Símbolo del municipio mexicano de Los Cabos, el singular Arco de Cabo San Lucas, formación rocosa en la unión del Océano Pacífico y el Golfo de California, presenta fracturas en su base granítica a causa del implacable paso del tiempo que presagian su colapso en un futuro indeterminado.

Los Cabos, en el estado de Baja California Sur, es mundialmente conocido por sus bellezas naturales y gran turismo. Su extremo meridional es el punto exacto donde el Pacífico y el Golfo de California se unen y contrastan con el desierto montañoso.

Es también llamado "Finisterra", el fin de la Tierra, ya que es donde termina la Península de Baja California.

Los Cabos ofrece una belleza natural sin paralelos y un sinfín de actividades tanto de aventura como de relajación.

Indudablemente el lugar más emblemático de este destino del noroeste de México es el singular Arco de Cabo San Lucas, a veces llamado Arco del Fin del Mundo, una formación rocosa que por su forma se ha convertido en motivo favorito de las postales de propios y extraños.

En algunas ocasiones, cuando baja la marea, es posible caminar por debajo de su curvatura en la Playa de los Enamorados, que emerge al descender el nivel del agua. También suelen verse leones marinos tomando el sol sobre sus rocas.

El Arco "está compuesto de una roca muy dura que se llama granito; pueden ser varios kilómetros en volumen de roca sólida, y lo que estamos viendo sobre el mar es como la punta del iceberg", dijo a Efe el geólogo Enrique Nava, investigador del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (Cicimar), del Instituto Politécnico Nacional, con sede en La Paz, Baja California Sur.

"Hacia el centro de la Tierra es una masa de roca granítica muy grande, y con una antigüedad de entre 13 y 15 millones de años", agregó.

Sin embargo, en los últimos años geólogos investigadores se han percatado de algunos cambios en la estructura de esta formación rocosa. Luego de los últimos ciclones tropicales los científicos han encontrado en sus recorridos derrumbes y fracturas en la base granítica del Arco.

"Ya se sabe que está fracturado. Esto pasa por las condiciones de intemperie, humedad, el sol, el viento que viene con la brisa empieza a generar erosión en las piedras. En la estructura interna del Arco ya existen fracturas", dijo a Efe el biólogo y buzo Benigno Guerrero.

Añadió que esto podría generar con el tiempo un derrumbe del Arco.

A mediados de septiembre de 2014 el Arco de Cabo San Lucas fue el primer punto en que el huracán Odile impactó tierra firme. El fuerte oleaje provocado por los vientos superiores a 140 kilómetros por hora causaron un cambio drástico en el ecosistema del lugar, removiendo toneladas de arena, causando derrumbes en la estructura y barriendo con la flora y fauna de la zona.

El prestador de servicios turísticos Fabricio González asegura que la importancia del Arco va más allá de su belleza escénica e histórica, pues toda una actividad económica se desarrolla en torno al icónico monumento natural.

"Aquí llegan europeos, norteamericanos, asiáticos, y prácticamente turistas de todo el mundo a conocer y tomarse la foto en el Arco. Para ellos es algo extraordinario y para los cabeños (residentes) es una fuente renovable de trabajo", expuso.

Aunque no se sabe a ciencia cierta cuánto tiempo le queda al Arco de Cabo San Lucas, el deterioro en las rocas que lo sostienen es innegable.

Algunos especialistas consideran que otro huracán similar o de mayor fuerza que Odile puede causar su derrumbe; sin embargo, esto pudiera ocurrir esta temporada o en cientos de años, señalan.

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