Cuautla, Mor.- En 12 días sus familiares presenciaron la letalidad del Covid-19 en el cuerpo de Irma I. Torres, un elemento de la Policía Morelos, cuyos síntomas iniciaron con dolor y cansancio.

Su médico familiar del IMSS en el municipio de Villa de Ayala, oriente del estado, le dijo que era una simple infección en la garganta y regresó a trabajar con medicamentos para un padecimiento leve.

Su estado de salud siguió en declive y acudió con su médica familiar, luego con un particular, más tarde recurrió al hospital general y de ahí la trasladaron al “José G. Parres” de Cuernavaca, al piso donde alojan a los pacientes con el nuevo coronavirus.

Su calvario comenzó el viernes 17 de abril y el Covid-19 bloqueó sus pulmones el miércoles 29 de abril, cuenta su hijo Daniel Torres en una carta que difundió en redes sociales.

“Pueden seguir ignorando o realmente creer lo que está pasando, sabiendo que el trato que vas a recibir será el más miserable que hay, ya que así es nuestro país (porque) lamentablemente no cuenta con las armas suficientes ni la preparación para poder protegernos de esta situación. Qué Dios nos ampare ante este infierno”, lamenta Daniel.

Hasta el momento Morelos registra 368 casos confirmados de Covid-19, 274 casos sospechosos, 44 defunciones y 547 casos negativos.

En abril pasado, de acuerdo con la asociación Ciudadanos Uniformados A.C., defensora de los derechos humanos de los elementos policíacos en México, murieron tres policías en Morelos por efecto del Covid-19.

Los policías estaban adscritos a la Policía Montada, otro estaba en la Policía de Cuernavaca y la tercera es Irma I. Torres, madre de Daniel. El secretario de Salud, Marco Antonio Cantú Cuevas, afirmó que los decesos de los elementos policiacos se encuentran en estudio.

La muerte de Irma

La policía estatal prestaba servicio en el municipio de Huitzilac, el más frío del estado, y justamente después de su jornada de trabajo comenzó a sentir dolor en cuerpo y cansancio. La médica familiar le dijo que era una simple infección pero el jueves 23 de abril empezó con tos y baja presión.

Daniel Torres cuenta que el médico particular le dijo que tenía síntomas de pulmonía y para el viernes 24 de abril la tos se recrudeció y comenzó a tener serias dificultades para tomar oxigeno; un médico de Farmacia de Similares diagnosticó pulmonía.

Por la tarde de ese día la llevaron al Hospital General de Cuautla y de inmediato le colocaron el oxígeno y horas después se la llevaron a Cuernavaca para una valoración más completa.

El sábado 25 de abril una trabajadora social les dijo que su madre estaba alojada en el piso 1 donde tienen a los pacientes aislados por el nuevo coronavirus. Más tarde les recomendaron irse a casa porque a partir de ese momento toda la comunicación sería vía telefónica.

A los 10 minutos recibieron una llamada telefónica de las autoridades del hospital para dar su consentimiento de usar un ventilador en caso de que su madre lo requiriera. También les comentaron que le realizarían la prueba del Covid-19 y que tendrían que esperar de 4 a 5 días por los resultados y mientras tanto estaría en tratamiento.

Al otro día, el domingo 26, les llamaron para informarles que la mujer policía había sido conectada, y para los días 27 y 28 sólo les dijeron que estaba muy grave.

“Fue así cuando llegó el miércoles 29 de abril 2020 como a las 13 horas. Su cuerpo ya no resistió más y como arte de magia dicen que efectivamente murió de Covid-19, pero nunca nos enseñaron un expediente, ni siquiera la prueba de dicha enfermedad, no nos dieron ningún documento, pero su acta de defunción sí aparece con eso”, narra Daniel.

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