Al salir de la secundaria, siete de cada diez estudiantes mexicanos tienen conocimientos “insuficientes” o “apenas indispensables” en matemáticas y español.

De acuerdo con los más recientes resultados de la prueba PLANEA, que se aplicó a alumnos de tercer grado, sólo 73.9% de ellos consiguieron el nivel I y II de la prueba en lenguaje y comunicación, y 86.2% obtuvieron los mismos niveles en matemáticas, esto quiere decir, los más bajos en conocimiento.

Las entidades que tuvieron la mayor calidad de alumnos en el nivel IV “sobresaliente” de logro en lenguaje y comunicación son Ciudad de México, Colima, Coahuila, Querétaro y Puebla; los que tuvieron mayor número de alumnos en el nivel I “insuficiente” de logro educativo son Guerrero, Tabasco, Zacatecas, Tamaulipas, y Nayarit.

En cuanto a matemáticas, los estados que tuvieron una mayor proporción de estudiantes en el nivel máximo de aprovechamiento fueron Puebla, Ciudad de México, Sonora, Querétaro y Colima; los que tuvieron más estudiantes en el nivel I o “insuficiente” fueron Tabasco, Guerrero, Baja California Sur, Tamaulipas y Zacatecas.

Esto quiere decir que al llegar a tercer grado de secundaria, entre siete y ocho de cada diez alumnos tienen “carencias fundamentales para seguir aprendiendo” o “un logro apenas indispensable” de los aprendizajes del currículum, de acuerdo con los descriptores genéricos del logro del del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA), que aplicó en 2017 el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

Participaron en la muestra 131 mil 662 alumnos de tercer grado de secundaria, pertenecientes a tres mil 398 escuelas de todo el país, de los diferentes servicios educativos: secundarias comunitarias, telesecundarias, secundarias generales públicas, secundarias técnicas públicas y secundarias privadas.

En lenguaje y comunicación, de ellos 33.8% obtuvieron el nivel I de aprovechamiento escolar, lo que quiere decir que pueden identificar información en textos sencillos, pero no pueden comprenderla; 40.1% se localizó en el nivel II, o sea, que identifican la estructura de textos pero su “desarrollo interpretativo apenas comienza a manifestarse”; 17.9% están en el nivel III, que les permite identificar la información en los textos y vincularla con las imágenes; mientras que 8.3% está en el nivel más alto, lo que quiere decir que evalúan la información y la analizan.

En matemáticas, 64.5% se encuentra en el nivel I, lo que quiere decir que puede resolver problemas, lo que implica realizar cálculos con números naturales; 21.7% está en el nivel II: pueden sumar, restar, multiplicar y dividir con números decimales; 8.6% está en el nivel III: puede resolver problemas con fracciones números enteros y potencias de números naturales; y solo 5.1% está en el nivel IV de aprovechamiento escolar, el más alto, lo que implica que pueden resolver problemas al combinar números fraccionarios y decimales, y emplear ecuaciones para encontrar valores desconocidos en problemas verbales.

Los resultados de la prueba destacan que los alumnos en los cuartiles económicos más bajos, son también quienes tienen los resultados de aprovechamiento escolar más bajos del país, tanto en lenguaje como en matemáticas. Sobre el tema, el consejero Gilberto Guevara Niebla destacó que la pobreza tiene un efecto “directo decisivo” en los resultados de aprendizaje de los adolescentes.

“Sin duda alguna la pobreza tiene un efecto directo decisivo sobre los resultados de aprendizaje pero es muy importante no perder de vista que las variables contextuales no explican totalmente el fenómeno de la calificación de resultados. En los resultados también influye la escuela misma, los profesores por ejemplo en las zonas más pobres es donde hay más movilidad del magisterio, más ausencia, menos cumplimiento de la normalidad mínima en el trabajo son escuelas que operan con pocos recursos. Es el contexto pero también mucho juegan las debilidades internas del propio sistema educativo”, dijo en conferencia de prensa.

AR

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