A más de un año de la inundación provocada por el desbordamiento del río San Juan, habitantes de la colonia La Rueda siguen a la espera de la construcción de un puente, y otro acceso que les permita tener mayor seguridad en caso de alguna emergencia, dado que fue uno de los compromisos establecidos por la administración municipal, luego de la existencia de un sólo paso para entrada y salida de la colonia.

Este fraccionamiento fue uno de los más afectados por la inundación, con al menos 400 familias damnificadas, algunos de los cuales se mudaron de ese lugar, y los que permanecen se quedaron porque es su único patrimonio, aunque viven en incertidumbre de que pueda existir otra contingencia.

El día de la desgracia

La emergencia comenzó cerca de las 10 de la noche del martes 26 de septiembre del año pasado, cuando el desfogue de agua en el río rebasó los 150 metros cúbicos por segundo, y afectó a colonias ubicadas a casi 8 kilómetros de la ribera, desde la zona del barrio De la Cruz hasta la comunidad de San Pedro Ahuacatlán; información del gobierno estatal refirió que hubo al menos 15 colonias con inundaciones que alcanzaron hasta 1.8 metros de altura.

Para la madrugada del 27 de septiembre el agua llegó hasta La Rueda, una colonia de interés social, y hasta la mañana de ese día fueron rescatadas, con lanchas, cerca de 200 personas. En los meses siguientes vinieron los apoyos sociales, y la mayoría recuperó algo de lo que perdió con el agua.

A más de doce meses de la contingencia, y con una nueva administración, aunque con el mismo presidente municipal, la colonia pareciera la misma que antes de la inundación; sin embargo, muchas de las familias que vivían en la colonia La Rueda, en una de las avenidas principales, se mudaron de casa tras haber perdido su patrimonio; en calles aledañas hay grandes letreros de casas que están a la venta, pues los dueños ya no piensan vivir ahí.

Los vecinos refieren que esa fue la dinámica después de la inundación.

La Rueda tiene un camellón con árboles muy altos, y a lo largo de sus casi 400 metros hay una farmacia y algunas tiendas de abarrotes.

También hay viviendas con letreros de otros giros, pero que ya no funcionan, pues las familias se fueron.

Los damnificados a más de un año

María de Lourdes Sierra Hernández fue una de las damnificadas que se quedó. Tiene casi 70 años que tiene un pequeño puesto de dulces a la entrada de su casa; si bien el lugar no es de su propiedad, decidió quedarse junto con su esposo porque sus hijos son sus vecinos, y son quienes les avisan de cualquier situación.

Después de la inundación recibió los artículos entregados por el gobierno estatal, y la apoyaron para limpiar su casa.

Al preguntarle, reconoce que hay temor de que vuelva a ocurrir una inundación, y que desconoce medidas de seguridad en caso de que se repita la emergencia, pero no piensa irse porque en ese lugar vive su familia; además el costo del arrendamiento es mucho menor en ese lugar.

En una pequeña privada, casi frente a la casa de María de Lourdes viven Carlos Santos y Dolores Benítez, una pareja que tenía menos de ocho meses de haber llegado del Estado de México a la colonia cuando ocurrió la inundación. Ellos también recibieron enseres domésticos, e hicieron efectivo un seguro que les entregó el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

Sin embargo, coincidieron con su vecina en que nada han conocido respecto a las obras anunciadas para la colonia, además de que tampoco han recibido a las nuevas autoridades para conocer sobre los protocolos de actuación en emergencias.

Junto con sus vecinos, nos comentan, siguen esperando la construcción de un puente y un acceso adicional a la colonia, pues fue una de las promesas hechas por las autoridades de aquel entonces, que visitaron la zona de desastre.

Nada se les ha informado de la obra, y tampoco de la presunta denuncia que el municipio promovió en contra de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y para la cual pidió la firma de documentos por parte de los damnificados.

Las promesas

En octubre del año pasado, el ex titular de la Secretaría de Obras Públicas Municipales, Víctor Marín Hidalgo, declaró que gestionarían 17 millones de pesos para la construcción de un puente y un acceso para la colonia La Rueda, pues actualmente sólo hay una forma de entrar mediante una calle pavimentada, el otro camino es de terracería, y no es seguro. Después se dijo que se trasladaría el puente peatonal colocado en la zona del Puente de la Historia, tras la controversia que hubo por esa obra.

Para los vecinos, las palabras se quedaron en el aire y no han logrado ver hechos concretos; sin embargo, reconocen que el temor se ha hecho presente en los meses recientes en las que se han registrado lluvias fuertes, y por lo cual Protección Civil emitió cuatro alertamientos.

A más de un año de haber perdido casi todo, y de haber estado en riesgo, estas familias consideran que fueron afortunados por haber recibido la ayuda que la ciudadanía les brindó a unas horas de la contingencia, así como en los días posteriores, y aunque reflexionan que es necesario que se cumpla con las obras que se requieren, no tienen intención de irse, dado que en ese lugar tienen su patrimonio.

Al día de hoy, los habitantes de la zona están a la espera que con la nueva administración, que conoce bien la problemática, dé solución a este problema que tiene nerviosos a los vecinos.

Ya han sorteado algunas lluvias que se han registrado en esta temporada, pero están con la incertidumbre ya que aún no termina la temporada de lluvias.

Por otra parte, quienes ya no están ahí, siguen esperando que las obras prometidas se hagan.

bft

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