NUEVA YORK.- Hasta ahora el juicio a Joaquín El Chapo Guzmán que se celebra en Brooklyn se había centrado en la droga, pero el martes se empezó a hablar de sangre.

El narcotraficante colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía, más conocido como El Chupeta y exlíder del Cártel del Norte del Valle, detalló algunos de los asesinatos que ordenó cometer contra rivales, trabajadores de los que sospechaba traición o robo y funcionarios que le investigaban.

Habló de familias asesinadas a sangre fría, un teniente retirado a quien él mismo disparó en la cara a un metro de distancia, asesinatos en Nueva York y Nueva Jersey y guerras internas en las que podían morir 12 personas en un tiroteo una misma tarde.

“Es imposible ser líder de un cártel en Colombia sin la violencia”, dijo fríamente Abadía, quien tiene la cara desfigurada debido a operaciones de cirugía plástica hechas para evadir a la policía. “Estas personas eran un riesgo contra mi organización o contra mí mismo”.

El colombiano detalló los asesinatos al responder a las preguntas de los abogados de Guzmán, quienes intentaron mostrar al jurado que El Chupeta era un despiadado criminal dispuesto a hacer cualquier cosa para mantener su poder en el cártel. Abadía admitió la semana pasada en el juicio haber ordenado la muerte de aproximadamente 150 personas.

Los abogados de El Chapo también preguntaron al colombiano sobre sus sobornos, incluyendo pagos de más de diez millones de dólares que El Chupeta dijo entregó “para influenciar al Congreso (colombiano)” en el debate de revocación de extradiciones en la década de 1990. El testigo también dijo que pagó medio millón de dólares a la campaña electoral del entonces candidato a la presidencia de Colombia, Ernesto Samper.

El Chapo, ex líder del cártel de Sinaloa y uno de los narcotraficantes más conocidos que existen, se ha declarado inocente de acusaciones de acumular una fortuna multimillonaria al traficar toneladas de cocaína y otras drogas desde México a Estados Unidos. De ser declarado culpable, enfrentaría una posible sentencia a cadena perpetua. Su juicio, ahora en la cuarta semana, podría durar tres meses más.

El juez Brian Cogan dijo el martes que no le gusta que la defensa de Guzmán fuerce la descripción de asesinatos para que al jurado no le guste Abadía. Al testigo, por ejemplo, los abogados de El Chapo le preguntaron por la motosierra que supuestamente le gustaba usar en sus asesinatos a Iván Urdinola, para quien Abadía trabajó en el cartel.

En otro momento dado, William Púrpura, abogado de El Chapo, le preguntó a Abadía que significa “chupeta”. Este respondió “dulce, candy, bonbón”, con una sonrisa.

El colombiano fue arrestado en Brasil en 2007 y extraditado un año después a Estados Unidos, donde se declaró culpable. Está esperando ser sentenciado y podría lograr una reducción de sentencia de cinco años por su colaboración con la fiscalía aunque la reducción exacta será decidida por un juez.

El martes fue el tercer día de testimonio de El Chupeta, que ha narrado en el juicio los detalles de cómo envió miles de kilos de cocaína colombiana al cártel de Sinaloa desde 1990 hasta el 2007.

El Chupeta mantenía libros de cuentas que se mostraron en el juicio y donde se ven todo tipo de entradas y salidas de dinero, entre ellas, los pagos de miles de dólares a sicarios por asesinatos: 45 mil dólares por el asesinato de tres personas, por ejemplo, y 338.776 por otra matanza en la que participaron varios sicarios.

Se mencionó también el asesinato a dos mujeres que formaban parte del cuerpo de investigación de la fiscalía de Colombia. El cártel de El Chupeta había matado al hermano de una de ellas. Debido a las investigaciones de ambas contra el cártel éstas fueron asesinadas en una autopista a las afueras de Cali.

Abadía también habló del asesinato de un abogado llamado Pedro Arboleda, que trabajaba para el cártel y que fue baleado en una librería de Cali porque supuestamente hablaba demasiado cuando estaba borracho.

En otro caso de sobornos, El Chupeta dijo que entregaba prostitutas, apartamentos y regalos a agentes de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) a través de policías colombianos.

El exabogado del colombiano, Germán Rosero, inició su testimonio en el juicio el martes por la tarde y proseguirá el miércoles.

cetn

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