Los niños damnificados del Multifamiliar de Tlalpan recibieron de manos de Juan Pablo Mondragón, de 11 años, peluches que él y su familia recolectaron en su hogar, ubicado en Kansas, Estados Unidos.

Juan Pablo es hijo de dos mexicanos que se mudaron a EU hace algunos años. Allá nació, pero las fiestas decembrinas las pasa en México, donde viven sus abuelos.

Sobre el sismo, el niño opina que es “muy triste lo que vivieron”, y cuando le contó a sus amigos sobre el desastre natural “ellos se estremecieron”.

Su madre, Yasmín, recuerda que el 19 de septiembre de 1985 ella estudiaba la secundaria; después de ese temblor los servicios básicos se suspendieron, pero su familia llenó cubetas con agua para repartirla entre los vecinos que no tenían.

En EU se acostumbra hacer donaciones a la Cruz Roja, pero la familia de Juan Pablo quería incitarlo a hacerlo a los damnificados en México.

Alrededor del 19 de septiembre, Estados Unidos había sido golpeado por varios huracanes. La gente no recibía suficiente información sobre el terremoto que dejó cientos de muertos en la CDMX y en estados del sur.

Yasmín sabía lo que era sufrir un sismo de tales magnitudes y por eso ella y su esposo propusieron a la escuela de Juan Pablo organizar donaciones para los niños damnificados.

Los alumnos de Lakewood pusieron su nombre en hojas blancas. Así, los niños del Multifamiliar sabrían que recibían juguetes en Día de Reyes de extranjeros de sus mismas edades.

En el Multifamiliar hay cerca de 100 niños damnificados, 10 son del edificio 1C, que se desplomó y dejó 19 muertos. El único árbol que tienen cerca es el que vecinos colocaron a un costado de sus campamentos.

Ayer, anticipándose a la llegada de los Reyes, Yasmín, Juan Pablo y su abuelo llegaron con bolsas repletas de peluches. Los trajeron en un avión desde Kansas. ¿Por qué regalar peluches? “Porque son confortables en las noches”, dice la mamá de Juan Pablo mientras su hijo platica con un joven que quiere practicar su inglés.

Diego es un niño que vive en una casa de madera, uno de los campamentos instalados en el Multifamiliar. En la Navidad le llegó una pijama. Él comenta que le gusta vivir en esa casa, que no mide más de tres por tres metros. Su mamá lo mira y dice que no importa dónde esté, los Reyes siempre sabrán dónde encontrarlo.

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