"Mi  cuerpo se llenaba de escalofríos. Mientras mis pupilas se dilataban poco a poco, las paredes de mi cuarto tenían vida, pues parecía que palpitaban,  comenzaban a tornarse en distintos modos a morado. Una experiencia impresionante”.

“La noche se pintó púrpura, mis pupilas se alejaban. Al tocar mi piel se erizaba. Me sentía infinita”. Los anteriores son relatos en Facebook de jóvenes después de consumir 2C-C y 2C-E, dos sustancias sicoactivas, estimulantes y alucinógenas que se ofertan en México en pequeñas cantidades a través de internet abierto y que no están reguladas en las listas de control internacional de estupefacientes y sicotrópicos.

Un informe de la División Antidrogas de la Policía Federal revela que actualmente se venden en nuestro país 15 tipos de drogas sintéticas, entre ellas LSD, Mescalina, Proscalina y  DOC, cuyo costo es de 130 pesos la pieza y 200 pesos el gramo, dependiendo de la sustancia solicitada.

En su sesión de abril en la Ciudad de México, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de Estados Americanos (OEA) alertó del incremento de la venta de drogas  en la red   y que en los últimos 10 años se detectaron en el mundo más de 700 nuevos tipos de  sustancias sicoactivas altamente mortales, 400 de las cuales se comercializan en el llamado internet oscuro (Dark Net).

El uso de las tecnologías de la información para el comercio ilegal en el  ciberespacio es una tendencia creciente, coincidieron los países integrante de la CICAD.

La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) identificó que los cárteles Jalisco Nueva Generación, de Sinaloa, Los Zetas y del Golfo utilizan la llamada red oscura para la venta de drogas sintéticas en Estados Unidos.

El perfil de los consumidores mexicanos es de personas de entre 17 y 32 años de edad, los llamados millennials, sin antecedentes penales, con nivel socioeconómico medio o alto y con conocimientos de informática, quienes ocultan su identidad en la red.

Según el documento, los jóvenes pagan la droga con tarjeta de débito o crédito, transferencia online, transmisores de dinero, criptomonedas  y muy rara vez lo hacen en efectivo.

La entrega de la mercancía se realiza a través de empresas de paquetería y personalmente.  Cuando se opta por la segunda opción se concreta en vehículos, plazas comerciales, panaderías o en alguna estación del Metro.

Los proveedores envían la droga envuelta en boletos, hojas y sellada en bolsas herméticas o al alto vacío.

La División Antidrogas de la Policía Federal refiere que los grupos dedicados a la venta de sustancias sicoactivas operan en la Ciudad de México, Estado de México, Querétaro, Puebla, Oaxaca, Jalisco, Nayarit, Guanajuato, Sinaloa y Quintana Roo.

Los operadores de las páginas de venta contactan a sus clientes por medio de mensajes privados en  Facebook y les explican sus productos en existencia, así como los precios.

Cuando su cliente selecciona una sustancia, el vendedor le solicita domicilio, número telefónico, WhatsApp  y nombre para el envío.

A su vez, el vendedor proporciona número de cuenta para el depósito y solicita una imagen del comprobante de pago.

Acto seguido, el vendedor manda número de guía  o una imagen del comprobante de envío; en caso de que la entrega de sea personal, piden características físicas y la vestimenta.

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