Sólo con leña se calientan las familias, que habitan casas de lámina y madera de Raíces, una comunidad en la falda del Nevado de Toluca.

Los vecinos esperan que caiga la nevada, dicen que es mejor que enfrentar heladas de -8 grados.

Para llegar a Raíces hay que atravesar Loma Alta, ahí hay negocios de comida, ropa de lana para enfrentar el frío y tiendas. Es el paso hacia la parte alta del volcán, por donde atraviesan los turistas.

Aquí habitan casi 500 personas, cerca de 250 familias, como la señora Ana María, de 70 años, quien tiene 11 hijos, 103 nietos y 65 bisnietos. “Las mujeres están desperdigadas” y los hombres se dedican a la recolección de papa, la actividad más común entre los pobladores.

En esta localidad recolectan leña con el temor de ser detenidos porque es un delito llevarse las cargas de madera, que les cuestan entre 800 y mil pesos, para una semana de calor que sólo llega a la sala que no rebasa el metro cuadrado.

Aquí hay electricidad y gas, pero no sirve para entibiar las heladas viviendas cubiertas con lonas que les regalaron los candidatos a gobernador en campaña, pues las láminas son tan antiguas que tienen agujeros por donde se filtran el aire helado, el agua y el polvo.

Temen a enfermedades. Reyna de la Cruz, otra de las vecinas de Raíces, dice que para lavar necesitan que eleve un poco la temperatura, lo más que llegan es a seis grados, retiran la capa de hielo de las piletas y comienzan con las tareas, aunque la ropa por la madrugada escurra hielo.

Platicó que el problema está en las enfermedades, en la atención médica. Las heladas comenzaron el 31 de diciembre pasado. dice que aunque “estamos acostumbrados, los niños entran a la escuela y de todos modos debemos cubrirlos con mucha ropa para que no se enfermen.

“Las gripas son las que nos apuran, pero ¿de qué sirve ir al centro de salud? De todos modos no hay medicina, vino el gobernador Alfredo del Mazo y dijo que ya había abasto pero cuando nos tocó ir a nosotros sólo nos dieron naproxeno y de igual forma sale mejor ir al médico particular”, reclamaron.

El humo de la leña es un riesgo para la salud de los niños y adultos mayores primordialmente; aunque la realidad es que no tienen otro método para aminorar las condiciones climatológicas adversas que enfrentan varias generaciones.

“Algunos no compramos la leña porque mi papá, por ejemplo, tiene dónde nos lleva a juntar [la madera] pero hay personas que la tienen que comprar y es un gasto complicado porque es por semana, no es tan fácil andar gastando en eso”, replicó.

La Coordinación de Protección Civil estatal prevé que la nevada más fuerte se presente a finales de enero y la primera quincena de febrero, mientras el Instituto de Salud mexiquense informó que entre 2017 y 2018 en el Estado de México registraron 60 casos de influenza ninguno tipo AH1N1, ni defunciones.

Por lo pronto, los pobladores viven en condiciones a la que se acostumbraron, pues se trata de generaciones completas de agricultores de papa, que ahí desarrollaron su vida, conformaron una familia y que heredaron sus viviendas a los jóvenes.

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