China envió personal y equipo sanitario a un hospital recién construido, inyectó dinero en los mercados financieros y aumentó las restricciones de movimiento a la gente en estrictas medidas aprobadas el lunes, para contener tanto un virus que se está extendiendo con rapidez como su creciente impacto.

Beijing reportó unas cifras actualizadas de 361 muertes hasta ahora y 2.829 casos nuevos en China en las últimas 24 horas, que elevan el total a 17.205 casos en el país, mientras otros países seguían evacuando a sus ciudadanos de la provincia de Hubei, la más afectada, y restringían los viajes de ciudadanos chinos o personas que hubieran estado en el país hace poco.

La Organización Mundial de la Salud señaló que el número de casos seguiría subiendo porque había pruebas pendientes de miles de posibles pacientes.

También se demoró el reinicio del curso escolar para impedir la expansión del virus en Hubei, donde las autoridades construyeron en apenas 10 días un hospital de 1.000 camas en la capital provincial, Wuhan. Estaba previsto abrir un segundo hospital con 1.500 camas en cuestión de días.

Las restricciones en una ciudad se endurecieron más, permitiendo que solo un miembro de cada casa saliera al exterior para comprar suministros uno de cada dos días.

Personal médico del Ejército de Liberación Popular llegaba a Wuhan para asistir a los abrumados trabajadores sanitarios y gestionar el nuevo hospital, situado en una zona rural lejos del centro de la ciudad. Sus unidades prefabricadas, a donde empezaron a llegar los pacientes al final de la mañana, contaban con equipamientos y sistemas de ventilación de última tecnología.

Habilitar espacio hospitalario adicional es crucial para detener los contagios, señaló el destacado epidemiólogo chino Zhong Nanshan.

“La falta de habitaciones de hospitales obligó a los enfermos a regresar a casa, lo que es extremadamente peligroso. De modo que tener (camas) adicionales es una gran mejora”, dijo Zhong a la televisora estatal CCTV.

Zhong cumplió un papel importante cuando China superó el brote de SARS de 2002-2003. El SARS es un coronavirus de la misma familia que el actual patógeno.

En un indicio de las secuelas económicas del brote, el índice chino Shanghai Composite se desplomó un 8,7% cuando reabrió el lunes después de la festividad del Año Nuevo Lunar. Más tarde se estabilizó después de la intervención del banco central para inyectar liquidez en el mercado.

“Tenemos plena confianza y capacidad para minimizar el impacto de la epidemia en la economía”, dijo Lian Weiliang, subdirector de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo, en una conferencia de prensa en Beijing.

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