fiscalía de la Región Oriente. El lunes 11 de mayo comenzó a trascender el deceso de los bebedores, principalmente en la comunidad indígena de Telixtac, colindante con Puebla.

En la plaza pública del pueblo se encontraron botellas, cerveza y cajas de cigarros vacías como muestra de los festejos del Día de las Madres, a pesar de que los municipios de Axochiapan y Jonacatepec declararon ley seca como parte de la continencia sanitaria para impedir el contagio del Covid-19.

Esa declaratoria, de acuerdo con Brenda Valderrama Blanco, presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos, aumentó el riesgo de ingesta de alcohol de dudosa procedencia en pueblos y comunidades indígenas, porque, indicó, hay una necesidad tácita.

Ese fue uno de los factores por los que el comité municipal de contingencia Covid-19 de Cuernavaca no declaró la ley seca, dijo Valderrama Blanco, integrante del organismo.

“El surgimiento del alcohol adulterado está asociado a la disponibilidad y, sobre todo, al costo del producto, pero en este caso se debe al establecimiento de la ley seca”, precisó Valderrama Blanco, también exsecretaria de Innovación, Ciencia y Tecnología en Morelos.

Su apreciación cobra relevancia porque la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Morelos (Coprisem) informó que en los últimos cinco años no hay registro de ninguna defunción por la ingesta de alcohol adulterado en Morelos en los archivos de la Secretaría de Salud.

“Cuando se cierra el mercado de alcohol legal surgen personas que abastecen la necesidad de los consumidores. Algunos de ellos falsifican bebidas y, en lugar de usar alcohol etílico, usan metanol, cuyas sustancias tóxicas producen cambios fuertes en la fisiología del organismo llegando incluso a la muerte”, dijo la doctora en Investigación Biomédica Básica por la UNAM.

Cuadros clínicos

Este tipo de episodios funestos han sido repetitivos en el estado, reconoció el secretario de Salud local, Marco Antonio Cantú Cuevas, pero eludió responder si la muerte de personas por la ingesta de alcohol alterado amerita declarar ley seca para la entidad.

Mario Balbuena Basurto, subdirector de hospitales en Morelos, comentó que los bebedores de alcohol adulterado llegan al hospital con un estado de deterioro muy rápido, con presencia de náuseas, vómito, visión borrosa, ceguera y con posibilidades de alteración neurológica, como crisis convulsivas.

Generalmente, detalló, caen en un estado rápido de deterioro y una falla orgánica múltiple, la cual los lleva a la muerte.

El viernes se informó que un hombre de 43 años, ingresado a los servicios de salud por beber alcohol adulterado, salvó su vida y fue dado de alta, pero perdió la vista.

“El alcohol adulterado es un problemas social. Hay fuentes que dicen que la mitad del alcohol que está circulando está alterado.

“Hay adulteradores de baja calaña que producen bebida genérica y trabajan garrafas. Otros que son más sofisticados y buscan mimetizar una bebida de marca incluso en botella con etiqueta, todo depende del mercado”, dijo Valderrama.

Para tener una idea del mercado con alcohol adulterado, aseguró, se deben considerar los datos de la Cofepris de 2015, cuando se requisaron 2 millones de litros de bebidas adulteradas, mientras que en 2014 se decomisó medio millón.

En esta coyuntura, alumnos y profesores del Centro Universitario Anglo Mexicano en Morelos enviaron a la Academia de Ciencias del estado un proyecto para elaborar un dispositivo que detecte bebidas adulteradas con metanol, sustancia que nunca debe ser ingerida, inhalada ni tener contacto a través de la piel. Incluso una pequeña dosis, de menos de la mitad de una cucharadita, puede causar ceguera y menos de cuatro onzas siempre es fatal.

Brenda Valderrama externó que la Universidad Politécnica de Tulancingo, Hidalgo, también tiene un detector de alcohol adulterado, cuya elaboración sugiere usar sensores de fibra óptica.

El lunes, la Secretaría de Salud estatal informó que en los primeros resultados de los estudios al alcohol decomisados en tiendas de Axochiapan y Jonacatepec encontraron metanol, pero que hasta ahora se desconoce el nivel de adulteración, la procedencia del alcohol, los vendedores y si existen sanciones contra los comercios de venta.

Registran 70 muertos en Puebla

El número de personas fallecidas por el consumo de alcohol adulterado llegó a las 70 durante la última semana en Puebla.

La Secretaría de Salud estatal informó que 96 mexicanos resultaron intoxicados por el consumo del licor. Al igual que en Morelos, la intoxicación masiva tuvo lugar el fin de semana del 10 de mayo.

En este caso, las personas afectadas son de localidades de los municipios de Huauchinango, Huaquechula, Xochitlán Todos Santos, Zacatlán, Chignahuapan, Tepexi de Rodríguez, Huejotzingo y Puebla.

En Veracruz, el pasado 14 de mayo sumaron dos muertos por alcohol adulterado en el municipio de Rafael Delgado.

A diario, sube la cifra de fallecimientos por esta causa en el país.

***Con información de Édgar Ávila

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