A una semana de que el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) inició operaciones, usuarios de distintos centros de salud y hospitales de segundo y tercer niveles todavía deben comprar medicamentos y material de curación que no hay en las unidades médicas.

En un recorrido, EL UNIVERSAL constató que en el Hospital General de México, en dos centros de salud en Nezahualcóyotl y en el Hospital General de Chalco  los pacientes tienen que buscar en farmacias los mejores precios para comprar medicinas y material como gasas, alcohol y diversas pomadas.

Alma y Claudia son familiares de Óscar Quintana, quien sufre de diabetes. El pasado 2 de enero sintió molestias en el pie izquierdo, por lo que se trasladó al Hospital General Eduardo Liceaga, donde lo internaron para hacerle curaciones y evitar una amputación.

“Nos han cobrado todo: la atención en urgencias, el material de curación; nos mandaron a comprar antibióticos y medicinas. Por día de hospitalización son 450 pesos, cuando antes eran 200 y pico. En estos días llevamos casi 5 mil pesos. Yo me pregunto cuándo será real eso de que la atención es gratis; no importa pagar cuotas, pero que se ajusten a nuestras necesidades”, dice Alma.

En el caso de Ángel López, sus familiares empezaron a hacer colectas a través de redes sociales porque requieren 45 mil pesos para que el joven, que fue atropellado el pasado 5 de enero, sea operado.

“Primero fuimos a un hospital en Zumpango. Mi sobrino tiene Seguro Popular y nos aceptaron la póliza, pero por dos días en los que no le hicieron nada nos cobraron 6 mil pesos. Luego lo trasladaron al General y los doctores dicen que necesitan un clavo para operarlo, que aquí lo tienen, pero debemos pagar 25 mil pesos, más 20 mil de la operación”, cuenta su tía Angélica Pérez.

Para Karla Cárdenas, vecina de Chalco, Estado de México, el gobierno debería explicar bien en qué consiste el Insabi, porque quienes no tienen póliza no saben cómo funciona o cómo afiliarse y si a ellos también les será gratuito el servicio. Ella llegó al centro de salud con su hijo menor, quien se cayó y se rasgó parte de una ceja, por lo que necesitaba curaciones. Los empleados le dijeron que la podían apoyar, pero que no tenían el material para hacerlo.

“No es caro, pero pensé que lo mismo pude hacerle en mi casa. Lo que necesitaba era saber si el niño requería puntadas y por fortuna me dijeron que no. Yo no sé cómo funciona el Insabi, pero escucho que el Presidente dice todos los días que la atención es gratis y los medicamentos también, y al venir a un hospital te dicen que no hay, entonces, ¿a quién le creemos? La atención es buena, se ve que la gente está comprometida, pero, ¿cómo lo hacen si no tienen con que?”, dice.

En contraste, Angélica Durán, originaria de Guerrero y quien no estaba afiliada al extinto Seguro Popular, recibió atención en el Hospital General de México Eduardo Liceaga, además de que le hicieron estudios de laboratorio y ultrasonido.

“No nos han cobrado nada. Vine por un dolor en el estómago tan fuerte que no podía ni caminar. Fuimos a un hospital, allá en Guerrero, pero nos mandaron para acá, nos dijeron que nos atenderían gratis y así ha sido”, comenta.

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