Las ejecuciones violentas que desde febrero pasado se registran en la Ciudad, donde el factor común es la extrema violencia que se ejerce contra las víctimas, están relacionadas con la pugna de tres grupos delictivos que se disputan el control del narcomenudeo en la capital del país.

La procuraduría capitalina y el gabiente de seguridad del gobierno federal identifican a tres grupos: El Cártel de la Unión de TepitoLos Rodolfos y el remanente del Cártel de Tláhuac. A todos ellos, refieren, los surte el Cártel Jalisco Nueva Generación.

La instancia federal entregó un informe a la procuraduría local, en el que detalla que a raíz de la muerte de Felipe de Jesús Pérez Luna El Ojos, líder fundador del Cártel de Tláhuac, así como del asesinato en la delegación Gustavo A. Madero de Francisco Javier Hernández Gómez, Pancho Cayagua, líder fundador de La Unión de Tepito, surgieron dichas organizaciones.

En el sur, la célula criminal que encabeza Rodolfo Rodríguez Morales, La Gorda, identificada por las autoridades como Los Rodolfos, buscan apoderarse de toda la estructura criminal y las rutas que por más de 10 años tejió El Ojos, incluso Ciudad Universitaria (CU) y la Zona Rosa.

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El reporte detalla que Los Rodolfos, con la muerte dePérez Luna, empezaron a crecer y de la delegación Xochimilco, donde están asentados, se expandieron a Coyoacán, Iztapalapa, Tlalpan, Magdalena Contreras, Milpa Alta y Tláhuac.

En el Centro de la capital del país opera la célula criminal de La Unión de Tepito, que controla las delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Iztacalco, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Gustavo A. Madero.

En los últimos, esta organización ha hecho sentir su peso al rayar sobre los cuerpos de tres narcomenudistas sus siglas UN, acompañadas del mensaje “por no alinearse”.

Esas demarcciones se las disputan con Roberto Moyado Esparza, El Betito, quien según la procuraduría capitalina ordenó el asesinato de Francisco Javier Hernández Gómez, Pancho Cayagua, para apoderarse de la cúpula de La Unión Tepito y todo el corredor Insurgentes.

El tercer grupo es el Cártel de Tláhuac, que se encuentra diezmado por los operativos de las autoridades federales y locales, que lograron la detención de sus principales operadores; no obstante, quienes quedan al frente luchan por mantener su territorio e incluso buscan meterse a demarcaciones como Xochimilco, donde el pasado domingo ejecutaron a dos jóvenes.

Según el informe de las autoridades federales, Miguel Ángel Pérez Ramírez, El Micky, mantiene el control de esta organización desde el penal de Santa Martha.

Estos grupos, además de ejecutar a sus rivales, ahora amenazan a mandos de la policía.

De febrero a la fecha, la procuraduría capitalina investiga cinco casos de intimidaciones a mandos: Tres jefes de sector de la Secretaría de Seguridad Pública local, adscritos a Tláhuac, Iztapalapa y Xochimilco, y dos comandantes, de Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero.

Con narcomantas y leyendas en cadáveres, les han exigido que no “cambien de bando” o serán ejecutados; según trabajos periciales, los mensajes fueron colocados por La Unión Tepito en el centro y norte de la Ciudad, y por Los Rodolfos, en el sur.

Se destaca que uno de los principales proveedores de droga en la Ciudad de México es el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), grupo que recientemente entró en conflicto con La Unión de Tepito.

De acuerdo con lo que han declarado los últimos detenidos de esa organización, por extorsionar a comerciantes del Eje Central, El Betito, decidió cambiar de proveedor y hacer a un lado a los de Jalisco, lo que provocó el encono que se vio reflejado en una narcomanta que apareció en un puente peatonal de la delegación Miguel Hidalgo, el martes pasado.

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